Alejandro Ibrahim Perera nació en 1965 en la calle Rafael Dávila de Las Palmas de Gran Canaria. A los 18 años se marchó a estudiar Ingeniería Aeronáutica a Madrid y ese fue el despegue de una brillante carrera académica y profesional que lo llevó, hace seis años, hasta la Dirección del Aeropuerto de Teruel, tras ganar el concurso público. Hoy, dicha infraestructura aeroportuaria, en la que apenas transitan pasajeros, es un referente como modelo de negocio rentable. Se ha convertido en la mayor plataforma de estacionamiento y mantenimiento de aviones de Europa. En cuatro años, Ibrahim Perera ha logrado multiplicar por diez la cifra de operaciones.

"El aeropuerto se abrió al uso público de transporte comercial en febrero de 2013, y yo entré como director en septiembre de 2012. Hasta entonces no existía un aeropuerto civil en Teruel, y el Gobierno de Aragón, decidió impulsar este. Como aeropuerto de pasajeros no tenía mucho futuro -estamos en medio de Valencia, Zaragoza, Madrid, Barcelona-, y hubo que buscar un modelo de negocio diferente", indicó el doctor en Ingeniería Aeronáutica, Executive MBA, Máster en Informática y piloto de aviación e instructor Aviation Security AVSEC certificado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, AESA.

Viendo las posibles salidas, Ibrahim decidió encaminarlo a la actividad industrial aeronáutica. Todo un acierto teniendo en cuenta que hoy supera en facturación a más de 20 aeropuertos de la Red de Aena, sin tener pasajeros. "Llevaba trabajando 14 años en una empresa de Aena de Aeropuertos Españoles, en los servicios centrales, en Madrid. Allí estaba cómodo, pero surgió la oportunidad de dirigir un aeropuerto nuevo, me llamó la atención, era un concurso público, me seleccionaron y me vine con mi familia. Profesionalmente lo que más me motivó fue tener la oportunidad de hacer algo único, y hoy en día puede afirmar que fue un acierto", subrayó.

El Aeropuerto de Teruel es el único de España dedicado al reciclado de grandes aviones. "Aquí les damos un final adecuado cuando culminan su ciclo de vida. Se quita todo el material del interior, pieza a pieza, y hacemos lo que se llama logística inversa, que es aprovechar todos esos elementos para aeronaves de segunda mano. El resto se separa por materiales (hierro, cobre, aluminio...), se corta el avión en trozos y se envía a gestores autorizados para reciclar el material", indicó.

A esta función de reciclaje se suma su papel como gran taller para el mantenimiento de los aviones; y la preservación de aeronaves, una actividad muy novedosa en España.

"Hoy en día en la aviación, más del 70% de los grandes aviones pertenecen a grandes empresas de leasing, son propietarios que los seden a las compañías aéreas durante contratos, que pueden durar cinco, diez o quince años. Cuando terminan, se devuelven y esos aviones tienen que estar en un sitio seguro durante un tiempo, recibiendo los mantenimientos adecuados para que sigan estando operativos, y no molesten. En un aeropuerto convencional tener aviones estacionados sin utilizar es molesto, y Teruel se ha especializado en esta actividad". Para ello disponen de una gran campa, con una extensión equivalente a más de 20 campos de fútbol, donde ahora mismo tienen 84 aviones, tipo Jumbo y similares, con capacidad para más de 550 pasajeros cada uno. "Cuando nos llegan esos aviones, se quedan estacionados un tiempo, hasta que la empresa consigue posicionarlos en otra compañía aérea. El tiempo medio en el que los tenemos aquí puede ser de un mes, aunque tenemos un caso paradójico que estuvo cuatro años", indicó el director.

Ibrahim ha logrado también impulsarlo como centro aeroportuario de investigación, una labor por la que el pasado noviembre obtuvieron la distinción nacional Quality Innovation Award 2018; y están nominados para el premio mundial de innovación, que se celebrará en febrero en Pekín (China).

Dicho éxito en el ámbito de la innovación radica en haber desarrollado un modelo de negocios único, diferente; además de la tecnología que han ido impulsando, desde aplicaciones de aproximaciones con GPS, estaciones meteorológicas automáticas, o sistemas bajo demanda en el aeropuerto. "Nos distinguimos por trabajos especializados como el desmantelamiento de aviones. También albergamos un banco de pruebas de motores cohetes, de hecho tenemos en el aeropuerto a la única empresa de España que está ahora mismo construyendo un cohete, para lanzar a los satélites, una iniciativa que tiene ya más de 60 empleados y hay varias empresas españolas que están invirtiendo ya en este negocio".

Con todo, en apenas seis años, desde que se inauguró el aeropuerto (2013), han logrado consolidar una nueva generación de actividad aeronáutica, que continúa sumando y creciendo. En estos momentos, están construyendo el que será el mayor angar de mantenimiento de España. "Va a ser un angar doble, para dos A380, el avión más grande del mundo, que sólo aterriza en Madrid y Barcelona, cuando tengamos esto también aterrizará en Teruel".