Conseguir una sociedad más justa e igualitaria que contribuya con la visibilidad LGTBi, a través del respeto y de la tolerancia. Un logro que debe gestarse desde las aulas. Este es el mensaje que defendió ayer la activista canaria y diputada de la Asamblea de Madrid por el PSOE -que además ha sido la primera mujer transexual que ha conseguido ostentar este cargo en el país- Carla Antonelli, durante su intervención en la conferencia titulada Pasado, presente y futuro de la lucha por la igualdad real. El encuentro, que ocupó el pabellón deportivo situado en el Centro Insular de Deportes de la capital grancanaria, coincidió con la celebración del Día Escolar de la No Violencia y la Paz.

El acto estuvo dirigido a más de 800 alumnos de primer ciclo de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) procedentes de nueve centros educativos de la Isla, y contó con la colaboración de la Consejería de Recursos Humanos, Organización, Educación y Juventud del Cabildo de Gran Canaria, y del colectivo Gamá.

Historia

Antonelli ofreció un recorrido por la historia de la conquista de los derechos del colectivo LGTBi con el fin de sensibilizar a los estudiantes en materia de diversidad sexual y de género. "A veces es necesario recordar nuestras historias para que no se vuelvan a repetir nunca jamás", dijo la diputada. "El presente y la realidad", prosiguió, "nos están diciendo que todo aquello que tanto trabajo y esfuerzo nos ha costado conseguir es posible que nos sea arrebatado por las fuerzas políticas".

La activista echó entonces la vista atrás para recordar que en un tiempo lejano sucedieron actos "horribles" en el país. "En 1954 se reformó la Ley de Vagos y Maleantes, para incluir a las personas homosexuales como seres que causaban daños morales. "Un hecho devastador", apuntó. Para después agregar que "las personas trans eran el mayor objetivo, puesto que en el momento de nuestra transición nos hacíamos inevitablemente visibles. De ahí a que tantos y tantas acabásemos en comisarías, e incluso en cárceles".

Una vez derogada esta ley en 1970, entró en vigor hasta 1979 la denominada Ley de Peligrosidad Social. "Esta normativa se podría decir que empeoró las cosas, porque tachaba al colectivo de enfermo. Era tan dura que pretendía reconducir nuestra condición a través de terapias que hacían uso de electroshocks", lamentó la diputada socialista.

Fue precisamente durante estos años, y más en concreto en 1977, cuando rememoró que tras salir del municipio tinerfeño de Güímar , su tierra natal -con el fin de poder realizarse profesionalmente- en la comisaría de la calle Ripoche, "me molieron a palos". De hecho, el colectivo siguió siendo sancionado con penas de prisión "hasta el año 1988. Una fecha que no queda tan lejana".

Así, con el claro objetivo de evitar que se produzca cualquier tipo de acto violento o discriminatorio en las aulas, Antonelli puso en relieve la necesidad de que estos espacios "estén libres de la exclusión por razonesasociadas a la diversidad sexual y de género".

Una meta que se puede alcanzar a través del respeto. "Todos somos distintos y las diferencias nos tienen que enriquecer, porque esto es lo que nos hace más grandes", argumentó la protagonista de la charla formativa.

Suicidio

No obstante, quiso también hacer referencia a las "elevadas tasas de suicidio" que se producen entre los miembros del colectivo. "El índice de suicidio entre las personas LGTBi es infinitamente superior al del resto de la población. Esto es lo que les tiene que hacer pensar", insistió. Al tiempo que quiso invitar a los asistentes a acompañar, proteger, y respetar a los compañeros que declaren esta condición en los centros educativos grancanarios. "En esta sociedad tenemos que caber todas y todos", afirmó con contundencia.

Asimismo, subrayó que las personas trans "no estamos enfermas", y hasta hace poco "la Organización Mundial de la Salud ha avalado que padecíamos un trastorno mental". Por eso, reconoció que a pesar de que se han logrado avances "aún queda mucho por hacer, y las nuevas generaciones son las encargadas de transmitir buenos valores al resto de la sociedad".

Orgullosa de su trayectoria, Antonelli no dudó en reconocer que es todo un "orgullo" haber logrado convertirse en la primera mujer transexual que ocupa el cargo de diputada "para defender los derechos de todas las personas, y no solo los del colectivo trans".

El encuentro contó también con la participación de Keyla Suárez y Bianca Álamo, dos integrantes del colectivo Gamá de 17 y 19 años respectivamente, y que se encargaron de trasladar al alumnado de Secundaria sus experiencias vividas mientras cursaban esta etapa educativa.

Siguiendo esta línea, las jóvenes se preocuparon de contar a los adolescentes los episodios de rechazo, exclusión y burla que tuvieron que soportar únicamente por razones asociadas a sus condiciones de identidad de género. "Todos somos iguales y nadie tiene derecho a reírse de otra personas por el mero hecho de ser gordo, delgado o transexual. Los acosadores son los que tienen un problema, y no nosotras", pronunció Álamo.

Unas palabras que respaldó Suárez, que además quiso recordar a los docentes el Protocolo de Acompañamiento con el que cuentan los alumnos del Archipiélago desde hace más de un año, y que les permite hacer uso en las aulas de su nombre sentido. Un mensaje que lanzó con el fin de que no pase inadvertido.

Por su parte, la consejera de Educación y Juventud del Cabildo de Gran Canaria, María Isabel Santana, participó también en el encuentro para reivindicar la necesidad de que el alumnado de Secundaria crezca en tolerancia, y que los centros educativos "se conviertan en espacios de convivencia".