Aprender, disfrutar, degustar€ la Casa-Museo del Campesino alberga un mercado autóctono en el que se ofrecen talleres experienciales para disfrutar de una entretenida y particular jornada en familia

¿Te imaginas una mañana de sábado, sentado frente a un café o una cerveza, en el mismo corazón de la isla? Mientras tú disfrutas de tu momento de descanso, tus hijos realizan talleres tan divertidos como los de tinte de cochinilla, cerámica, aprenden a hacer rosetas o elaborar sales aromáticas por un reducido coste de apenas 3 euros por persona. La posibilidad de disfrutar de una mañana tan diferente está mucho más cerca de lo que podría parecer. De hecho, está en la Casa-Museo del Campesino, en San Bartolomé, donde se ha puesto en marcha el Mercado Autóctono Sostenible.

Rosetas, cerámica, telares, sombreros, sales, degustación de quesos y vinos, elaboración de mojos y de gofio amasado, aprender todo sobre la cochinilla y sus posibilidades, comprar regalos artesanales y regresar a casa con un importante surtido de frutas y verduras ecológicas de la isla... Las posibilidades son muchas y el entretenimiento está asegurado. El precio es único, 3 euros por cada taller, cuya duración oscila entre los 15 minutos y la media hora, dependiendo de la actividad y a decir de los propios artesanos, la iniciativa está resultando francamente bien.

Cochinilla, el milagro del color

Conchi García es la artesana encargada del taller de la cochinilla y, a su alrededor, todo es color, telas, camisas, fulares... "Empiezo contándoles la historia de la cochinilla, de dónde viene, cómo se recolecta y como se prepara el tinte, y luego les hago una muestra con una placa, y mezclamos el mordiente para crear diferentes tonalidades", explica. "La experiencia dura unos veinte minutos, más o menos, al final, pintan ellos mismos una postal que se llevan de recuerdo".

Por supuesto también pueden adquirir alguno de los pañuelos, camisetas y prendas tintadas realizadas por la propia Conchi. "Afortunadamente está funcionando muy bien la iniciativa y la gente se marcha contenta".

Rosetas, tradición y moda

Junto a ella está Macarena Arrocha que enseña, a quienes se apuntan a su taller, la elaboración de rosetas de la misma manera en que lo hacían su abuela y su madre, de quienes aprendió. En su taller, descubren que la tradición no está para nada reñida con la modernidad, ya que sus rosetas forman parte de la colección del diseñador Custo Dalmau para el último Lanzarote Fashion Weekend.

Cerámica canaria

Uno de los talleres más concurrido es el de cerámica, tal vez por lo que tiene de terapéutico el barro de la isla y el trabajo que supone darle forma. De él se encarga el artesano Joaquín Reyes. "Ofrecemos varios cursos y experiencias, estas últimas duran unos 30 minutos y cuestan sólo 3 euros, y suponen un primer contacto con el barro", explica. "A los niños les encantan, muchos repiten".

Junto con el aprendizaje, Reyes explica el origen de la técnica y desvela muchos de sus trucos de maestro artesano. "No sólo impartimos estos talleres, también es posible realizar un curso más especializado de hasta una hora y media, por diez euros, dónde es posible hacer una pieza completa".

Por supuesto, todas las piezas expuestas están a la venta y también es posible realizar encargos para regalar.

Almogrotes y quesos conejeros

Otra de las experiencias muy demandadas es la degustación de mermeladas de malvasía volcánica Lala y queso de Tinajo, una posibilidad que está causando auténtico furor entre turistas y residentes. "No sólo eso, además proponemos la realización de un taller de elaboración de almogrote, también por tres euros, con nuestros quesos, ajo, aceite de oliva y pimenta", explica Mario Morales, de la Quesería Tinache. "Los cursos son de ocho o nueve personas y, claro, se llevan a casa el almogrote y la receta".

Aprendiendo a tejer

Un enorme telar de madera, réplica de un original telar tradicional canario, ocupa casi una estancia completa. Junto a él, Montse, responsable del taller de tejeduría. "Dura unos 15 minutos y cuesta, como casi todos, 3 euros, y consiste en experimentar con un telar y hacer una pieza pequeñita", explica. "Sobre todo se apuntan muchos niños para los que resulta muy curioso porque se trata de un arte que ya casi no se practica. Curiosamente para ellos es algo nuevo. Mi intención es empezar a impartir cursos más largos por las tardes, ya para gente que quiera aprender a tejer de la manera tradicional canaria".

Sales aromáticas

Rodeado de jabones, sales y velas aromáticas, está Paolo Marzette, de la empresa de jabones Mama Pepa. "Nosotros impartimos una experiencia de elaboración de sales aromáticas, ya que para hacer un jabón sería preciso mucho más tiempo, pero ofrecemos la posibilidad de hacer sales aromáticas, de naranja, de canela o de aloe vera. Es un taller de unos veinte minutos que a los niños les encanta", explica. "Las mamás nos dejan a los niños y ellos se van a tomarse algo a la cafetería, es el plan perfecto, y luego los niños se van muy contentos con unas sales que han hecho ellos mismos".

Además, por supuesto, se pueden adquirir las sales, jabones, velas y hasta champús compactos que están a la vista.

Sombreros de diseño

Yolanda Torres enseña a quiénes se apuntan a sus talleres a tejer palmito con la técnica tradicional del trenzado de palmito. "Los asistentes al taller, que dura una media hora, suelen realizar un marcapáginas o una pulserita, que es a lo que da tiempo en media hora, ellos deciden qué es lo que quieren hacer", explica. "Vienen muchos turistas, pero también gente de la isla, y familias con niños que disfrutan mucho. Además ofrezco sombrerería tradicional y moderna, de diseño que, por supuesto, pueden adquirir si les gusta".

Tocados, sombreros, pamelas y todo tipo de adornos con flores artificiales ocupan gran parte de las estanterías. No resulta raro que mucha gente, que ya conoce a Yolanda, suba hasta el mercado para encargarle diseños para algún acontecimiento o celebración. Una vez más, se demuestra que la tradición no está reñida con la moda.

Taller de elaboración de mojos y de gofio

Nada más original que regresar de tus vacaciones en Lanzarote sabiendo elaborar tus propios mojos o pellas de gofio. Estefanía González, responsable de impartir ambos talleres, lo sabe y convierte ambas experiencias en un rato muy divertido. "Las dos actividades tienen un coste similar, tres euros, y duran más o menos lo mismo, quince o veinte minutos. Cuando acaban se llevan a casa lo que han preparado", explica. "En el caso del taller de elaboración de gofio amasado, se realiza con gofio de la molina de José María Gil, generalmente de millo para que puedan consumirlo los celiacos, con agua, azúcar, pasas, aceite y mil de palma. Lo hacemos dulce porque para los turistas es más sencillo probarlo así la primera vez".

"En cuanto a los mojos, les enseñamos a elaborar tanto el verde como el rojo, les damos la receta y, si lo desean, pueden comprar un pack ya preparado con todos los ingredientes para que lo puedan hacer en sus casas. Aquí, el turista es el protagonista de este taller, pero cuando regrese a casa, se convertirá en el profesor para sus amigos y familiares".

Cocinar, degustar, disfrutar

No se acaban ahí las opciones, Manuel Peláez, de la Finca Tres Peñas, ofrece tomates, zanahorias, mangas, granadas, papas y aceite de la isla, todo cien por cien ecológico, para que puedas regresar a casa con la compra hecha. Además, y entre tanto, puedes disfrutar de un zumo o un batido delicioso realizado allí mismo con variedad de frutas y verduras, o realizar un taller para elaborar platos lanzaroteños tan buenos como arroz con cochino negro canario, potaje de lentejas o una ensalada y, por supuesto, degustar tu elaboración, por tan sólo tres euros. "Nos parece muy interesante porque, al degustar las elaboraciones, el público ya se puede dar cuenta de la calidad del producto que ofrecemos", señala.

Cuando te has acabado el café, la cerveza o el vino, sentado frente al increíble paisaje de La Geria, ves a tus hijos llegar con un cuenco de barro, un marcapáginas, un pequeño bote de mojo, un frasco de sales o una roseta, satisfechos y divertidos por el buen rato disfrutado. "¿La semana que viene podemos volver?".