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Entrevista | Mariètou Mbaye Biléoma

Mariètou Mbaye Biléoma: "La tradición de la mujer africana es sostenerse a sí misma"

"En Europa nunca ha existido un afán por mirar más allá del cliché, el estereotipo o la mirada paternalista", afirma la escritora senegalesa

La escritora senegalesa Ken Bugul, ayer, en Casa África. Joan Tusell

¿En qué medida siguen vigentes las cuestiones sobre el poscolonialismo africano, la búsqueda identitaria, el feminismo y el racismo que plantea su exitoso libro El baobab loco

Las problemáticas que plantea El baobab loco son más relevantes para quienes vivimos ese período, porque las nuevas generaciones no han sufrido los efectos de la colonización y, por tanto, tampoco sufren esos problemas de identidad que yo viví. En cuanto a la cuestión feminista, yo he vivido la evolución de muchas corrientes feministas en distintos países africanos pero, por lo general, siguen la estela de movimientos feministas europeos, de modo que en África se circunscribe a una pequeña élite intelectual. No ha calado en el grueso social como esta revolución feminista que vive Europa o Estados Unidos.

En concreto, ¿cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la mujer senegalesa en la sociedad contemporánea?

No es fácil describir la situación de la mujer en Senegal sin atender a las realidades de todas las mujeres senegalesas. Como en otras sociedades, hay mujeres escolarizadas, no escolarizadas, mujeres que trabajan la tierra, mujeres que trabajan en los mercados; y cada una se enfrenta a unas condiciones específicas. Pero, en general, la situación no es tan diferente a la de hace unos años, donde la preocupación principal de las mujeres es de orden económico: trabajar, ganar un sueldo decente, mantener una casa y proporcionar una buena educación a sus hijos e hijas. No obstante, hay que tener en cuenta que un índice muy elevado de la población senegalesa femenina, casi la mitad, no termina su escolarización y sólo una minoría accede a estudios superiores. Sin embargo,desde la crisis económica que estalló en el país a partir de 1990, las mujeres han sido las responsables principales del hogar desde el punto de vista económico. Y esta es la gran preocupación de las mujeres senegalesas, junto con otros conflictos que se perpetúan, sobre todo, en el medio rural, donde las mujeres no tienen derecho a heredar las tierras que trabajan.

Sin embargo, alguna vez ha dicho que el colonialismo occidental en la década de los 70 del pasado siglo dañó la condición social de la mujer africanas ¿de qué modo sigue abierta esa herida?

La colonización occidental en África jamás se preocupó por la situación las mujeres, pero porque desde el punto de vista colonizador la mujer occidental ya era insignificante. Al fin y al cabo, la mujer occidental nace en una sociedad profundamente patriarcal, donde incluso hoy en día sigue sin poder ejercer su libertad para jugar un papel más destacado dentro de la familia. Entonces, la colonización occidental insufló esa idea de que la mujer está confinada al hogar porque el mismo proceso colonizador es masculino. La mujer en África siempre quedó a la sombra en este proceso, a pesar de que representamos tradicionalmente la fuerza de este país. Y en esa alienación han jugado un papel fundamental las religiones, porque tanto el cristianismo como el islam han impuesto esa idea de que la mujer no puede salir adelante por sí misma, sino que debe someterse al hombre porque a él le corresponde el sustento económico familiar. Sin embargo, en las manifestaciones contra el sistema colonial, no fueron los hombres los que protestaron en las calles, sino las mujeres. Miles de mujeres denunciamos las condiciones de esa colonización y sus efectos en nuestras producciones y modos de vida, porque somos las mujeres quienes sacamos adelante los hogares y, cuando estos han estado en peligro o los hombres han hecho huelga, nosotras nos hemos alzado.

¿Y por qué en Europa no hemos irradiado esa imagen de la mujer africana? ¿Cree que se debe a la mirada eurocentrista o paternalista con que nos seguimos dirigiendo a África?

Sin duda, nunca ha existido un afán por mirar más allá del cliché, el estereotipo y la mirada paternalista. A mí me resulta llamativo que, tal como comentaba con otra escritora recientemente en Barcelona, todavía prevalezca esa idea de que la mujer africana es sumisa, polígama, infeliz o sufridora. Nada que ver con la realidad e, incluso, podría plantear que la mujer africana sufre menos que la mujer occidental. Y te diré por qué. Por un lado, la mujer africana se hace absolutamente cargo de sí misma. Y por otro lado, al asumirse a sí misma, el hombre jamás es el centro de su vida y no se persiguen historias de amor como si éstas pudiesen definirnos. La tradición de la mujer africana es sostenerse a sí misma y esa mentalidad forma parte de las nuevas generaciones. Además, un asunto que me inquieta de las sociedades occidentales, que viví en mis estancias en Europa y que tiene que ver con los dictámenes patriarcales, es esa cosificación de las mujeres por los mandatos consumistas, publicitarios o de la moda. Me inquieta porque estas obsesiones no conducen a ninguna parte, ni las que tienen que ver con el cuerpo, ni las que tienen que ver con los hombres (Risas).

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