La excelencia académica de 500 alumnos de cuarto curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) ha culminado con la concesión de las ayudas que contempla el programa de becas de la Fundación Amancio Ortega, y que permite al conjunto estudiantil cursar primero de Bachillerato en Canadá o Estados Unidos el próximo año académico con la cobertura del 100% de sus gastos.
Siguiendo esta línea, la grancanaria Rocío Díaz, alumna del Colegio San Isidoro del barrio capitalino de Escaleritas, ha sido una de las 14 agraciadas en el Archipiélago. "He obtenido una nota media de 10 en el proceso de selección, y se ha realizado en base a la media del expediente del curso anterior y de una prueba escrita y oral de lengua inglesa que realizamos en el Hotel Iberia", indica con entusiasmo Díaz.
La joven, que se trasladará a Estados Unidos el próximo mes de septiembre, tiene muy claro que su prosperidad se encuentra en el extranjero. Por esta razón, llevaba años buscando información para poder participar en el programa. "Cuando me dijeron que me habían dado le beca fue un momento increíble para mí", confiesa. Pero la buena noticia la pilló totalmente por sorpresa. "Sabía que era muy difícil tener acceso a estas becas porque todos los que se han presentado tienen un expediente académico brillante y un excelente nivel de inglés. Teniendo en cuenta esto, veía casi imposible que me la dieran", reconoce Díaz. De hecho, fueron más de 9.700 los estudiantes que participaron en este proceso. Una cifra que acentúa aún más el mérito de esta adolescente.
La alumna grancanaria es consciente de que la oportunidad que se le ha brindado repercutirá de forma positiva en su futuro. "El sistema educativo en Estados Unidos es completamente diferente al nuestro. Allí apuestan más por potenciar la parte práctica en la mayoría de las asignaturas, y esto tiene grandes beneficios para nuestro aprendizaje", argumenta la estudiante.
Rocío Díaz convivirá con una familia americana durante su estancia en el país. Y a pesar de que aún desconoce cual será su ciudad de destino, "estoy segura de que cumplirá con mis expectativas, pero me encantaría que fuera un sitio en el que tuviera la oportunidad de ver nevar porque aún no he tenido ese privilegio". Según aclara, está "deseando" conocer su hogar de residencia, "pero aún tenemos que subir nuestro perfil a la web de la organización y aportar información sobre nosotros para que las familias de acogida tengan más datos de los estudiantes con los que van a convivir durante un año".
Ilusionada y con muchas ganas de que llegue el momento de subir a ese avión que la transportará a vivir una experiencia "inolvidable", Rocío se ha marcado una serie de propósitos que espera poder ver realizados. Unos objetivos que pasan por mejorar su formación y desarrollar su autonomía. "Quiero aprender a manejarme en un lugar desconocido, lejos de mi familia, y así poder descubrir si estoy preparada para realizar una carrera universitaria fuera de Canarias. Además, pienso aprovechar el tiempo al máximo para aprender", expresa con contundencia.
La estudiante del Colegio San Isidoro aún duda si su futuro profesional se enmarca dentro del área de la Psicología o de la Criminología. No obstante, antes de despejar esta incógnita, tiene como prioridad perfeccionar su nivel de inglés. "Hablar inglés abre muchísimas puertas en el mercado laboral. Además, Canarias es un destino turístico y en muchas ocasiones exigen el manejo de dos idiomas para obtener un buen puesto de trabajo. Pero también hay que tener en cuenta que hay muchas informaciones en internet que están en inglés y la gente joven tiene que estar preparada para poder acceder a ella", argumenta.
Lo cierto es que a pesar de su corta edad la adolescente puede presumir de tener unos conocimientos de inglés muy avanzados. Una base que adquirió en el Colegio Arenas y "viendo series en versión original". A lo que hay que sumarle el estudio de la lengua "por cuenta propia".
La joven supo que había sido una de las seleccionadas por la Fundación Amancio Ortega el pasado 28 de enero. Desde entonces, no ha parado de recibir numerosas felicitaciones por parte de sus amigos, su familia, sus docentes y compañeros. "La mayoría de mis compañeros de clase no sabía que me había postulado para esta beca. Fueron mis profesores los que se encargaron de comunicar la noticia cuando salí seleccionada y se alegraron muchísimo", explica la alumna.
Ahora que la cuenta atrás ha comenzado y en unos meses verá cumplido su sueño, Rocío Díaz no puede disimular su alegría y sentirse muy afortunada. "Es un lujo", dice la joven grancanaria.
