Los Carneros de Tigaday recorrieron ayer las calles de Frontera, en El Hierro, ataviados con pieles y manchando con betún a todo aquel que se ha cruzado en sus pasos. Unos cuarenta jóvenes han humanizado a los carneros, figuras propias de la tradición pastoril de El Hierro, con motivo de la celebración de los Carneros de Tigaday, que en esta edición cumple un año tras ser declarado Bien de Interés Cultural de Canarias. Aunque nadie sabe a ciencia cierta la fecha de la que data esta celebración, lo que sí se conoce es que estuvo prohibida y olvidada hasta que, para regocijo del pueblo herreño, la recuperara Benito Padrón Gutiérrez, con la ayuda de su hijo Ramón Padrón y la de los miembros del Grupo Folclórico Tejeguate. De esta manera, han logrado mantener la representación de Los Carneros de Tigaday como el ejemplo más emblemático y representativo del carnaval en la isla de El Hierro. La fiesta comienza y termina con una estampida, el sonido de los cascabeles y la aparición del rebaño.