La directora de El Museo Canario, Angélica Castellano Suárez, falleció la noche del pasado jueves a los 48 años de edad de manera repentina. Nacida en el seno de una familia de empresarios, tenía tres hijas y desde hacía poco más de dos años estaba al frente de una de las instituciones culturales con más historia del Archipiélago. Quienes la conocieron destacaron ayer su carácter responsable y valiente en el ámbito profesional, así como su actitud cariñosa y simpática en el plano personal. Era pareja del escritor Santiago Gil.

Chiqui, como también se hacía llamar, era una de las dos hijas del matrimonio formado por Pedro Castellano y Angélica Suárez, propietarios de los antiguos almacenes Caspe. También era nieta de Alfonso Suárez, dueño de la famosa ferretería Las Columnas de la calle Mayor de Triana. El empresario Ángel Ferrera, quien la conoció desde que era una niña por su amistad con sus padres, destacaba ayer que siempre fue una persona "muy responsable, muy cariñosa y con muy buenos sentimientos".

Castellano Suárez se licenció en Dirección y Administración de Empresas por la Universidad de Saint Louis en EEUU, donde se especializó en Economía Internacional y Marketing. Después se formó en la Sociedad del Conocimiento. Fue entonces cuando Ferrera decidió ficharla para que se incorporara al Centro Atlántico de Pensamiento Estratégico (Catpe) como directora ejecutiva entre los años 2013 y 2016. "Profesionalmente era muy valiosa, muy creativa,, siempre con iniciativas nuevas y proponiendo cosas", comentaba.

El también empresario Alberto Cabré, con quien compartió sus años en el Catpe, reseñaba la "tremenda pérdida" que supone la muerte de Angélica Castellano. "Era una persona muy preparada, muy dispuesta, muy analítica en sus conclusiones y sus estudios". "Formamos", prosiguió, "un equipo extraordinario". Uno de los objetivos de Chiqui era contribuir en "el progreso de nuestra tierra", dijo el expresidente de la Confederación Canaria de Empresarios, quien añadió: "Se implicó mucho en un informe sobre la sociedad del conocimiento y el avance que teníamos que dar a la educación en Canarias".

Ese amor por su tierra lo trasladó a El Museo Canario, organismo al que se incorporó como directora el 1 de octubre de 2016. El presidente de la institución fundada en 1879, Diego López, reseñaba ayer de Castellano que "se volcó en hacer actividades didácticas para niños, trabajaba mucho con colegios e institutos, el museo está constantemente lleno de chiquillos". Asimismo, resaltaba que durante los dos últimos años contribuyó a dar una mayor proyección pública del museo con actividades complementarias y artículos de prensa, además de dar mayor importancia a las redes sociales. "Aportó novedades" actuales a la histórica institución, decía.

"Era una mujer muy vitalista, decidida, valiente, trabajadora, activa", destacaba López. "Muy deportista", apostillaba Cabré, quien recordaba las bromas que le hacía cuando participaba en alguna de las mejores carreras por montaña de Canarias como Transgrancanaria o Transvulcania. "No sabía cómo podía hacer tantos kilómetros y tanto esfuerzo (?) le encantaba andar por los montes de Gran Canaria". Y es que otra de sus pasiones era la naturaleza y el senderismo, por lo que aprovechaba cualquier momento para patear por los caminos de la Isla.

Esa vitalidad que desprendía hizo que su muerte cogiera por sorpresa a amigos y familiares. El pasado jueves se sintió mal y avisó a El Museo Canario de que no podía acudir al trabajo. Por la noche, sus amigos conocieron su fallecimiento. El propio museo dio la noticia a través de las redes sociales: "Hoy [por ayer para el lector] tenemos que comunicar una triste noticia: ha fallecido nuestra directora Angélica Castellano Suárez", señalaba el escueto mensaje, en el que se agregaba que la institución "lamenta profundamente esta pérdida" y expresaba sus condolencias a toda su familia "en estos momentos tan difíciles".

El Cabildo de Gran Canaria, por su parte, subrayaba en un comunicado el compromiso de Angélica Castellano con la "difusión del notable legado vinculado con la cultura indígena que se custodia en el museo". El presidente de la administración insular, Antonio Morales, recalcaba el impulso que le había dado al museo, "revitalizando su dimensión institucional y contribuyendo con su papel dinamizador a posicionar la oferta cultural de la centenaria entidad".

Otras instituciones como el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) lamentaron en redes sociales la pérdida de Angélica Castellano, cuyo cuerpo fue incinerado anoche.