La Provincia - Diario de Las Palmas

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Juan Jesús García Morales

"Hay un debate sobre si la espiritualidad radica en la mente o en el alma"

"Creo que la mayoría de los científicos se sitúan con una posesión pacífica de su fe o en el agnosticismo", afirma

Juan Jesús García Morales, subdirector del Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias (ISTIC) en la sede de Gran Canaria. j. pérez curbelo

Siempre ha sido complicado conciliar ciencia y fe. ¿Qué novedades propician la convocatoria de estas Jornadas de Teología?

La novedad, aparte de los ponentes que son especialistas en el diálogo entre la ciencia y la fe es, sobre todo, la perspectiva con la que han organizado las jornadas, de circularidad positiva, lo que significa que, independientemente de cada método, de cada aproximación al objeto de estudio que es independiente y cada uno con su propia autonomía, la complejidad de lo real nos exige hacerlo en diálogo interdisciplinar.

¿Son realmente complementarias la ciencia y la religión, tema de una de las ponencias?

Tendremos que escuchar al ponente a ver cómo lo afronta, pero sí, en principio creemos que, efectivamente, guardando esa autonomía metodológica propia de cada disciplina, claro que son compatibles porque la verdad aun siendo una tiene muchos prismas, maneras de acercarse a ella y muchos resultados distintos que afectan a distintas dimensiones tanto de la persona como del propio conocimiento científico y de la sociedad. Además esa compatibilidad debe cada día estrecharse y vislumbrarse más para conseguir un acercamiento más verídico a la realidad.

Dijo Pasteur que "un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia devuelve a él". ¿Son creyentes los grandes científicos?

Entre los científicos hay de todo. Los hay que tienen fe y además esta no sólo ha sido un acicate para el desarrollo de su conocimiento como científicos sino que también ha sido una referencia continua. Precisamente es la búsqueda que ha impulsado la fe la que les ha llevado a desarrollar su ciencia. En este sentido, hay una exposición simultánea con las Jornadas de Teología, realizada por el Museo Elder de Ciencia y Tecnología de Las Palmas, que insiste en la variedad de posicionamientos, destacando la cantidad de científicos que han estado abiertos a la fe. Creo que hoy en día se puede encontrar a muchos en un orden y en otro. El propio Javier Santaolalla subió un vídeo a youtube donde explica las distintas aproximaciones a la fe desde la ciencia de cada uno.

Recuerdo que hace unos cuarenta años Severo Ochoa hizo público su ateísmo?

Hay muchos científicos que se declaran ateos o más bien agnósticos más que ateos militantes, en el sentido de pensar que no pueden hablar del tema, que no saben cómo establecer un discurso sobre las creencias. Creo que la mayor parte de los científicos se sitúan, o bien con una posesión pacífica de su fe, o en el agnosticismo, en el no poder decir nada de las realidades de la creencia.

¿En qué consiste el concepto de circularidad, que comentaba usted antes, entre filosofía, teología y ciencias experimentales?

La circularidad positiva es una expresión sacada de la Teoría General de los Sistemas que ha influido en tantas ciencias. Es una perspectiva muy bonita y adecuada porque hoy en día nos damos cuenta de que la realidad es muy compleja y difícil de afrontar desde una sola perspectiva. La circularidad propone respetar la aproximación metodológica de cada disciplina, pero al mismo tiempo, que haya una interacción, es decir, un conocimiento recíproco que informe la labor de cada una de esas disciplinas, siempre respetando la autonomía propia.

¿Cómo hay que entender la Teoría del todo?

Es una propuesta que se hizo Einstein cuando aparecieron las dificultades con la mecánica cuántica. Quien se lo propuso con mayor claridad y lo propone en sus libros con mucho detenimiento fue Stephen Hawking. La Teoría del todo es la de la unificación. Mantendría unidas las fuerzas de la naturaleza, las leyes de la relatividad, con el mundo cuántico en el que aparece la indeterminación y la incertidumbre. El gran propósito de los físicos teóricos ha sido, precisamente, intentar alumbrar una teoría del todo que unifique todas estas leyes en todos estos campos. En las jornadas intentaremos afrontar la cuestión y ver en qué estado se encuentra.

¿Y en qué se basa la hipótesis de que el binomio Ciencia-Religión es o podría ser muy positivo en la sostenibilidad de nuestro planeta?

No es algo original de estas jornadas de Teología aunque hay varios conferenciantes que han incidido en la importancia de que, tanto las ciencias experimentales, como las humanistas, que incluyen a la filosofía o la Teología, realmente se replanteen el tema de la sostenibilidad. Lo importante es que lo que se pueda hacer sea bueno para el ser humano, la sociedad y el planeta. El término sostenibilidad está influyendo mucho ahora en las reflexiones en distintos ámbitos. Creo que en nuestras jornadas estas cuestiones se las han planteado directamente tanto José Manuel Caamaño, con el tema de la deontología universal de la ciencia; muy específicamente, Amparo García-Plaza, que habla de la sostenibilidad como un reto para la ciencia y la religión, o la ponencia de clausura de Francisco González de Posada sobre los papeles de la ciencia y de la religión en el mundo actual.

Neurociencia y persona es otra de las ponencias de las Jornadas. ¿Cómo se concilia esa relación con la idea de Dios?

El tema de la neurociencia está presente en las jornadas porque el comité organizador se daba cuenta de que los desarrollos de la neurociencia, del estudio de la actividad del cerebro, han sido tan exponencialmente fuertes durante los últimos años que no podían quedar fuera. Creemos que, además, Javier Bernácer, que pertenece al grupo de investigación mente-cerebro de la Universidad de Navarra, puede hacer una aportación muy positiva. ¿Cómo se concilia con el tema de Dios, de la Teología? Precisamente hay un debate muy importante en los últimos años sobre la posibilidad de si la espiritualidad radica en la mente humana o en otro orden, como lo que llamamos en Teología, el alma o el espíritu. También se plantea dónde radica la conciencia, si es material o espiritual, toda una serie de temas muy abiertos y en los que cada ciencia ha investigado bastante y a la que la neurociencia puede aportar mucho.

¿Todos los doctores, profesores y catedráticos que serán ponentes de las Jornadas han conciliado la Ciencia y la Fe, o se incluye a algún escéptico como testimonio de la polaridad que existe en la vida real?

Son especialistas, cada uno, en su propia rama y todos en algún momento han experimentado el diálogo con la fe, con la Teología, lo que no quiere decir que todos tengan una opinión positiva. Algunos, simplemente, se quedan en el planteamiento de la cuestión. Hasta que no los escuchemos en las jornadas no sabremos su posicionamiento real. Son bienvenidas todas las aportaciones y aproximaciones que nos hagan reflexionar y crecer para este diálogo.

¿Qué hay que hacer para asistir a las sesiones de esta convocatoria?

Uno puede apuntarse a través del formulario disponible en la web de las jornadas, www.cienciay religion.es, o venir a la secretaría del ISTIC para hacer la matrícula, o el día de la inauguración de las sesiones se podrá acudir también a un mostrador con varios auxiliares que estarán formalizando las matrículas de última hora. Además, se puede uno apuntar a las jornadas completas, con el reconocimiento de créditos y horas, tanto del Instituto de Teología como de la ULPGC, o sólo a las que le interesen.

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