El médico aragonés no solo ha sido reseñado por las acusaciones en su contra, sino también en el mundo artístico en varias oportunidades. Algunos críticos han dicho de él que es un "poeta que llega tardío al mundo de la poesía, que podría estar cayendo en un engaño terminal" pues aseguran que ya "su mirada había ejercido de vigilante y mensajero sobre las tantas imágenes que la realidad liberara sobre su conciencia de observador".

En los análsis de su obra se subraya que su condición profesional le ha hecho tomar "consciencia inmediata de la realidad circundante" pues el poder tratar los estados de enajenación del ser humano le ofrece una ventaja para compartir con otros "la angustia, la injusticia", permitiéndole ser un "vocero" que transmite la impotencia de sus casos más cercanos a través de versos.

De Carlos L. R. se ha escrito que es un profesional consciente que utiliza la escritura para "liberar estados del ser humano". También se ha recalcado que ha pasado a transformarse en el autor que busca lograr que el hombre al que se refiere en sus poesías "tome consciencia" sobre el estado de las cosas y refleja en sus poemas la "decantación por la que él ha decidido exponerse".

En el 2012, amigos y colaboradores que presentaron su segundo libro llegaron a reseñar que este "transita por el mundo" con una "mirada sensible que proyecta sobre objetos, rostros y situaciones".

Además se ha afirmado que su obra Diálogos al Sol se puede incluir en el marco de poesía de la experiencia acuñado por el poeta granadino Luis García Montero. Han resaltado que Lázaro se encuentra "centrado en el compromiso moral con el entorno y que los acerca a la reflexión".

En el día Mundial de la Poesía, se conoció que el libro Pasan los días escrito por el ahora popular médico estaba entre los ranking de los más vendidos en varias librerías de la capital grancanaria. Asimismo, acumulaba "ventas notables" para los números que se suelen dar en este género.

En cuanto a El Libro País de Lux, el poeta también ha recibido buenas críticas. Algunas lo retratan como un hombre que escribe textos que brotan de su experiencia y que se alejan de un "esteticismo vacuo". Además señalan que en ese poemario se evidencia que el autor sale de su zona de confort, es decir, de su consultorio y sale a la calle a percibir lo que sucede en su entorno con "peculiar sensibilidad" y en con un "compromiso humanista".