En los últimos años, el compromiso de los estudiantes en el aula ha cobrado relevancia debido a sus relaciones con variables como el rendimiento académico, el abandono escolar y la disciplina. El compromiso se refiere a la participación activa del estudiante en una actividad de aprendizaje. Existen cuatro tipos: conductual, emocional, cognitivo y agencial. El compromiso conductual se refiere a la atención y esfuerzo del estudiante cuando participa en una actividad. El emocional se refiere a la presencia de emociones positivas (interés) y la ausencia de emociones negativas (ansiedad) durante una tarea. El cognitivo se refiere al uso de estrategias de elaboración en lugar de estrategias de memorización cuando el estudiante intenta aprender. Finalmente, el agencial se refiere a la medida en que los estudiantes participan en su proceso de aprendizaje, en términos de hacer preguntas o expresar preferencias.

La teoría de la autodeterminación es una macro-teoría de la motivación y personalidad humana que analiza estas relaciones y explica el funcionamiento positivo de los estudiantes en el aula. Esta teoría destaca el efecto del estilo de enseñanza del profesor sobre la satisfacción de la necesidad de autonomía del estudiante. La autonomía se considera una necesidad humana fundamental cuya satisfacción es esencial para que las personas crezcan y prosperen. El estudiante debe sentirse autónomo y causante de sus comportamientos, sentir que no hay presión externa cuando realiza una conducta. Si el profesor utiliza un estilo didáctico en el aula que apoye esta necesidad, entonces promoverá un compromiso de mayor calidad en las actividades de clase.

Un elemento que puede utilizar el profesor como estilo didáctico para mejorar el compromiso de sus estudiantes es el apoyo a su autonomía. El apoyo a la autonomía promueve la elección, minimiza la presión para realizar las tareas y fomenta la iniciativa. Se refiere a una atmósfera donde los estudiantes no están presionados para comportarse de una manera específica, sino que son animados a ser ellos mismos. Varias condiciones son necesarias para que los estudiantes sientan apoyada su autonomía: el profesor debe nutrir los recursos motivacionales internos (reforzando el disfrute y la curiosidad), razonar de forma significativa sus explicaciones (las actividades propuestas deben ser útiles), reconocer los sentimientos negativos del estudiante (ponerse en el lugar del estudiante), usar un lenguaje que no implique control (no presionar al estudiante), ofrecer opciones a la hora de realizar tareas y mostrar paciencia para dar tiempo a que cada estudiante aprenda a su ritmo.

Recientemente, los profesores Juan Luis Núñez y Jaime León del Grupo de Investigación Reconocido Motivación, Educación y Salud de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, hemos analizado a lo largo de un semestre, el efecto de la percepción que tienen los estudiantes universitarios del apoyo que proporcionan sus profesores sobre la necesidad de autonomía y sobre cada uno de los cuatro tipos de compromiso. Los resultados sugieren que el compromiso emocional es el más favorecido cuando el profesor apoya la autonomía de sus estudiantes. Por tanto, las emociones se muestran como un elemento clave para mantener la motivación durante las actividades de aprendizaje y obtener resultados académicos positivos. El apoyo a la autonomía produce beneficios emocionales en el aula. Si los estudiantes satisfacen su necesidad de autonomía, entonces sentirán más emociones positivas en el aula, estarán más interesados y tendrán más energía al realizar las tareas. Los estudiantes necesitan emocionarse cuando aprenden y el profesor puede contribuir de una manera significativa.

Juan Luis Núñez. Profesor Titular de Universidad (ULPGC). Departamento de Psicología, Sociología y Trabajo Social. Coordinador del Grupo de Investigación Motivación, Educación y Salud.