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Las 'sonrisas' que delatan al alzhéimer

El investigador de la ULPGC Carlos Travieso patenta un sistema tecnológico para diagnosticar patologías neurodegenerativas a través del movimiento de los labios

El investigador Carlos Travieso en su despacho del Departamento de Señales y Comunicaciones de la ULPGC en el Campus de Tafira. juan castro

Detectar el grado de emoción de una persona a través del movimiento de los labios es la base de una nueva herramienta para el diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson. El sistema, diseñado por Carlos Manuel Travieso González, acreditado a catedrático de Universidad, director del Departamento de Señales y Comunicaciones de la ULPGC e investigador del Instituto Universitario de Investigación para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación en Comunicaciones (Idetic), obtuvo el primer premio del Certamen de la Cátedra Telefónica en la ULPGC 2018, en la categoría de Transferencia.

"El estudio de las señales fisiológicas y conductuales del cuerpo humano, puede ser un buen indicativo para la detección del grado de emoción de las personas frente a un estímulo externo, como puede ser un video o un documento multimedia. Hoy en día, y considerando los avances tecnológicos en materia de sensores, es posible adquirir esta información de forma sencilla y muy económica, la cual puede ser usada en muchísimas aplicaciones. Entre ellas, para la detección de enfermedades neurológicas como el alzhéimer", indicó el profesor Travieso.

El proyecto nació a partir de una colaboración con la Universidad Tecnológica de Brno en la República Checa, donde trabajaban con pacientes con alzhéimer a través de información proveniente del sonido. "Yo siempre he investigado con la parte de la imagen, y vimos la importancia de ver la información que nos aportaba el movimiento de los labios, dado que las personas que sufren una enfermedad neurodegenerativa hablan de una forma más pausada, más lenta, pierden emoción, y con ello también pierden movilidad en los labios".

Así se desarrolló esta herramienta tecnológica, para la detección del grado de la emoción a partir del movimiento de los labios, que ha sido patentada por la ULPGC, en la Oficina de Marcas y Patentes del Ministerio de Industria. La invención detecta automáticamente el rostro humano, y de ahí extrae las imágenes del movimiento de los labios, también de forma automática. El movimiento es cuantificado en una escala y lo relaciona con el valor de intensidad de la persona.

El experimento, que ha contado con la colaboración de investigadores de Brno University of Technology y el Hospital de Brno en la República Checa y del Idetic, ha sido validado clínicamente con más de 50 pacientes, y ya está al servicio de la sociedad.

El objetivo final es desarrollar un sistema multimodal, donde uno de los modos de funcionamiento sería el movimientos de los labios, y otros el sonido, y las señales fisiológicas (ritmo cardíaco, la impedancia de la pie...). "Para mejorar el sistema, se está usando una serie de señales fisiológicas, como es el nivel de saturación en sangre, el ritmo cardiaco, o la impedancia de la piel, entre otros. Por ahora, se está analizando el valor de las señales frente a estímulos externos mediante la guía de un psicólogo, realizando un adecuado estímulo de las emociones y así detectar y analizar su valor. Una vez se haya analizado, se pasará a su análisis clínico, y así mejorar la propuesta y adaptarla a un entorno real. Esperamos poder colaborar con el Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil para realizar este análisis", indicó.

Todos los sensores utilizados para este propósito, cumplen con la premisa de ser de bajo coste y de fácil manipulación. Esto facilita su uso y aplicación en diversos entornos pudiendo ser manipulados por personal no cualificado, incluidos los familiares. "Muchas de las pruebas realizadas hoy en día, tienen un coste elevado, y son realizadas por personal altamente cualificado. Además del ahorro económico, este sistema también permite un seguimiento más exhaustivo del paciente (diario, dos o tres veces por semana...) para ver si responde bien al tratamiento, por ejemplo, ya que puede tenerlo en casa, o incluso en los centros de día", concluyó.

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