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Entrevista | Cristóbal López Romero

"Es más lo que nos une que lo que nos separa a cristianos y musulmanes"

"Vamos a bautizar en la noche de Pascua a 42, entre jóvenes y adultos, y son todos subsaharianos", comenta el arzobispo de Rabat, sacerdote salesiano

El arzobispo de Rabat, en pie, en una ceremonia en Casablanca, en la toma de posesión de un párroco. a.r.

Juan Pablo II visitó Marruecos en 1985. ¿Qué sucedió desde entonces con el catolicismo en ese país?

Sí, Juan Pablo II visitó Marruecos en 1985. No estaba entonces, pero testigos de aquella visita me han contado lo importante que fue. Estuvo solo unas horas. Llegó a media mañana y se fue al caer la tarde. Marcó un hito con 80.000 jovenes marroquís que aun nos sirve para motivar la relación islamo-cristiana y el diálogo interrreligioso. También celebró una misa con la comunidad católica que había en aquel momento, solo dos mil cristianos. Era en agosto y todos los europeos se van de vacaciones. En esa homilía dio orientaciones que nos motivan. Marcó una época también jurídicamente porque a partir de ese tiempo la Iglesia tiene una existencia jurídica en Marruecos, que no tenía.

¿Hay en Marruecos hoy unos 30.000 católicos, la gran mayoría extranjeros?

No. La gran mayoría no, todos. No hay cristianos católicos marroquíes. Somos extranjeros, pero la iglesia no es extranjera, es internacional. La comunidad católica está compuesta, decimos, por treinta mil, pero resulta imposible contarlos. Son provenientes de 100 países de cinco continentes. Así que somos una Iglesia bien católica, en su significado universal.

¿Es posible realizar tareas de evangelización en Marruecos?

Bueno, todo depende de lo que se entienda por evangelizar. Si se entiende salir con una megáfono a la calle y un altavoz y predicar, no. Eso no es posible. Si por evangelizar entendemos llevar el Evangelio a donde cada cristiano está presente; dar testimonio del amor de Dios a todos, eso sí lo hacemos en todas las partes y en todas las circunstancias. Muchas veces calladamente, discretamente, sin poder poder pronunciar frases de la Biblia y del Evangelio pero proclamando el testimonio vivo que somos cada uno de los cristianos. Somos una iglesia evangelizadora, pero no de la manera que muchos creen.

Marruecos es un país con el que comparte fronteras difíciles con España y también es una frontera entre pueblos subsaharianos. Las diócesis de Tánger y Rabat están en el medio. ¿Esperanza, temor, impotencia?

Marruecos es un país que emite y recibe emigrantes que se quedan a vivir. Es origen, meta y paso. La Iglesia católica debe ser como el buen samaritano. Una iglesia que ve a una persona en necesidad y sin preguntar nada atendemos al que esá enfermo, al herido, al que está en necesidad. Y lo hacemos por medio de Cáritas de Rabat o de la Delegación Diocesana de Misiones de Tánger. El trabajo que se hace con migrantes subsaharianos es muy fuerte. Consiste en acogerles, protegerles, promoverles y, si es posible, insertarles en esta sociedad marroquí que se esfuerza también en ser una tierra de acogida. Es una presencia muy importante que la visita del Papa va a contribuir a reconocer y a reforzar.

Usted, en la presentación pública de la visita del Papa a Rabat, recomendó estar pendientes de las palabras y los gestos del Pontífice. ¿Qué gestos esperan de Francisco?

El primer gesto del Papa es que viene a Marruecos y aún no ha ido a España, ni a Argentina, ni a Francia, ni a Alemania. El papa elige países como Armenia, Azerbayán, Abu Dabi y Marruecos. Quiere decir que él practica lo que predica. Una Iglesia en salida que va a las periferias. Lo demuestra con su presencia aquí en Marruecos. Segundo, el Papa ha querido explícitamente tener un encuentro con migrantes y una visita a una obra social en favor del pueblo marroquí llevada por unas religiosas Hijas de La Caridad. Eso es un gesto. Como también lo es el visitar el Instituto Mohammed VI para la formación de imanes. Quiere decir que favorece el diálogo interreligioso. Y finalmente, el encuentro con el Rey y con el pueblo marroquí expresa también la voluntad de unir el Islam al cristianismo para trabajar por la 'fraternidad universal', como ha propuesto en el documento firmado en Abu Dabi con el gran Iman Al-Tayyeb. Todo ese trabajo de las religiones es un gesto.

¿Como se ha recibido en Marruecos el texto firmado sobre la 'fraternidad humana' en Abu Dabi?

Bueno, a mí personalmente me ha parecido excelente. Y esperamos que no se quede olvidado en un cajón sino que, como el texto propone, sea presentado en las escuelas, en los colegios, en las unviersidades, y sea estudiado. Es un texto que todos debemos tener presente para hacer un mundo y una sociedad mejores. Frente a tantos intentos como existen ahora de construir muros, levantar fronteras y separar a pueblos, este mensaje propone construir puentes y fraternidad. En lugar de ver a los otros como adversarios y enemigos. Creo que es un texto que dará sus frutos, no de forma inmediata pero irá tomando cuerpo con el tiempo; como el Concilio Vaticano II, que en 50 años después sigue vigente.

¿Qué esperar ahora del resto de las corrientes del Islam tras la firma del Papa con el líder sunni?

Yo no domino exactamente el interior del Islam. Se que aquí en Marruecos vivimos en un islam moderado, abierto al diálogo interreligioso, que pretende reconocer las diversas confesiones religiosas y garantizar una libertad de culto y de vivencia religiosa. Espero que aquí el texto sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común haga camino. Entre los 37 millones de habitantes no todos tienen ese conocimiento y esas actitudes de convivencia y fraternidad y confío que eso se difunda y tenga efecto en el pueblo marroquí. En las otras naciones y con las otras corrientes del Islam habría que preguntarles a ellos. No conozco cuales son los sentimientos y como han recibido este documento firmado por una personalidad. El problema del Islam, un poco, es que no hay una cabeza que pueda tomar decisiones para todos entonces las cosas van más lentas.

¿Hermanos los cristianos y musulmanes, aún con un Dios trinitario (Padre, Hijo y Espíritu Santo) tan diferente a Alá?

Creo que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Somos hermanos en Adán; somos hijos de Abrahan; somos creyentes en el único y verdadero Dios; somos creyentes en la vida eterna; creemos en la dignidad de la persona que deviene de ser creatura de Dios, hecha a su imagen y semejanza; creemos en el Juicio Final que Dios nos hará, según lo que hayamos vivido en esta vida en el amor a los demás. Así es que una gran parte de nuestro credo lo compartimos. Creemos en el poder de la oración. Nosotros nos definimos aquí en Marruecos como orantes en medio de un pueblo que reza. Y eso es más importante que las diferencias que pueda haber. Incluso ellos veneran a María, la única mujer de la cual habla el Corán, a la que se dedica un capítulo.También veneran al profeta Aisa, que no es otro que Jesús, el hijo de María. Son más las cosas que nos unen que las que nos separan, aunque lo que nos separa está en la superficie y se ve mucho, y lo que nos une está en lo profundo y no se ve. Nuestra tarea es ponerlo en la superficie para que todo el mundo constate que en el fondo el hecho de ser personas humanas, criaturas de Dios. Es lo fundamental.

¿Prevé algún un pronunciamiento del Papa sobre el Sahara?

No creo. No es función de una visita del Papa. No creo que se aborde ni en privado.

¿Como pude ayudar España o Canarias en particular, a la Iglesia católica en Marruecos?

Es una buena pregunta. Y cuando se hace se piensa que voy a responder diciendo que manden dinero. Pues no. Si lo quieren hacer, no me opongo pero la principal ayuda es conocernos. Lo mejor es venir a visitarnos sin miedo y sin prevención. Deberíamos compartir mucho más porque estamos muy cerca. De hecho estamos frente a Canarias y somos las iglesias más cercanas en el sur de Marruecos. Debemos conocernos mutuamente y enviarnos voluntarios y personas para colaborar en tareas concretas. Sería la mejor ayuda que nos podrían prestar. Y hacer un poco de intermediarios para que el pueblo español, y concretamente el canario, pueda saber que la Iglesia está viva y que vive su fe evangélica al cien por cien y que no hay que tener preveción contra el Islam. Son nuestros hermanos y tenemos que convivir y trabajar juntos en pro de un mundo mejor y derribar muros y construir puentes. Ese sería mi eslogan de lo que pueden hacer por nosotros: derribar muros de prejuicios y construir puentes de amistad y fraternidad.

¿Cómo vive un obispo en Maruecos?

Perfectamente, muy bien. Llevo un año como obispo y estoy muy satisfecho de la acogida y colaboración que estoy encontrando para las iniciativas que propongo y el trabajo en equipo que estamos haciendo. Somos 34 sacerdotes en la diócesis de Rabat y un centenar de religiosas. Es un número no muy grande pero que tampoco está mal. Tenemos unas 20 parroquias en funcionamiento. Unas muy pequeñitas y otras de notables dimensiones. El domingo de Pascua, el año pasado, pude celebrar la eucaristía en una iglesia con 1.200 fieles y una coral de 70 voces. Escuchando el Aleluya de Haendel, interpretado después de la comunion por esas setenta voces, me decía a mí mismo: ¿qué obispo en España tendrá la suerte que tengo yo de celebrar una misa de Pascua con 1.200 cristianos de una edad media de 30 a 35 años? Así que me siento muy feliz aquí.

¿Crece la Iglesia en Marruecos?

Este año, en la noche de Pascua, vamos a tener 42 bautismos de jóvenes y adultos, todos subsaharianos. No se si hay algún europeo. A lo largo del tiempo pascual creo que tendré la alegría de poder confirmar a unos 100 jóvenes. El año pasado fueron ochenta y ocho. Estamos teniendo 200 niños en catequesis en las distintas parroquias con unos 35 catequistas que les cuidan y les acompañan. También a ese nivel intraeclecial vamos creciendo. Todo a partir de la presencia de cristianos subsaharianos que han venido aquí para estudiar en la universidad pero sobre todo, también cada vez, más para trabajar y vivir quí.

¿Cuantos se reunirán mañana en la misa en Rabat con el Papa?

Habíamos previsto entre cinco y ocho mil, y vamos a sobrepasar los 10.000 a juzgar por el entusiasmo y por los tiques que hemos distribuido, absolutamente gratuitos, por motivos de organización. Hemos sido desbordados por las peticiones. Estamos contentos pero un poco asustados haber si no vamos a caber. En el estadio deportivo entran 10.000 personas. Esperamos llenarlo y disfrutar del encuentro. Lo importante es escucha su mensaje y encontrarse con aquel al que el Papa representa. El Papa es el dedo que señala el sol y hay que fijarse en el sol no en el dedo.

¿Qué mensaje envía a Canarias?

Quiero enviar un saludo a todo el pueblo canario que yo estimo tanto. He podido estar en Las Palmas y en Tenerife, tanto en La Orotava como en Santa Cruz, en La Cuesta, donde los salesianos están presentes. Así que un saludo muy cordial a toda mi familia salesiana y a todo el pueblo canario. Que recen por nosotros para que esta visita se pase en las mejores condiciones posibles.

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