Una leyenda de origen irlandés cuenta que al final de un arcoíris se puede encontrar una olla llena de monedas de oro, custodiada por un duende, el Leprechaun. Las lluvias que descargaron de forma intensa en la capital grancanaria durante este domingo regalaron, durante un instante, una estampa para inmortalizar. Alrededor de las 15.30 horas, la combinación de lluvia y sol coloreó el cielo de Las Palmas de Gran Canaria en la zona del Puerto y se pudo divisar desde la Ciudad Alta.

(HABRÁ AMPLIACIÓN)