Un interés por la geometría y el orden en el espacio, pero con visiones y objetivos totalmente distintos, unen a las instalaciones que se exhiben en dos salas de la segunda planta del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) realizadas por el artista lanzaroteño Nicolás Laiz Placeres que presenta el proyecto El ocio y el espacio, y el valenciano Manu Blázquez con Variaciones de 12.
Ambas muestras, que se inauguran hoy a las 20.00 horas, y se pueden visitar hasta el próximo 19 de mayo, forman parte del programa Artistas en Residencia que este centro museístico convocó este 2019 por tercer año consecutivo, formado por cuatro plazas, dos para artistas de Canarias y otras dos para creadoras o creadores del resto de España, con el propósito de propiciar que el centro se un espacio de diálogo y convivencia. La segunda residencia, que comenzarán en septiembre, incluirá los trabajos de Nela Ochoa y Natalia Escudero López, residentes en Canarias y en Zaragoza, respectivamente.
Nicolás Laiz Placeres (Lanzarote, 1975), presenta El ocio y el espacio, una instalación en la que propone una reflexión sobre los lugares destinados al consumo de tiempo libre en las sociedades occidentales y sobre lo que se espera encontrar en esos lugares idílicos, conocidos como paraísos de vacaciones. Se trata de una pieza site specific en la que el blanco predomina frente al color y en el que, sin acoger influencias claras, se puedan encontrar pinceladas que van de Los guerreros de Xian hasta Velázquez. Una serie de objetos cubiertos de escayola se muestran sobre el suelo a modo de monumento dedicado al ego occidental. "Esto comienza cuando empiezo a reflexionar sobre el espacio que ocupamos los humanos en el ocio", señala el autor. "Y puede ser el esquema de una ciudad o un ecosistema que va creciendo". El artista canario denuncia esa parte del mundo de la opulencia que derrocha continuamente, por lo que "he tomado formas de elementos de la sociedad de consumo como los paquete de cigarros, las latas de alcohol o jabones" para realizar su instalación.
Alienante
Laiz Placeres recuerda que el trabajo es ahora más alienante que en la época de Marx y en la obra está "el tema del individualismo, de la botella o el paquete para consumirlo tú solo y en diferentes patrones" aparte de que la distribución imita desde la urbanización actual hasta organizaciones más medievales "con los núcleos y los asentamientos".
El artista Manu Blázquez (Valencia, 1978) presenta la obra Variaciones de 12, otro proyecto site specific de dibujo con vocación instalativa, basado en dos de las principales características de los frisos polícromos del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar, que se agrupan en series de doce. Una primera serie de dibujos se presenta sobre pared, a modo de friso, y un segundo grupo se dispone sobre seis meses diseñadas por el propio Blázquez para la muestra.
"La obra toma como referencia un hecho canario por el uso de la geometría, y por las agrupaciones que se hacen des estos espacios", señala. "Los tres grupos principales de dibujos aparecen agrupados en series de doce como los de la Cueva Pintada" en referencia a un calendario, con sus doce horas y doce meses.
La obra de Blázquez se engarza con esas corrientes minimalista, programadas y sistémicas, que tuvieron su auge en los 80. "La parte central de la instalación es otra serie de dibujos a modo de facsimil digital con un trabajo de tramas con dos formatos de papeles estandarizados que usamos habitualmente como el Dina 4 o 5", aclara. "Es como un viaje inmenso a esos formatos, pero aquí lo importante es la secuencialidad que hay en la obra, esos ritmos de doce que se repiten y los resultados que genera ese pliegue de papel que dota de un carácter más humano al trabajo".
