Bomberos del Consorcio de Emergencias y personal del área de Medioambiente del Cabildo de Gran Canaria se encargaron de rescatar en las primeras horas de la mañana de este viernes una cría de calderón gris que varó en los riscos de la playa de Bocabarranco, situada en el barrio de Jinámar frente al centro comercial Las Terrazas.

El ejemplar fue avistado en primera instancia por un ciudadano, que no dudó en introducirse en el agua para ayudar al animal que se encontraba atrapado entre las rocas de la orilla de esta cala. Los efectivos de seguridad y de rescate de fauna salvaje recibieron el aviso sobre las 9.00 horas. En primer lugar se pensó que podría tratarse de una cría de delfín, pero una vez aparecieron los operarios en la costa lo identificaron como ballenato y lo trasladaron hasta las piscinas del centro de recuperación de fauna marina de Taliarte.

El veterinario Pascual Calabuig, jefe responsable del centro de recuperación de fauna silvestre, señaló el mal estado del animal: decenas de rasguños provocados por el roce con las piedras de la costa y un peso muy bajo. Asimismo, identificó que el pequeño calderón posee algún tipo de enfermedad neurológica y que por su estado tan débil se separó de la manada para morir en la costa.

Sin embargo, mientras transcurrió la mañana y tras los cuidados que le proporcionaron desde el centro especializado, el animal comenzó a mejorar considerablemente. "Cuando nos dimos cuenta de su estado entendimos que no iba a sobrevivir, e incluso estábamos planteando practicarle la eutanasia porque no creíamos que pudiera curarse: estaba muy malherido", explicó Calabuig.

"Tras inyectarle el suero y darle de comer, el animal empezó a manifestar mejores síntomas de salud y, de hecho, quiso jugar con los cuidadores que lo atendían", añadió el veterinario con emoción. "Casi no no los creíamos, su mejoría en pocas horas ha sido increíble". Sin embargo, Calabuig recalca que el pequeño calderón aún se mantiene en malas condiciones. "Sigue débil, pero esperaremos hasta mañana para ver si se encuentra mejor y tiene posibilidades de sobrevivir", sostuvo.

El ejemplar fue alimentado con una docena de medregales y cuatro calamares. Durante el proceso pudieron extraerle sangre, que analizaran en la facultad de Veterinaria para diagnosticar su estado real e identificar qué tipo de enfermedad presenta. Por el momento, permanecerá en el centro de Taliarte (ahora mismo se encuentra en unas piscinas cuyo uso frecuente se destina a la recuperación de tortugas marinas) a la espera de que se recupere de las lesiones. Se trata de un ejemplar hembra en edad juvenil, que podía cazar de forma autónoma aunque aún se encontraba bajo el amparo de sus padres.