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Entrevista | Javier García Martínez

"Los científicos serán los grandes transformadores del siglo XXI"

"La nanotecnología no es ciencia ficción, sino una nueva industria, una realidad económica que genera puestos de trabajo", afirma el emprendedor y catedrático de química

Javier García Martínez. innovaspain

¿La nanotecnología está en un auge total?

La nanotecnología no es ciencia ficción, sino una nueva industria, una realidad económica que genera puestos de trabajo. Los países que han apostado por ella ya están sacando rendimiento, no sólo en forma de artículos o de patentes, sino de empresas que están transformando la medicina, la energía, el medio ambiente... Es una disciplina transversal que toca prácticamente todas las industrias, también la informática, la inteligencia artificial.

¿Qué aplicaciones ha estudiado usted?

Mi visión fue aplicar la nanotecnología al refino de petróleo, que es el gran proceso de la industria química. Los procesos actuales están limitados por los catalizadores, que tienen unos poros muy pequeñitos. Gracias a la nanotecnología, con catalizadores nanoestructurados, conseguimos introducir una porosidad más grande, que hace que una mayor parte de los hidrocarburos se transformen en gasolina y en diésel, y menos terminen como CO2. En resumen, más rendimiento económico y menos contaminación.

Su verbo mágico es emprender.

Es que los científicos que se atrevan a emprender van a ser los grandes agentes transformadores del siglo XXI. Todos los retos a los que nos enfrentamos: cambio climático, hambre, nutrición, enfermedades, incluso fake news, noticias falsas, tienen una solución en la ciencia y en la tecnología. Los científicos que se atrevan a dar ese paso van a ser los protagonistas del siglo XXI transformando industrias muy consolidadas.

¿Y cómo se aplica este principio general a la nanotecnología?

La nanotecnología consiste en transformar la estructura de los materiales y darles nueva propiedades. Esto abre un sinfín de oportunidades de negocio, porque cada vez que tienes un material con nuevas propiedades tienes una posible mejora sobre una aplicación industrial.

Las propiedades de los materiales cambian en la medida en que el tamaño va haciéndose más pequeño.

Cambian de forma dramática, completamente, tanto que son materiales nuevos. La tabla periódica de los elementos es bidimensional, plana. Las propiedades de los elementos están definidas por grupo y periodo, y ahora, gracias a la nanotecnología, la tabla periódica tiene una tercera dimensión: el tamaño o la estructura hacen que, para el mismo elemento, las propiedades sean totalmente distintas.

¿Se ha captado esta idea en España?

La clave para España no va a ser el vender materia prima, por ejemplo carbón o aluminio o zinc, sino dar valor añadido a lo que produzcan. Y la nanotecnología es la clave para eso. Hay unos pocos países que pueden hacer ese tipo de transformaciones de alto valor añadido y España, desde luego, tiene que estar ahí. Yes que no podemos competir vía precio con países productores de metales.

Pero esas empresas de tan alto valor añadido suelen ser de pequeño tamaño, ¿no?

No, la nanotecnología está dando ya trabajo a más de diez millones de personas en todo el mundo, y es una tecnología emergente, que está empezando. Es una nueva forma de producción. Silicon Valley, que son empresas aún más tecnológicas, personas delante de un ordenador, genera muchos puestos de trabajo y, si nos descuidamos, destruye los que tenemos aquí. O nos apuntamos a la carrera de la alta tecnología o no vamos a poder mantener el Estado del bienestar, que es el gran desafío que tiene planteado Europa.

Pese a su aventura empresarial, usted no ha roto el cordón umbilical con la Universidad.

Casi fue al contrario. Creé mi empresa cuando estuve en el MIT, después estuve a tiempo completo en la empresa y luego, cuando la empresa empezó a crecer, decidí volver a la Universidad, porque tengo un compromiso muy claro con la Universidad pública española. La Universidad es clave para la transformación del país. No podemos resignarnos a la idea de una Universidad desprestigiada y encerrada en su torre de marfil. Debemos dar la batalla desde la Universidad si no queremos ser un país mucho más pobre.

¿Claves para que la Universidad recupere el prestigio perdido?

Destacaría tres: exigencia personal, cada uno en su responsabilidad; un cambio de estructura de gobernanza que sea transparente y rinda cuentas, y una imbricación total entre la Universidad y la empresa. En mi caso, mi experiencia emprendedora me ha hecho mejor profesor. Los alumnos lo perciben en que tienes unos conocimientos más actualizados y en que permean más factores como la asunción del riesgo, el trabajo en equipo, los proyectos y la voluntad de transformar la sociedad.

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