Un estudio genético de la Universidad de Granada ha revelado que la población del sur de la Península Ibérica apenas tiene ADN africano y ha demostrado que la ocupación árabe durante ocho siglos no dejó en la zona más legado genético que en áreas donde estuvieron menos tiempo.

Investigadores de la Universidad de Granada, pertenecientes al Laboratorio de Identificación Genética, han descubierto que el ADN del cromosoma Y de las poblaciones del sur de la Península Ibérica tiene un componente muy bajo de ADN del norte de África, similar al que existe en otros lugares de España y del Mediterráneo.

Estos resultados, publicados en Scientific Reports -del grupo Nature-, han revelado que, pese a que los árabes ocuparon la Península Ibérica durante más de 800 años, no dejaron más legado genético en estas provincias españolas que en otras zonas donde estuvieron mucho menos tiempo.

Se trata de la primera vez que se publica un estudio específico de este área geográfica sobre marcadores genéticos y se compara con el resto de España, de Europa y del norte de África.

Los investigadores han advertido, en un comunicado, del fuerte contraste que existe entre la herencia genética que dejaron los árabes en la Península Ibérica, que ahora se demuestra escasa, con la enorme herencia cultural.

"La expulsión de los pueblos del norte de África y la repoblación de la zona con habitantes del resto de la Península fue tan efectiva que, genéticamente, es difícil identificar algún trazo del legado genético dejado por los antiguos pobladores", ha explicado la autora principal del trabajo, María Saiz Guinaldo, del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada.

Las similitudes entre la población de Granada, Málaga y Almería y la población europea hace que las posibles diferencias sean muy difíciles de identificar, a pesar de que el cromosoma Y es uno de más pequeños del genoma humano, con un tamaño de unos 60 millones de bases (Mb), y se hereda de forma directa de padres a hijos.

Mediante la caracterización genética de variaciones en el cromosoma Y, se puede construir una herramienta que ayude a comprender la contribución genética de estas variaciones y su evolución.

"Nuestros resultados revelan que ningún componente africano ha permanecido en la población del sur de la Península Ibérica, a pesar de haber estado ocupada por ellos durante 800 años", ha señalado Saiz, que ha añadido que la presencia de grupos típicamente africanos no es significativa.