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Ciberlandia activa la revolución industrial

Alumnos de cinco institutos diseñan dos fábricas inteligentes de paquetería en la final del proyecto de la ULPGC que impulsa la robótica y las TIC en Primaria y Secundaria

Diseñar una fábrica inteligente que clasifique de forma automática los paquetes de una empresa de logística. Este es el reto conseguido ayer por los alumnos de cinco institutos de la Isla en la final de Ciberlandia, el proyecto de formación en robótica y tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) que lleva a cabo el Instituto Universitario de Ciencias y Tecnologías Cibernéticas (ICTC) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en colegios e institutos de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, para despertar vocaciones científico-tecnológicas en las nuevas generaciones. "Cada año tratamos de innovar y presentar nuevas temáticas y este año hemos planteado a los chicos un reto que tiene que ver con los orígenes de la robótica, que es su aplicación en la industria", indicó el director del ICTC e impulsor del proyecto, Alexis Quesada durante la final celebrada ayer en el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología.

Más de 5.400 estudiantes de Primaria, Secundaria y Bachillerato han participado en este programa desde que nació en 2012 con el fin de despertar la curiosidad por la ciencia y la tecnología en jóvenes no universitarios de entre 8 y 18 años. Estructurado en torno a la impartición de talleres de robótica a lo largo del curso en los respectivos centros, el programa concluye con el desarrollo de un reto tecnológico por parte de los equipos finalistas. Este curso, en el que han participado en torno a 450 alumnos de diez centros de la ESO y cinco colegios, han llegado a la final de Gran Canaria cinco institutos públicos: IES Pérez Galdós, IES Támara, IES Santa Brígida, IES Vega de San Mateo e IES Alonso Quesada.

"La temática de este año ha sido las fábricas inteligentes porque estamos en los albores de la cuarta revolución industrial. Para ello los chicos han construido dos fábricas de logística para clasificación de paquetería", indicó José Carlos Rodríguez, investigador del ICTC. Una vez planteado el reto, se formaron dos equipos mixtos con diez alumnos de Secundaria para trabajar en paralelo en dos mesas, en la resolución del desafío.

Colaboración

Con el fin de impulsar la colaboración frente a la competencia, los equipos se han formado con la combinación de alumnos de los cinco centros finalistas. "Cada grupo está formado por una mezcolanza de alumnos de diferentes centros, desde 4º de la ESO y Bachillerato. Es una forma de impulsar el trabajo en equipo, colaborativo, y no tanto la competitividad', indicó Quesada.

Ambos equipos se enfrentaron al reto de diseñar y programar una fábrica de paquetería completamente automatizada, que clasificara de manera adecuada los diferentes paquetes que les va llegando, y los designe adecuadamente para que lleguen a sus respectivos destinos.

"Le entregamos a ambos grupos una serie de módulos, cintas transportadoras, un brazo robótico... para que ellos decidieran donde colocarlos, porque en esta edición queríamos, además de enseñarlos a programar los diferentes dispositivos, que fueran diseñadores industriales, que diseñaran su propia planta. Le dimos los módulos para que ellos lo dispusieran donde estimaran oportuno, porque tenían que clasificar unos paquetes en función de la prioridad (estándares o urgentes) y del destino (Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura).

Así, la primera etapa del proyecto consistió en el diseño de la fábrica con los diferentes elementos de la planta (cintas de transporte, desviadores, descartadores, barreras estáticas, depósitos finales para los paquetes), que cada equipo situó donde consideró oportuno.

La segunda parte consistió en la programación de la planta, que contenía hasta seis unidades de control programables disponibles aunque no se exigía usarlas todas. "Hay que tener en cuenta que las unidades de control no pueden comunicarse entre sí por lo que era altamente recomendable que cada unidad de control gobernara una sección autónoma para asegurar la máxima independencia de los programas. Cada sección puede ocuparse de una tarea, como por ejemplo, inyectar paquetes en la factoría, hacer descartes de paquetes defectuosos y desconocidos, clasificar por prioridades, clasificar destinos urgentes o clasificar destinos estándar".

El resultado fue muy favorable para los dos equipos, que consiguieron completar el reto ante los asistentes a la final, entre los que se encontraba el rector de la ULPGC, Rafael Robaina; el consejero del Cabildo de Gran Canaria, Raúl García Brink; el director de la Escuela de Ingeniería Informática, Oliverio J. Santana, y el director del Museo Elder José Gilberto Moreno; además de compañeros de otros centros participantes que no llegaron a la final.

Una experiencia, que tanto los profesores como los alumnos han clasificado de "muy satisfactoria", no sólo por lo que aprenden, sino por la oportunidad de trabajar en equipo con chicos de diferentes centros. "Lo que más me ha gustado es poder trabajar en grupo con tanta gente", señalaba ayer Felipe Yang, alumno de 4º de la ESO del IES Alonso Quesada, que ya se ha decantado por estudiar una carrera relacionada con las tecnologías. "Lo más difícil para mi ha sido manejar el software y el hardware a la vez, pero con ganas y ánimo se puede aprender, y una vez te explican todo es más fácil de lo que parece", indicó.

Para Ariadna Rivero, estudiante de 4º de la ESO del IES Santa Brígida, Ciberlandia le ha ayudado a descubrir un nuevo mundo, el de las tecnologías. "Antes pensaba que la robótica era algo inalcanzable y no pensaba que iba a tener esta oportunidad para conocerla, pero ahora, tras los talleres, veo que no es tan difícil y la tenemos al alcance para conocerla poco a poco", apuntó la joven que, aunque le gusta mucho el mundo de la robótica, su objetivo es la medicina. "Lo más complicado, para mi, ha sido programar, y lo mejor la experiencia de conocer a otros estudiantes, compartir un proyecto juntos y crear esta minifactoría".

Similar opinión tiene Eladio Martín, también de 4º de la ESO del IES Vega de San Mateo. "Ha sido una experiencia muy interesante porque hemos estado mezclados muchos institutos y hemos aprendido uno de los otros. Aunque cada uno tenía una idea diferente, entre todos conseguimos una solución bastante rápida, lo único difícil era la parte de programar que si es verdad que hay que aprenderse algunos códigos y memorizar algunas cosas, pero animo a todos a que prueben esta experiencia porque la robótica es el futuro", subrayó el joven que quiere estudiar Informática.

También los profesores destacaron el valor de Ciberlandia para motivar a los estudiantes y acercarlos a las tecnologías. "Llevamos varios años participando y los chicos salen encantados. El reto de este año me ha gustado especialmente porque han trabajado en equipo y han priorizado el valor de la colaboración frente al de la competitividad", destacó Sari Tudisco, profesora del IES Santa Brígida, al tiempo que apuntó la necesidad de acercar esta experiencia a todos los centros, "porque las tecnologías son el futuro".

Como balance, Alexis Quesada destacó que Ciberlandia es ya "un proyecto muy maduro" por el que han pasado más de 5.400 escolares en siete años. "Algunos los hemos visto y los vemos en la Universidad en carreras de ingeniería, y en particular con la Informática. Así que uno de los objetivos de Ciberlandia, que es despertar vocaciones científico-tecnológicas lo hemos conseguido. Y lo otro es trasladarle a los chicos la experiencia de la investigación que se hace en la universidad, en este caso de grupos relacionados con inteligencia artificial y robótica y hacer poder despertar ese gusanillo desde edades tempranas".

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