La Provincia - Diario de Las Palmas

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Vámonos de viaje

Oporto gastronómico: De la francesinha al bocata de pernil

La segunda ciudad de Portugal esconde historia y secretos en sus callejuelas decadentes, además de manjares de categoría

La zona de Ribeira. Miriam Cos

Pasear por sus calles y a orillas del río Duero es una experiencia que te hace viajar en todos los sentidos, pero sobre todo en el tiempo. Oporto es de esas ciudades en las que la decadencia se ha convertido en un encanto natural que atrae cada año a miles de turistas. Entre azulejos coloridos, edificios también de mil colores y arte callejero, la urbe del norte de Portugal esconde secretos y gastronomía a muy buen precio. Mucha gastronomía.

A caballo entre librerías dignas de superproducciones de Hollywood, historia de reyes y cultura popular, el pollo asado, el bacalao en todas sus posibles vertientes, los bocadillos más sabrosos o los dulces más increíbles conforman un entramado de callejuelas y comida del que uno no se puede olvidar. Con tan solo dos días de visita cabe la posibilidad de conocer gran parte de la ciudad y de probar sus platos típicos, porque conquistar por el estómago es otro de los puntos fuertes de Oporto.

La Ribeira junto al puente de Don Luis I./ M.C.

Iglesia del Carmen, junto a la famosa Librería Lello./ M.C.

Panorámica de la ciudad desde la Torre de los Clérigos./ M.C.

Puente de Luis I./ M.C

Vistas de Porto desde la catedral./ M.C

La Torre de los Clérigos./ M.C

Noche en la Ribeira desde Gaia./ M.C

Plaza de los Aliados./ M.C

Mítico tranvía con dirección Carmo./ M.C

La Ribeira desde el tour de los seis puentes./ M.C

Puente de Luis I./ M.C

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FRANCESINHA

Este sandwich es el alma de la fiesta de Oporto, su ciudad de origen. Está relleno de diversos tipos de embutidos y carne: jamón cocido, chipolata, mortadela, un filete de ternera o cerdo con una salsa basada en cerveza y tomate y queso fundido.

Dónde comerlo: La zona pegada al río de Vila Nova de Gaia es perfecta para disfrutar de este manjar luso a cualquier hora.

Si partimos del famoso puente de Luis I -se inauguró en 1886 y lo construyó el famoso Eiffel- y vamos hacia la zona de Vila Nova de Gaia podemos encontrar decenas de restaurantes donde disfrutar de apetitosos platos. Además, en esta linde del río se encuentran las famosas bodegas de vino donde te muestran como se hace el mejor Oporto. Rutas del vino, espectáculos de fado con cena o comida o un paseo por sus playas, algunas reservas naturales por su biodiversidad como la de Estuario del Duero, son plan perfecto en cualquier mañana de verano. Además, desde Gaia se pueden alquilar veleros y embarcaciones a muy buen precio que te llevan por el Duero.

La zona también cuenta con el Mercado Beira-Rio, cargado de gastrobares donde dar buena cuenta de tapas y platos, también de dulces. Antes de llegar a la reserva natural también se puede conocer un poco la historia de la zona. En el lavadero público, las mujeres se encargan de hacer la colada que luego tienden mirando al mar mientras en pequeñas casitas de colores justo enfrente se sirven los mejores pescados a la brasa. Toda una fantasía.

Lavanderas en Gaia. / Miriam Cos

BACALAO

El bacalao, por descontado, es uno de los pescados más cotizados en Portugal. En Oporto, son muchos los restaurantes en Gaia y Riberia donde comerlo a las natas o dorado. La primera receta es más típica de Oporto, la segunda es digna de comer sea donde sea.

Dónde comerlo: El Bacalhoeiro, en Gaia, es perfecto para probar los platos de bacalao y a un precio medio.

Desde Vila Nova de Gaia, donde se pueden degustar los mejores platos de bacalao y pescados al horno de la ciudad, se puede coger un famoso tuk-tuk para recorrer gran parte de la ciudad y conocer algo de historia. Así, las paradas obligadas serán la catedral, que mezcla estilos gótico, barroco y románico -imprescindible entrar a verla- para seguir por la famosa estación de tren de San Bento, donde se puede ver la cerámica portuguesa inundando todas las paredes.

Cerca de allí, la plaza de los Aliados, donde se encuentran las famosas letras con el nombre de la ciudad donde todo el mundo se retrata y el Ayuntamiento, además del McDonald's que ocupa la que fuera una de las cafeterías con más solera de Oporto, el Café Imperial. El local original diseñado en estilo art déco fue inaugurado en 1935 en la elegante avenida de los Aliados. Un águila imperial corona la entrada al local, que respeta la distribución original del café, así como gran parte de sus motivos decorativos como los espectaculares mosaicos de sus paredes.

Muy cerca de la plaza de la Avenida de los Aliados se encuentra la Torre de los Clérigos, desde donde se puede ver una panorámica espectacular de la ciudad. Para llegar hasta ella se puede subir por la calle de Los Clérigos, donde se aglutinan tiendas y cafés de todo tipo.

BOCATA DE PERNIL

Puede parecer comida de pobres pero lo cierto es que este bocadillo es de lo mejorcito que se puede comer en Oporto. Casa Guedes ofrece el tradicional pernil con queso Serra para chuparse los dedos y a un precio más que bajo.

Dónde comerlo: Casa Guedes, Praça dos Poveiros 130.

A la hora de cenar la mejor opción es acudir a tomar un buen bocata de pernil con queso Serra -típico de la zona y que se puede obtener en el Mercado do Bolhão, al que se puede ir por la mañana-, aunque antes no está de más adentrarse por las calles comerciales de la ciudad. Entre ellas, la iglesia de San Ildefonso, justo detrás de la estación de tren, es claro ejemplo del barroco portugués. En la fachada, las paredes están decoradas con 11.000 azulejos de Jorge Colaça, con escenas de la vida de San Ildefonso y alegorías de la Eucaristía.

Justo enfrente se puede coger el mítico tranvía, que mantiene su trazado y convoy original y que transporta al visitante en el tiempo. Un paseo en el mismo te puede dejar en la famosa librería Lello, escenario de las películas de Harry Potter y que en virtud de su valor histórico y artístico, ha sido reconocida como una de las más bellas del mundo. Justo al lado, en Carmo, la iglesia del Carmen, uno de los templos más bonitos e importantes de la localidad. La fachada principal es de granito, pero con una rica y nutrida decoración común del estilo rococó, al igual que sus retablos interiores.

Una cerveza: Junto al puente de Don Luis I encontramos un pequeño bar regentado por dos mujeres donde se puede tomar una buena cerveza con vistas al río. No tiene web ni se encuentra en Internet, pero está ubicado entre la Taberna Río y Fiume Douro. Allí todo es amabilidad, las dueñas te sacan dulces y platos elaborados por ellas para que pruebes.

Un menú del día: Sin duda, Ora Viva, en la zona antigua, es el lugar perfecto y más barato donde tomar un buen menú. Por alrededor de unos 12-15 euros podrás degustar un arroz de marisco espectacular entre otros manjares, como el bacalao a las natas. Eso sí, reservar es indispensable ya que el local es muy pequeño.

En la siguiente publicación:

San Fermín cultural: Más allá de la fiesta

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