Las crecientes e intensas protestas de indígenas de Hawái y propietarios de terrenos anexos al volcán Mauna Kea, que han obligado, nada menos, que a declarar el estado de emergencia y a que dimita el responsable máximo de la universidad de la isla norteamericana, han abierto un resquicio, por pequeño que sea, para que La Palma recupere sus opciones de acoger el gran telescopio TMT.

Así lo reconocen a LA PROVINCIA, al menos, fuentes del propio proyecto TMT en España consultadas ayer. En una escueta, pero esperanzadora respuesta para los intereses canarios, indican que, "si bien nuestros esfuerzos actualmente se centran en la construcción del TMT en Hawái, la ubicación de La Palma aún se considera en caso de que no sea posible reiniciar la construcción en Mauna Kea".

En realidad, las protestas en Hawái a la creación de este gran telescopio, que implica muchos atractivos turísticos, pero, sobre todo, un salto cualitativo en la observación del cosmos, según recalcan los científicos desde que comenzó esta iniciativa, surgen casi desde el primer momento por el valor histórico y simbólico del volcán para muchos de los residentes. De hecho, fue algo que siempre tuvieron en cuenta sus promotores y que jamás se obvió en la decisión final.Sin embargo, el cariz que ha tomado el rechazo y sus consecuencias abre posibilidades a La Palma o, al menos, devuelve esperanzas a que Canarias acoja un proyecto por el que apostó con entusiasmo y una gran implicación interadministrativa y también base social y científica en las Islas y el resto de España.

El volcán Mauna Kea está inactivo, pero su relevancia cultural e histórica para muchos hawaianos resulta tan indiscutible como que la escala de las protestas ha obligado a las autoridades a declarar el estado de emergencia. Para muchos de ellos, de consumarse la creación del TMT en esa montaña se produciría una "ruina cultural".

Ese volcán siempre ha sido un lugar sagrado y venerado en las tradiciones de las Islas, sirviendo de santuario para la adoración y un "hogar para los dioses", según las tradiciones locales. De hecho, ya en el año 2015 la reacción de los contrarios impidió que comenzaran las obras previstas en ese momento.

Dimisión

Las fuertes protestas desde el pasado fin de semana convencieron al presidente de la Universidad de Hawái, David Lassner, de la necesidad de que dejara su cargo como jefe del sistema universitario tras recibir críticas de profesores, personal auxiliar y estudiantes después de los arrestos de docenas de opositores al telescopio que tuvieron lugar. Según señaló tras difundir su renuncia, ha vivido alguno de los días "más difíciles" de su presidencia.

Esta consecuencia y la declaración del estado de emergencia han elevado las dudas sobre si, al final, resulta acertado seguir apostando por la opción de Hawái, por mucho que los criterios científicos convencieran al comité que decidió la ubicación de que se trata de la mejor situación para este telescopio.

Frente a las críticas a las protestas, unos 600 astrónomos de todo el mundo han firmado una carta en contra de la criminalización de los manifestantes tras el reinicio de las obras. "Hacemos un llamado a la comunidad astronómica -indican- para que reconozca el contexto histórico más amplio de este conflicto y denuncie la criminalización de los protectores en Mauna Kea. Instamos a la colaboración de TMT y al Gobierno de Hawái a que desistan de seguir arrestando o acusando a los protectores, y retiren al personal militar y policial de la cumbre".

El TMT (siglas en inglés) es un telescopio de 30 metros y, según la comunidad científica, será el instrumento de observación más potente de la historia.