La radioterapia intraoperatoria (RIO) es una tecnología que presenta grandes ventajas para el paciente oncológico pues permite "administrar altas dosis de radioterapia, justo en el lecho quirúrgico que queda tras extirpar el tumor. De esta forma, no solamente dirigimos la radiación de forma precisa, sino que podemos apartar los tejidos sanos adyacentes, minimizando los efectos secundarios", explica el doctor Lara, jefe de Oncología de Hospitales Universitarios San Roque, el único centro privado de Canarias que cuenta con radioterapia intraoperatoria.

El especialista indica además que la radioterapia intraoperatoria utiliza una técnica especial de baja energía con un alcance muy limitado (inferior a 1 centímetro) lo que la hace "ideal" para el tratamiento de la zona resultante tras la cirugía, donde suelen quedar células malignas y que, por tanto, deben ser destruidas. Pero, a la vez, la dosis de radiación en los tejidos sanos adyacentes es mínima.

"La radiación se produce en un acelerador lineal miniaturizado, que funciona de forma idéntica a los grandes equipos habituales, pero guiada por un brazo robótico, que permite colocar la fuente de radiación en todas direcciones del espacio, asegurando la precisión del tratamiento", destaca el profesional.

Precisión

Así, el equipo de cirujanos, oncólogos y radiofísicos que realiza el tratamiento puede administrar la dosis de radiación en el sitio adecuado, ya que pueden ver y tratar la zona que ha quedado tras la extirpación del tumor. Además, abunda el oncólogo, "al dar la dosis de radiación justo en el momento de la cirugía, se previene el recrecimiento del tumor de forma más efectiva. En ese momento tan precoz, las células tumorales residuales todavía son fácilmente controlables por la radioterapia de baja energía. Por tanto, la radioterapia es mas efectiva si se da justo en el momento de la cirugía".

De esta forma, añade el especialista, "en una sola sesión podemos tratar pacientes de cáncer de mama con resultados equivalentes a los que tendrían con la radioterapia convencional durante cinco a siete semanas. Es fácil imaginar las ventajas para su calidad de vida", argumenta el doctor.

Los desplazamientos, esperas y los costes económicos para el paciente y su familia quedan eliminados con este recurso terapéutico. Para pacientes de Islas menores o que viven a gran distancia de un hospital que ofrezca tratamientos de radioterapia "este novedoso tratamiento supone un gran avance", reconoce el médico del centro privado.