Uno de cada cinco canarios padecerá un cáncer de piel a lo largo de su vida por hábitos de fotoprotección inadecuados. Así lo pone de manifiesto la doctora especialista en dermatología Paula Aguayo, que ejerce sus funciones en la Clínica Canarias Dermatológica. En base a las declaraciones de la profesional, las recomendaciones generales para evitar las quemaduras solares, y por ende, también el desarrollo de esta patología, pasan por eludir la exposición al sol entre las 12.00 y las 18.00 horas, y utilizar cremas de protección solar de amplio espectro que protejan de la radiación ultravioleta A y ultravioleta B, además de la radiación infrarroja. "No recomendamos un índice inferior a 30. De hecho, es preferible hacer uso del factor 50", apunta la doctora Aguayo.
Siguiendo esta línea, la aplicación de estas cremas debe realizarse de un modo uniforme sobre toda la piel, y repetir el proceso después de cada baño, o cuando incrementa la sudoración. Una acción que debe ir acompañada del uso de gafas de sol, gorras, o sombreros. "Hay zonas del cuerpo a las que solemos estar menos atentos, como pueden ser los pabellones auriculares, el cuero cabelludo, el dorso de la manos, los pies, y la nariz. Lo correcto es administrar la crema en casa, porque ya los últimos estudios han demostrado que el fotoprotector es efectivo transcurridos los cinco primeros minutos de su aplicación", manifiesta la dermatóloga de la clínica capitalina.
Lo cierto es que las quemaduras solares surgen como consecuencia de una exposición excesiva, y en un corto período de tiempo, a la radiación ultravioleta que emite el sol. "Esto supone una agresión para la piel", anota la facultativa. Para después agregar que, "las personas que sufran más de cinco quemaduras solares en su vida tendrán el doble de posibilidades de desarrollar un cáncer de piel, porque ya sabemos que esta tiene memoria".
Asimismo, según detalla la doctora, los síntomas de las quemaduras comienzan a hacerse evidentes desde las primeras horas de la exposición al sol, y van a ser "máximos" durante los dos o tres días posteriores. "Varían en función de la intensidad de la quemadura. Puede acontecer desde un eritema -enrojecimiento de la piel-, dolor o hipersensibilidad, y en casos más graves, pueden aparecer ampollas", comenta la experta. "Después de esto", prosigue, "la piel se va a ir descamando y va a dar lugar a la formación de una nueva capa que es mucho más sensible y que debe protegerse aún más de la radiación solar para evitar la aparición de otra quemadura".
Por lo que concierne a las pautas que deben seguirse cuando se produce una de estas lesiones cutáneas, la doctora Aguayo recomienda evitar la exposición al sol hasta que se haya curado la quemadura por completo, aplicar compresas de agua fría en la zona afectada, tomar analgésicos "y si hay mucha inflamación, incluso, se puede recurrir al ibuprofeno o a la aplicación de corticoides tópicos". No obstante, advierte, que no es conveniente utilizar anestésicos tópicos, "porque aunque producen un alivio inmediato,pueden provocar sensibilizaciones en la piel".
A todo esto cabe sumarle una correcta hidratación, tanto por vía oral, como mediante el uso de cremas hidratantes que permitan refrescar el área afectada. "Es mejor que no contengan perfumes para que no haya riesgo de desarrollar una alergia", apostilla la especialista en dermatología.
Sobre estas líneas, la doctora Aguayo no duda al decir que la luz solar es "necesaria", pero cuando se produce una quemadura los daños en la piel son permanentes. Por eso, se debe prestar especial atención a las manchas y lunares que puedan aparecer con el paso de los años. "Es conveniente realizar autoexploraciones para descubrir si han aumentado de tamaño, o hay más cantidad. Además, se debe visitar a un profesional ante la más mínima alteración", enfatiza la médico.
En el territorio nacional hay 4.000 personas afectadas por el melanoma -el tipo más grave de cáncer de piel- y más de 74.000 sufren otras neoplasias cutáneas. Sin embargo, el dato que más preocupa a los especialistas es que estas cifras se han duplicado a lo largo de las tres últimas décadas, por lo que insisten en potenciar el cuidado de la piel desde la infancia.
