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Bebés robados

Inés Madrigal, de Bebés Robados: "Recomiendo hacerse una prueba de ADN"

La primera víctima de la trama de bebés robados reconocida por los tribunales ha hallado a su familia biológica gracias a un laboratorio de EEUU

Inés Madrigal acaba de conocer a sus cuatro hermanos biológicos.

Tras más de tres décadas de ardua búsqueda, Inés Madrigal ha hallado al fin sus orígenes. Cuando sus padres le contaron que era adoptada, con 18 años, comenzó una infatigable investigación en la que pronto descubrió que su cartilla de nacimiento había sido falsificada por un tal doctor Eduardo Vela, quien más tarde sería encausado acusado de ser uno de los principales cabecillas de la trama de bebés robados que durante los años más oscuros de nuestra historia reciente imperó a sus anchas en nuestro país.

Por su quincuagésimo cumpleaños, el pasado 5 de junio -un día después de lo que indicaba su documentación, remarca- ha recibido el mejor de los regalos. "Después de haber realizado pruebas en distintos bancos de ADN, probé a enviar una pequeña muestra de saliva a 23andMe, una empresa de Estados Unidos, para ver si encontraban coincidencia con alguien de su lista y fue una gran sorpresa porque sí, ahí aparecía el nombre de un primo segundo al que no conocía", cuenta ilusionada esta murciana.

El caso de Inés Madrigal ha sido muy mediático.Reuters

Rápidamente se puso en contacto con Aitor -que así se llama- para presentarse y contarle que estaba deseosa de conocer al resto de su familia, que reside en el País Vasco. "Desde el primer momento ha estado ahí a mi lado", agradece. Por desgracia, su madre biológica, que se llamaba Pilar, falleció en 2013, con 73 años, por lo que no ha podido reencontrarse con ella, pero al menos ha logrado ponerle nombre y cara al fin. "No tengo palabras para explicarlo, es que ha sido algo tan grande... porque he podido colocarme en el árbol genealógico de la familia. Ya sé quién soy, qué lugar ocupo, saber qué ocurrió... Llevaba 32 años preguntándome qué había pasado y por qué mi madre no me quiso, porque eso es lo que piensas interiormente. Ha sido una noticia francamente maravillosa que he podido compartir con mis hijos", indica emocionada.

Una adopción irregular

Ahora trata de seguir las pistas de su padre biológico del que no sabe ni su nombre, sólo que posiblemente era extranjero. "Mi tía me ha dicho que mi madre ni siquiera le contó la historia", señala. Eso sí, además de conocer a su tía, Madrigal ha podido encontrar a sus cuatro hermanos biológicos, que también la estaban buscando. Gracias a ellos ha conocido algunos detalles de su pasado. "Yo nací en 1969 y en esa época, mi madre era soltera, una situación que la convertía en una mujer estigmatizada completamente por la sociedad, puesto que me había tenido a mí en pecado porque no había nacido dentro de un matrimonio. ¡La moral de la época ha robado muchísimos bebés!", se lamenta.

Según las estimaciones, podrían existir cerca de 300.000 adopciones irregulares, que es la cifra que las asociaciones de bebés robados toman como referencia. "Durante 25 años, el abogado Enrique Vila, presidente de SOS Bebés Robados, va viendo en su despacho a personas adoptadas y calcula que aproximadamente un 15% no han seguido el proceso de adopción establecido".

"Queremos una investigación para medir el alcance real de esta trama, que empieza en Bilbao y acaba en las Islas Canarias, y ha repartido bebés por toda Europa y Sudamérica", denuncia Madrigal, que subraya que "conocemos casos en los que se llegó a pagar hasta un millón de pesetas", y aunque "haya personas que nieguen la existencia de esta trama, existen documentos y testimonios que la demuestran, a pesar de la dificultad de que salgan todos los casos a la luz por el rechazo de muchas víctimas a denunciar a sus padres adoptivos", indica.

Madrigal ha descubierto que su madre biológica se vio obligada a desprenderse de ella y la dio en adopción. Una entrega, 'voluntaria' entre comillas, que presuntamente fue aprovechada por el doctor Vela para "venderla" a sus padres adoptivos. "La verdad es que no sé qué llevó a este médico a cometer estos dos delitos, el de traficar conmigo y falsificar mi documentación. De haberle pillado, en aquellos años le hubieran impuesto 20 años de cárcel", destaca. "Para mí se trata de un secuestro, puesto que no he podido buscar a mi familia biológica porque no tenía acceso al nombre de mi madre y ella tampoco podía porque yo había desaparecido, literalmente", explica.

Madrigal, que en estos momentos se encuentra a la espera de que el Tribunal Supremo resuelva el recurso de casación que interpuso al conocer la sentencia que absolvía al doctor Vela por la prescripción de sus delitos, denuncia que: "Para no dejar ningún rastro, este médico me cercenó la manera de conocer mis orígenes. El Estado en ningún momento supo que yo había existido como una persona adoptable, porque en realidad yo no estoy adoptada, se me entregó a un matrimonio con toda la documentación falsificada y se dio por bueno el parto de una mujer estéril que nunca existió".

Si bien no puede demostrar que hubo transacción económica, sus sospechas siguen estando presentes. "Mi madre adoptiva, que se llamaba Inés, como yo, falleció en 2017, y ella siempre ha dicho que no, pero hay una cosa curiosa y es que todos los veranos, entre finales de julio y primeros de agosto, íbamos a ver al jesuíta que hacía de intermediario de Eduardo Vela. Precisamente, la paga extra se cobraba el 18 de julio, así que no me extrañaría nada que mi padre le diera dinero a escondidas al jesuíta y no le contara nada a mi madre", relata.

Por la reparación de miles de familias rotas

Las víctimas piden a la Justicia una investigación a fondo acerca de esta trama.Efe

Su caso entraña un especial simbolismo, puesto que Madrigal, presidenta de la plataforma de Bebés Robados en Murcia, se trata de la primera víctima reconocida por los tribunales, y supone un gran soplo de esperanza para las miles de familias que se encuentran en esta misma situación. "Animo a que todas las madres que buscan a sus hijos se hagan su prueba de ADN en bancos americanos, que ofrecen un examen genético más exhaustivo, y así, cualquier adoptado que esté buscando sabrá a dónde acudir", advierte.

"Las víctimas del tráfico de bebés en este país no podemos depender de la Justicia, que a día de hoy tiene cientos de denuncias dentro de un cajón, porque nuestra causa tiene fecha de caducidad. No sólo nos encontramos con el problema de la prescripción, sino que los padres se mueren y los hijos cada vez somos más mayores", subraya con preocupación.

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