Un caso ha conmocionado en los últimos días al Reino Unido tras salir a la luz hace recientemente. Se trata del de un niño de tres años fallecido hace meses después de que los médicos que le atendían le diagnosticaran de forma errónea un esguince de tobillo cuando en realidad su cuerpo estaba luchando contra un cáncer tal y como relató la familia del pequeño al periódico inglés Daily Record.

Los facultativos que atendieron al niño en un primer momento le mandaron para casa. El pequeño tenía tres años y ya entonces padecía un cáncer cuya tasa de supervivencia es, según los expertos consultados por el citado medio de comunicación inglés, del cero por ciento. "Era un niño normal que disfrutaba con la arena y los dinosaurios", acertaba a recordar su abuela.

El hospital en el que se trataba al pequeño no se dio cuenta del error que habían cometido los médicos hasta que la familia acudió por tercera vez. Entonces la debilidad del niño ya se había extendido por todo su cuerpo. El tratamiento al que le sometieron luego ayudó pero ya era demasiado tarde.