El amor por la tierra une y más cuando se está lejos. El grupo que han formado 16 asturianos afincados en Las Palmas de Gran Canaria, que ayer se reunieron en El Berrón (Siero) para disfrutar con sus familias de la gastronomía regional, es el mejor ejemplo de los lazos que estrecha su Asturias del alma.

Cada uno de ellos tiene profesiones muy diversas, pero comparten que las ejercen lejos de casa a más de 2.200 kilómetros."Si estás fuera, te disuelves. Reunirnos es concentrarnos", explica el ovetense Nacho González. "Estamos orgullosos de ser de Asturias y de venderla para que la gente de fuera venga y se enamore". Para el poleso David Ramos son "los mejores embajadores de Asturias", convencido de que la llevan en el ADN, "va en la sangre", agrega Carlos Rodríguez, de Grado. Otros asturianos cofundadores de este grupo de amigos se encontraban ayer en Las Palmas, siguiendo por whasap la reunión, similar a las que cada mes celebran en la isla. No falta la gastronomía del Principado: fabada, cachopo o callos. La primera la suelen preparar Diego Ron e Ignacio Bernaldo de Quirós. Este último juega con ventaja porque es cocinero profesional. Tras los dos corderos a la estaca que les sirvió ayer de pretexto para reunirse en una finca de El Berrón, hoy les preparará un sabroso marmitako en Pereda (Llanes) para seguir degustando el verano asturiano como mejor sabe: disfrutando de su gastronomía entre familia y amigos. La sidra también es la bebida estrella y ayer Ignacio Bernaldo de Quirós y David Ramos ejercieron de escanciadores. No es de extrañar que cada visita que uno de ellos realiza al Principado sirve para proveerles de productos de la región y así añorar un poco menos a la tierra que les vio nacer.

El promotor del encuentro de ayer, el primero que organizaron en Asturias que no fuera en un restaurante, fue el ovetense Gonzalo Huerta, que junto a su mujer, la polesa Gemma Ramos, lleva 30 años en Las Palmas. Fue uno de los fundadores del grupo, que ronda la veintena con miembros allegados a Asturias. Roberto Rodríguez Cueva y José Enrique García, que sí residen aquí, le echaron una mano en la organización. El primero, por ejemplo, ejerció de asador de los corderos. El maliayés Alfredo Montes y Carlos Rodríguez son quienes más tiempo llevan afincados en Canarias, 58 y 52 años respectivamente. Pero al igual que Gil Menéndez, Juan Avello o Juan Luis Sobrino su corazón sigue siendo muy asturiano.