El Consorcio internacional del Telescopio de Treinta Metros (TMT, por sus siglas en inglés), aún tiene un margen temporal para empezar a construir el telescopio. Así lo afirmaron a LA PROVINCIA fuentes del consorcio, que aseguraron que el Permiso de uso del Distrito de Conservación para TMT en Hawái "se ha extendido hasta el 26 de septiembre de 2021". Un año y tres meses más de lo que se planteaba en un principio (26 junio 2020) para empezar a montar el primer edificio.

Aunque el consorcio es consciente de que la construcción del edificio "debe comenzar lo antes posible", lo cierto es que los plazos se han ido demorando cada vez más y más, a tenor de la convulsa situación en la isla del Pacífico. Por eso, aunque La Palma continúa siendo la alternativa principal del consorcio, parece que las continuas trabas que se han encontrado en Mauna Kea no alejan a sus miembros de Hawái, que continúan insistiendo en que este emplazamiento "es el sitio preferido para el TMT".

Sería la tercera vez que se retrasa la construcción de esta instalación científica. Cuando en 2009 el consorcio anunció que ya había elegido dónde se situaría el aparato, preveían empezar los trabajos en octubre de 2014 para culminar la construcción en 2018. Estados Unidos, Canadá, China, India y Japón se pusieron manos a la obra para construir cada uno por su parte una de las piezas que formarían el TMT.

El 7 de octubre de 2014 los operarios ascendieron a Mauna Kea para encontrarse a los nativos bloqueando el paso. Esta estampa se volvió a repetir en las otras dos ocasiones en las que trataron de acceder a la montaña sagrada. Este año, cuando ya se creía todo el conflicto resuelto, ha vuelto a resurgir. "Respetamos a quienes expresan oposición y entendemos el dolor que sienten, sin embargo, el debate no se va a cerrar, se construya o no el TMT", afirmó el organismo internacional a este periódico.

"Tenemos la esperanza de poder encontrar un camino a seguir de manera segura y pacífica, y con respeto mutuo", insistió. El consorcio alega que la oposición no es la mayor parte de la población local. De hecho, una encuesta realizada a principios de este mes por Civil Beat determina que el 64% de los nativos hawaianos están a favor de la instalación del telescopio. Lo que no han logrado es convencer al 31% de la población hawaiana, que sigue oponiéndose frontalmente al proyecto, una cifra que también se registró en el año 2016. Es más, este porcentaje consiguió reducirse antes de incrementarse de nuevo. Prueba de ello es que en marzo del 2018 la oposición había bajado hasta el 23%, según datos de una encuesta de Honolulu Star-Advertiser.

Y no es que el consorcio no haya intentado ganarse a la opinión pública. Desde entonces y hasta el día de hoy afirman estar "comprometidos con el nuevo paradigma de desarrollo en Mauna Kea basado en la integración de la cultura, la ciencia, la sostenibilidad y la educación". Además afirman tomarse "muy en serio" la protección de Mauna Kea y recuerdan que "desde el principio se planificó el TMT en base a la protección y preservación de la cultura y el paisaje" de la montaña sagrada.

Entre los programas educativos enfocados al desarrollo de las carreras científico-técnicas a los da apoyo el TMT International Observatory (TIO), está el Akamai Workforce Initiative, que proporciona becas en prácticas durante el verano para estudiantes universitarios en los observatorios de la isla, o The Hawaii Island New Knowledge (THINK), un fondo que surge de la iniciativa del propio consorcio para mejorar la preparación de los alumnos de la isla.

"La Palma seguirá siendo la alternativa únicamente si la instalación en Hawái finalmente no es posible", aseguran desde el consorcio. El 30 de octubre los miembros se volverán a reunir en una "importante reunión", como la clasificó el pasado viernes el director del Instituto de Astrofísica de Canarias, Rafael Rebolo. El encuentro será decisivo para seleccionar una u otra ubicación, y si La Palma es sede finalmente.