Canarias se encuentra entre las regiones con menor contaminación urbana del mundo. De hecho, la emisión de partículas en las islas es 10 veces menor que la que hay en países como China -el más contaminado del mundo- y unas cuatro veces menor que en Sudáfrica o Chile. Lo que podría resultar una buena noticia, no obstante, queda empañada por la principal conclusión del estudio internacional que avala estos datos: existe, sin lugar a dudas, una relación directa entre la cantidad de partículas que respiramos en las ciudades y el mayor riesgo de muerte.

La investigación ha evaluado los datos de concentración de partículas de 24 países y más de 650 ciudades, incluidas 45 españolas entre 1986 y 2015. Dicho informe llega a la conclusión de que, por cada aumento de 10 microgramos por metro cúbico diario en las concentraciones de partículas nocivas, se incrementa entre un 0,47% y un 0,68% -dependiendo del tamaño de la partícula- la mortalidad por cualquier causa.

Concretamente este informe, publicado ayer en la revista The New England Journal of Medicine, enfoca sus principales conclusiones en el estudio exhaustivo de las concentraciones de dos tamaños de partículas en suspensión, las que tienen un diámetro de menos de 10 millonésimas de metro (PM10) y las de un diámetro menor de 2,5 millonésimas de metro (PM2,5); y su relación con la mortalidad.

El término partículas en suspensión abarca un amplio espectro de sustancias que pueden provenir de fuentes naturales (como la calima) o artificiales. Siendo estas últimas las más abundantes. Las PM10 son las que emiten principalmente los tubos de escape de los vehículos como consecuencia de la liberación de materiales mal quemados. Las partículas más finas, las PM2,5, por su parte, son generadas en la condensación de los materiales vaporizados durante la combustión.

Ambos contaminantes, debido a su pequeño tamaño, son capaces de colarse en las vías respiratorias hasta alcanzar los pulmones. Pero en el caso de las de 2,5 micras de diámetro, también son capaces de convertirse en un componente más del torrente sanguíneo. Y cada 10 micras de aumento diario de estas concentraciones tiene consecuencias directas en la salud. Un incremento de esta magnitud en las PM10 se ha asociado a un 0,44% más de riesgo de fallecimiento. Un crecimiento equivalente en las PM, hace crecer la mortalidad un 0,68%. En España, el estudio estima que el riesgo de muerte por partículas de 10 micras de diámetro aumenta diariamente un 0,87% y casi un 2% por las de 2,5 micras.

Canarias respeta los máximos Canarias, en lo que respecta a las partículas más pequeñas, ha marcado concentraciones por debajo de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La organización pide que la media anual de PM2,5 no supere los 10 microgramos por metro cúbico y ambas provincias han marcado una media de 7,40 microgramos. No obstante, y en lo que respecta a las partículas de mayor tamaño, Gran Canaria supera en siete micras la media anual recomendada por la OMS (20 micras por metro cúbico).

Las 598 ciudades observadas marcaron una media anual de 56 microgramos por metro cúbico de las partículas de mayor tamaño, siendo Hetian, en China, la que registró el récord: 295,07 microgramos por centímetro cúbico. Con respecto a las pequeñas partículas de 2,5 micras, las 499 ciudades que se observaron alrededor del globo, marcaron 35,5 microgramos por metro cúbico. De nuevo, China superó al resto del planeta marcando una media anual de 110,21 microgramos en la ciudad de Kashi.

Primer estudio global

Este estudio es el primero que se realiza con datos de distintas zonas del mundo. Hasta ahora se había descrito el incremento de la mortalidad debido a la contaminación urbana en distintas ocasiones, pero siempre se había hecho tomando datos de un lugar específico y no como parte de un fenómeno global. Estos datos tratan de reforzar las ideas ya plasmadas en las investigaciones regionales.

Diminutas y mortales

Los investigadores concluyen que las partículas con un diámetro menor (PM2,5), son más mortales que las más grandes en la mayoría de las regiones observadas. "Los importantes efectos de las PM2,5 pueden tener relación con que contiene más partículas pequeñas que pueden absorber componentes tóxicos del aire y penetrar profundamente en los pulmones", evidencia el artículo.