"Fueron las vacaciones del infierno. Fue impactante, absolutamente horrible. Ni siquiera volvería a Mallorca ahora, me ha desanimado". Así comienza el relato de una turista británica que acudió con sus dos hijos a pasar una semana de vacaciones en un hotel de Mallorca. "Fue una experiencia terrible. Fueron las primeras vacaciones en seis años. Soy madre soltera y trabajé duro para poder pagar estas vacaciones", asegura Rachel Norman en unas declaraciones que ha recogido el diario también británico "The Mirror".

La mujer reservó una semana por 1.300 libras (unos 1.400 euros) y su experiencia comenzó mal desde el momento en el que piso el hotel. "La comida era pobre. La noche que llegamos nos dijeron que quedaría comida en el restaurante, pero solo había panecillos que habían estado allí desde el almuerzo, creo. Estaban duros, pero era lo que había, así que eso era lo que teníamos", relata la mujer. Su hija se puso enferma una noche, una situación que Rachel Norman relata con horror debido al calor que hacia en la propia habitación. El aire acondicionado apenas existía. Se encendía, pero solo salía una brisa cálida, y no podías sentir que la habitación estuviera fría", explica.

La mujer también ha expresado su malestar por el personal del hotel y ha asegurado que el resto de clientes también mostraban su desagrado con el alojamiento. "No hubo mantenimiento. Era una cosa tras otra. Todos los que estaban en el hotel se quejaban de algo".

El diario británico informa que se han puesto en contacto con el hotel mallorquín para que expliquen esta situación. "El hotel se toma muy en serio las quejas de los clientes y hemos estado investigando el asunto con nuestro proveedor de alojamiento, desde que recibimos la queja oficial de nuestro cliente el 17 de agosto. Estas investigaciones están en curso y responderemos al cliente dentro de los 28 días posteriores a la recepción de la queja", han declarado.