Con la muerte a los 86 años de José Sánchez Benítez, conocido por Pipo, desaparece un referente empresarial del sector de la sastrería, radicado entre Artenara y Agaete.

El pueblo cumbrero fue el lugar de nacimiento y al que estuvo vinculado hasta los últimos días de su vida. Su padre, Juan Sánchez Rodríguez, fue secretario tanto del Ayuntamiento de Artenara como del juzgado local, y del matrimonio con Bibiana Benítez Rodríguez, oriunda de Valsequillo, nacieron diez hijos.

Posteriormente ocupó las plazas del juzgado de Agaete y de la ciudad de Gáldar hasta su jubilación. Tras los estudios primarios en Artenara, Pipo se formó en el colegio de los Salesianos donde estudió la profesión de sastre, junto con su hermano Honorio, y otros jóvenes del pueblo como Juan Félix Romero, recientemente fallecido, que se formó en artes gráficas y Pedro Martín que lo hizo en la rama de carpintería.

Los tres jóvenes artenarenses destacaron en el mundo empresarial de la ciudad y de la isla, en sus especialidades, fundando las empresas "Sastrería Sánchez", "Linca" y "Pema", respectivamente.

Tras su etapa en los Salesianos, los dos hermanos, Pipo y Honorio, pasaron a trabajar con su tío Miguel Sánchez Rodríguez, en la afamada sastrería "La Elegancia", radicada en la calle Pelota del barrio de Vegueta. Luego Pipo instaló taller propio en la Villa de Agaete donde llegaron a trabajar hasta doce mujeres, entre oficiales y aprendices, además de los trabajos que, por su encargo, se realizaban fuera del taller por modistas de la localidad. Su empresa de sastrería fue un referente en Artenara, Agaete y en la zona norte de la isla, en una época en que aún el mercado no estaba cubierto por las prendas de confección.

Pero a raíz del desarrollo turístico, la actividad derivó, incluso con nueva maquinaria, en la confección de uniformes para el personal de la hostelería, camareros y cocineros, y mantelería. Y siendo director de la Caja Insular de Ahorros Juan Marrero Portugués, su empresa realizó el uniforme de los empleados, que lucía el característico escudo de la entidad bancaria. En el ámbito personal, fue un hombre que subía semanalmente a su localidad natal, siendo destacada su participación en el juego del subastado que servía de sano ocio entre sus convecinos como Segismundo Bertrana, Juan Demetrio, Pepe Medina, Juan Díaz Almeida, Leopoldo Bas, Enrique Jorge, Antonio Guillén y tantos otros que ocupaban las horas en una apasionada mesa de la plaza de Artenara.

Expresamos nuestro pesar a su mujer, María Delia Quesada, a sus hijos Clary, Juan Carlos y Ángel Daniel, hermanos y demás familia, junto con estos recuerdos de un hombre noble y emprendedor, que con su iniciativa ayudó a forjar el tejido laboral de la Villa de Agaete durante más de cincuenta años.