El parque Doramas de Las Palmas de Gran Canaria se ha transformado este fin de semana en un auténtico campo temático al aire libre en el que los más pequeños pueden encontrar, en un mismo espacio y de forma sencilla, todo lo que más les divierta. Siempre y cuando puedan dejar a un lado los videojuegos, teléfonos móviles, portátiles y demás aparatos electrónicos durante algunas horas, por supuesto.

La primera edición del Petit Circus, que empezó el pasado viernes y que hoy celebra su última edición desde entre las 11.00 y las 19.000 horas, ha sido un acierto en toda regla ya que se desarrolla en una zona de la capital grancanaria de fácil acceso, tranquila y bucólica en la que los asistentes tienen la sensación de estar disfrutando de una tarde de camping pero al modo de un cuento de hadas. O más bien protagonizando una de esas curiosas ferias que tanto se estilan en las películas norteamericanas en el Día de Acción de Gracias. Y ayuda mucho el auditorio central en forma de anfiteatro.

Más de 3.000 asistentes acudieron este viernes y sábado a las dos primeras jornadas de este evento diseñado, organizado y producido por la agencia Two, en colaboración con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Petit Circus cuenta con más de 16 expositores de moda y de ocio, además de juegos, espectáculos y talleres ambientados en el mundo del circo. Toda la decoración del parque simula en cada uno de los detalles la temática de ese mundo. Las simpáticas azafatas que reciben a los visitantes ya contagian de espíritu de diversión y entretenimiento. Después, un maestro de ceremonias engalanado con su mejor vestimenta se encarga de dirigir los diferentes espectáculos protagonizadas por payasos, magos, acróbatas, trapecistas, bailarinas, mimos, zancudos, magos, malabaristas o músicos ambulantes.

Todo envuelve a los asistentes en la ilusión y en la fantasía del mundo circense. Pero habría que destacar, sobre todo, la presencia canaria en los cuentacuentos y talleres. Así están magníficos Totó el Payaso, Badabadum, la Super Abuela, la Escuela de Danza de Natalia Medina, o el Mago Garabato, creando unas serie de ofertas en las que el elemento pedagógico está presente.

Todos ellos se esfuerzan en que sus espectáculos sean interactivos y que el niño centre todo el protagonismo de una manera sutil, sin forzar una participación en ningún momento. Para los padres se encuentra la zona de expositores y moda, además de diferentes stands de decoración infantil, campamentos, marcas de accesorios, etc. Y en la zona picnic las familias pueden descansar y retomar fuerzas con una variedad de puestitos de comida y food trucks. El restaurante estrella es La Quícara y distribuidos por el parque están repartidos distintos carritos y puestos de papas, roscas, chuches, algodón de azúcar, frutos secos o zumos para calmar cualquier capricho de los asistentes, pequeños y no tan pequeños. Un evento además con fines benéficos ya que una gran parte de la recaudación se donará a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.