El acusado de asesinar y maltratar en junio de 2017 a su bebé de seis meses en la barriada de El Cerezo de Sevilla declaró ayer al inicio de la vista oral que el día del crimen el pequeño "solo se atragantó" con leche y que por eso le llevó al hospital sin saber "nada" de un golpe mortal que el bebé sufrió en su cabeza y que es recogido por los informes forenses.

El acusado, en prisión preventiva por estos hechos, aseguró que estaba dando un biberón a su pequeño, que tenía problemas para tragar, cuando se "atragantó", por lo que intentó a hacerle el boca a boca y un masaje cardiaco con sus dedos "como buenamente sabía", pero que no mejoraba y se estaba poniendo "azul". Por eso le dio el pequeño a una amiga que acababa de llegar para que lo bajara a la calle mientras él se vestía para llevarlo al hospital.

El acusado añadió que "perdió de vista" a su pequeño durante "esos dos minutos", en los que su amiga bajó con el niño desde un cuarto piso por las escaleras, y desconoce si en ese intervalo de tiempo el bebé sufrió ese golpe, asegurando que ya en el centro hospitalario al pequeño se le hizo una radiografía y le dijeron que "no tenía nada". "Sé que existe esa fractura pero yo no se la he hecho porque jamás le haría daño, ya que yo le quería y estaba feliz con mi bebé", aseguró. Y sobre los hematomas y marcas en las mejillas, el encausado dijo que se debían a los masajes que le hacía para que tragara.