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Entrevista | Mario Alonso Puig

"El cerebro pasa factura ante los pensamientos negativos"

"No hay que quedarse atrapado pensando que la vida que vivimos es la única que se puede vivir", afirma

"El cerebro pasa factura ante los pensamientos negativos"

¿Cómo puedo inundarme de ilusión?

Lo que uno tiene que encontrar es un motivo lo suficientemente grande para caer en la cuenta de que puede tener una experiencia de la vida muchísimo mejor, radicalmente diferente a la que posiblemente está teniendo. Cuando uno toma conciencia de esa posibilidad, de llevar su vida a otro nivel, inevitablemente surge la emoción, una ilusión que a uno le toca en el alma. Muchas veces no nos atrevemos a pensar en grande, y cuando eso ocurre es difícil que uno se atreva a ilusionarse, porque la ilusión lleva a la acción, al movimiento, y en ocasiones tenemos tanto miedo de salir de lo que nos da certidumbre que nos quedamos atrapados pensando que la vida que vivimos quizá es la única que se puede vivir.

No se me ocurre motivo más grande que intentar ser feliz. ¿Se puede alcanzar esa meta en estos tiempos de incertidumbre, en un país con largas colas de paro y un mundo al borde del abismo?

Una cosa es la sensación de bienestar y otra es la felicidad. La primera colma los sentidos, de ahí que si una persona pasa por dificultades económicas la sensación de bienestar subjetivo lógicamente cae en picado, porque somos seres con una dimensión material. La felicidad es algo radicalmente distinto, no es que colme los sentidos, es que colma el corazón; no es estar a gusto con tu vida, que quizá no es la más agradable desde el punto de vista sensorial, sino estar a gusto con la vida, es decir, entender que incluso en los momentos de dificultad, de crisis, una persona, si se relaciona verdaderamente con esa dificultad de una forma nueva y diferente, puede sacar un extraordinario aprendizaje y avanzar a otros niveles. Por eso nos desconcierta a veces ver a personas que tienen un gran bienestar subjetivo, disfrutan de todos los lujos externos, y por dentro se sienten desgraciadas. Y también hemos conocido a personas con una vida muy sencilla y transmiten una alegría, serenidad, ilusión y confianza fundamentales en la vida. Felicidad y bienestar son dos cosas totalmente distintas y por supuesto no incompatibles.

El miedo al fracaso es uno de los obstáculos que frena muchos espíritus emprendedores.

Por nuestro pensamiento simbólico, que utiliza el lenguaje para construir en nuestro interior la realidad, nosotros no podemos superar el impacto demoledor del fracaso si no cambiamos la interpretación de lo que es un fracaso, ya que todas las personas, por brillantes que sean, a lo largo de su trayectoria han cometido, cometen y cometerán errores. Para mí un fracaso solo significa una cosa, un error, es decir, algo que no ha salido como esperabas y del cual no aprendes nada. Si de cualquier cosa que no sale como te hubiera gustado sacas un aprendizaje, a eso jamás le podremos llamar fracaso. De hecho vemos las enormes diferencias entre unas personas y otras en el momento en que se topan con el error. Quienes utilizan el error para machacarse a sí mismos, culpar a los demás, o a las circunstancias han convertido por su propia elección un error en un fracaso. Quienes aceptan el error como una realidad incuestionable y lo ven como una oportunidad para aprender en lugar de llenarse de culpa y de vergüenza, jamás fracasarán. El estado emocional en el que nos hunde la sensación ya no de error sino de fracaso y culpas tiene la capacidad física de alterar el funcionamiento en el cerebro de las áreas claves en el proceso creativo.

¿Los pensamientos negativos pasan factura al cerebro?

Sí, está demostrado. Gracias a las investigaciones de Antonio Damasio sabemos que los pensamientos generan sentimientos y estos producen emociones. Si yo pienso que soy incapaz, es un nivel, si me siento incapaz, el nivel es mucho más profundo, y si además corporalmente tomo la postura y desarrollo la bioquímica propia de la persona que es incapaz ya tenemos cómo un pensamiento, que es una pura elucubración mental, ha generado a través de los mapas de los sentimientos en el cerebro un impacto que realmente impide que yo pueda hacer algo que sin embargo por mis capacidades podría perfectamente hacer.

¿Con optimismo se puede alcanzar cualquier meta?

El optimismo no es nada más que dar más peso a las soluciones que a los problemas. El optimista, no es que no experimente dolor ante los errores, es que no se queda pegado a ellos e inmediatamente los transforma en movimiento para buscar una solución.

Usted que ha alcanzado el éxito, ¿se ha encontrado con muchos ladrones de sueños en su camino?

Desde la infancia nos encontramos con personas que, no desde la maldad, sino desde la más profunda ignorancia, pretenden decirle a uno quién es, y pueden soltarte cosas como "eres torpe" o "no llegarás". A mí me sucedió, en el colegio y en otros lugares. Lo primero que hay que entender es que los demás tienen derecho a darte una opinión, pero tú tienes derecho a creer profundamente en ti y en tus posibilidades independientemente de cualquier opinión que te den. Cuando dejamos que la apreciación mayor o menor de los demás sea la apreciación que nosotros tenemos hacia nosotros mismos tenemos una profundísima dependencia del exterior.

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