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La ULPGC apuesta por la fibra del rolo de la platanera como alternativa al plástico

La institución académica promueve la instalación de cinco plantas de extracción de este material en el Archipiélago para contribuir con la economía circular

Parte de las bolsas elaboradas en la planta de extracción piloto de la ULPGC. José Carlos Guerra.

La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) apuesta por instalar en el Archipiélago cinco plantas de extracción de fibra y pulpa procedentes del pseudotallo o rolo de la platanera para contribuir con la economía circular y reducir el uso de materiales plásticos. Se trata de una iniciativa que ha surgido en el marco del proyecto Life Baqua, que concluirá a finales del presente mes de octubre tras tres años de recorrido, y que dirige el coordinador del grupo de Investigación de Fabricación Integrada y Avanzada de la citada institución académica, Mario Monzón. Asimismo, la iniciativa, que cuenta con la financiación de la Unión Europea, ha permitido validar que los materiales que se obtienen de esta parte de la planta pueden resultar de gran utilidad para el sector agrícola y acuícola.

Fase piloto

"Desde la ULPGC, hemos desarrollado una planta piloto. Gracias a ella, pudimos procesar la fibra para fabricar tejidos y bolsas 100% biodegradables para proteger a los plátanos de las condiciones medioambientales y extrapolar su uso al sector de la acuicultura para almacenar los piensos que consumen los peces", explicó ayer el docente, durante el acto de presentación de los resultados de este proyecto, que tuvo lugar en la Fundación Canaria Parque Científico Tecnológico del campus universitario de Tafira. Para después agregar que, el propósito de la tarea pasa por "sustituir el material sintético por material natural, haciendo uso de los recursos resultantes del cultivo del plátano, que hasta el momento no se les concede salida".

Además, gran parte de estas fibras han sido aprovechadas para reforzar piezas de plástico de diferentes tipos, registrando un notable incremento de la resistencia mecánica de las mismas. De hecho, según detalló el coordinador, la experiencia ha demostrado que mejorando el sistema de limpieza de la fibra "se provoca el incremento de sus propiedades mecánicas".

Excelentes propiedades las halladas también en el líquido extraído del rolo, que si bien es cierto que en países como India se emplea como fertilizante, ha demostrado su poder "ignífugo" en otras investigaciones que tiene en marcha la Universidad. No obstante, "aún se están estudiando otras posibles aplicaciones", apostilló el docente.

Por su parte, la pulpa ha sido utilizada para la elaboración de pienso para especies acuáticas como la lubina y la tilapia y se ha comprobado que presenta antioxidantes naturales de gran valor -en contraste con los sintéticos propios de la alimentación de estos peces- además de un gran poder aditivo.

El proyecto, que se encuentra en este momento en la denominada fase After life, debe encontrar ahora el respaldo necesario para hacer realidad el propósito. "Necesitamos contar con apoyo institucional una vez se hayan sentado las bases", indicó. De esta forma, la distribución de las cinco plantas quedaría repartida del siguiente modo: una en la zona norte de Gran Canaria, dos en Tenerife -norte y sur- y dos en La Palma -este y oeste-. "Hemos realizado un estudio logístico atendiendo al cultivo de la fruta en cada una de estas Islas", enfatizó.

En base a las explicaciones del responsable del proyecto, la producción de una planta industrial podría asumir hasta 1,382 kilos de fibra al día, 4,544 kilos de pulpa y 30 metros cúbicos de líquido. "Son cifras muy importantes que permitirían obtener un gran provecho de estos recursos naturales", celebró el profesor de la institución académica.

Lo cierto es que la meta es que en un plazo máximo de dos años se pueda iniciar la implementación industrial, un paso que además incluiría "la adecuación" de todos los sistemas de producción que han sido diseñados en la fase piloto. "Una vez se haya realizado esto, comenzará el proceso de producción. Este se centraría en una etapa de puesta a punto que contempla un período de cinco años para que el nivel de producción llegue al 100%", anotó el profesor de la ULPGC.

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