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Entrevista | Manuel Álamo

"Destaco el respeto a las personas mayores y arengo a la vida eterna y a la ciencia"

"Me gusta ser ciudadano del mundo, no de un sitio en concreto", afirma el técnico de cultivos marinos y escritor

El escritor de 'El remedio secreto', Manuel Álamo Anaya. TONY HERNÁNDEZ.

Su última novela, recién editada, El remedio secreto

Un poco de fantasía y realidad en la forma de encauzar la vida.

El centro gravitatorio de la narración esta en los Pirineos, pero uno de los personajes clave nació en Agaete. ¿Cuáles son los significantes de esta polaridad?

Me gusta ser ciudadano del mundo, no de un sitio en concreto, siempre respetando las raíces de cada persona. Se trata de un señor que, aunque es luchador de lucha canaria, se abre al mundo. Es melómano. Le gusta la ópera. Cuando se jubila decide viajar en busca de su gran ídolo, Alfredo Kraus. De modo que visita los teatros del mundo e, incluso, entabla conversación con él y cierta amistad.

Una investigación pendiente, una grave enfermedad y un supuesto elixir que prolonga la vida indefinidamente se asocian en la misma intriga...

En la novela reflejo que hay muchas personas decepcionadas con la medicina convencional. Una madre tiene una hija con una grave enfermedad terminal que la ciencia aún no ha podido erradicar. El marido murió del mismo mal y entonces la esposa se refugió en el trabajo. No quería que a la hija le ocurriera lo mismo y comenzó a buscar respuestas por Internet, medicinas alternativas, pero estas, a veces llevan a estafas. Encontró un extraño artículo que la envió al Pirineo aragonés donde se desarrollan una serie de acontecimientos que le cambian la vida.

La presencia de lo canario es intensa. ¿Qué hay de autobiográfico?

No hay nada autobiográfico, pero sí una mezcla de personajes reales y ficticios. Se produce una presencia fuerte de musicalidad en el relato porque aparecen Alfredo Kraus y Luciano Pavarotti como personajes que interactúan con los ficticios y también uno real llamado Enrique Paz Escudero, el primer alumno que tuvo Kraus en los años 70 que me documentó sobre unas experiencias vividas con el tenor porque viajaba por los teatros de Europa. Me contó una experiencia mágica ocurrida en un restaurante tras el canto del divo de un Werter en Turín, que yo mezclo con personajes ficticios.

La música juega un gran papel en la obra, junto a otros conjuros contra la ancianidad. ¿Es usted músico?

No, pero muy aficionado a la ópera y la música clásica, muy fan de Kraus o Pavarotti. De todas formas, el leitmotiv de la obra son el misterio y el suspense.

Mirella Freni, Pavarotti y otros grandes aparecen en el relato. ¿Por qué conoce usted el mundo de estos y otros divos?

Porque soy un gran seguidor de Pavarotti. Intento empaparme siempre todo lo que puedo de su vida, de su obra y de su carrera musical. A partir de ahí derivo a otros artistas como Freni que nació en la misma ciudad, en Módena, y fueron como hermanos.

En definitiva, esta mezcla de realidad y ficción, ¿entraña alguna clave o es pura literatura fantástica?

Aunque es literatura fantástica conlleva cierto mensaje más allá de la misma. Por ejemplo, el respeto a las personas mayores (el protagonista principal es un anciano) y una arenga a la vida eterna y a la ciencia porque se habla de botánica.

¿Qué acogida han tenido sus libros anteriores?

Este es mi primer libro editado. He escrito otros, como La danza del diamante y La mosca que murió de borrachera, pero nunca antes tuve antes la necesidad de comunicar.

¿Y qué nueva obra tiene ahora en proceso?

Cuando el trabajo me lo permita intentaré concluir La danza del diamante con una trama sobre las minas de diamantes de Sudáfrica. Aparece también Mahatma Gandhi que vivió en dicho país y ayudaba a los trabajadores del algodón.

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