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El germen de la educación física

La ULPGC indaga sobre el papel del regeneracionismo en la introducción del ejercicio físico en la escuela como símbolo de modernidad social

El germen de la educación física j. c. guerra

La introducción de la educación física y el deporte en las escuelas canarias llega de la mano del movimiento regeneracionista a finales del siglo XIX y principios del XX. Así lo recoge la investigación realizada por Antonio Almeida, profesor de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en la que aborda el discurso regeneracionista en el ámbito de la educación física como símbolo de cambio, transformación y modernidad en las Islas Canarias, desde la pérdida de las últimas colonias en 1898, hasta el final de la dictadura de Primo de Rivera.

En esta época, entre los sectores más progresistas se refuerza la idea de una nueva raza, una nueva generación que tendría en la educación la base para la transformación del estado, haciéndose especial hincapié en el ejercicio físico para impulsar una juventud más fuerte y sana.

"Desde el plano educativo, jugó un papel fundamental la Institución Libre de Enseñanza, que va a intentar absorber las novedades educativas que se estaban desarrollando en los principales países europeos. Así nace el denominado movimiento de la Escuela Nueva, dirigido a traer para España todos aquellos elementos que han definido la educación en progreso en el resto de Europa. También es importante el papel posterior de la Junta de Ampliación de Estudios de 1907, instaurada por el Ministerio de Instrucción Pública, que beca a los profesores españoles para que puedan realizar viajes a otros países europeos y aprendan las nuevas metodologías".

En este contexto de Nueva Escuela, el profesor Almeida sitúa la aparición de la educación física y el deporte. "Una de las críticas que se desarrolla con el regeneracionismo es la degeneración de la raza, por la falta de formación de los ciudadanos españoles, no sólo intelectual sino física. En el caso de Canarias se agrava por la lejanía, un elemento clave en el retroceso de Canarias en todos los ámbitos, social, político y económico".

Como dato significativo, en el año 1920 en Canarias, el 70% de la población era analfabeta. "Con ese atraso a nivel educativo, nos podemos imaginar cuáles eran las condiciones en torno a la educación física y el deporte".

Una actividad que se incorpora a través de intelectuales, de clase media, que se va a preocupar por la educación en Canarias y por la incorporación de la educación física en la escuela, como elemento fundamental para regenerar la raza y crear un nuevo ciudadano.

En el estudio, Almeida clasifica el discurso regeneracionista desde el punto de vista de la educación física y el deporte, en cuatro ámbitos: el educativo, el médico, de la burguesía liberal defensora del modelo británico, y el militar.

Prensa

Desde el punto de vista de la escuela, el investigador pone de manifiesto el interés de la prensa especializada por incorporar la educación física y el deporte. Como ejemplo, cita a periódicos de la época como El Auxiliar o Eco de Magisterio Canario. "Desde finales del siglo XIX, principios del XX, muchas editoriales recogen la importancia de la educación física en el aula, de las excursiones, de los paseos al aire libre... inspirados en la iniciativa de Escuela Nueva de Europa. También aparecen maestros que, por la formación que han desarrollado alientan este discurso regeneracionista en torno a la educación física".

En Gran Canaria, destaca la figura de Baltasar Champsaur Sicilia, defensor del excursionismo y del aprendizaje en la naturaleza, y de la implantación de las colonias escolares en Canarias. Mientras que en Tenerife sobresale el papel de José Cabrera Díaz, que también defiende la importancia de la educación física, tanto desde el punto de vista lúdico, como a través de incentivar los juegos motores en la infancia. "Defiende que, además del gimnasio en la escuela, deben haber campos extensos para practicar deportes como el fútbol. Habla de la necesidad de que dejemos de ser salvajes y cultivemos los deportes, porque no hay ninguno que no cumpla su objetivo pedagógico. Aquí propone que la población sea más civilizada. Y para ser civilizados en esa Canarias que ellos defienden de regeneracionismo y modernidad, hay que practicar educación física y deporte, que es un signo de modernidad", explica el investigador.

Desde el plano médico, el discurso es muy similar al de los educadores. Miembros de la clase social media alta, que estudian fuera de las Islas, cuando regresan a Canarias defienden el discurso de higiene social y moral que impera en Europa e intentan implantarlo aquí desde su ámbito profesional. Sobresalen médicos como Manuel Quevedo y Josa, Andrés Navarro Torrent, o Bartolomé Apolinario Macías, fundador en Gran Canaria de la Clínica San José, en la playa de Las Canteras, en 1891. "Él inaugura el primer gimnasio médico de Canarias en 1887, en la calle Cano, en la antigua sede de Madelca".

La presencia británica en Canarias, también contribuye a la modernización, introduciendo los deportes como elemento de distinción social. "La clase social burguesa y los intelectuales canarios adoptan ese discurso de lo deportivo como elemento de modernidad y de regeneración del país". A medida que la colonia británica empieza a establecer contacto con la burguesía local, empiezan a aparecer clubes deportivos como el Real Club Náutico, el Victoria Fútbol Club, Marino Football Club..., en los primeros años del siglo XX. "A partir de ahí la clase media social empieza a insertarse en el deporte no sólo como un modelo educativo, sino de distinción social; y ese modelo deportivo británico empieza a incorporarse en los colegios privados canarios".

También en el seno militar aparece el discurso regeneracionista centrado en el ejército y la iglesia. Así la disciplina militar penetra en las escuelas y aparecen los denominados batallones militares y el movimiento scout. "En Canarias, el primer batallón escolar lo funda Francisco González Díaz. Se formaban en colegios públicos, como el de San Agustín, para llevar la mentalidad militar a la infancia, prepararlos físicamente para crear, a su modo de ver, la generación que España necesitaría para ponerse al nivel de las potencias europeas", concluye el profesor Almeida.

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