"Aún no tenemos los datos definitivos, pero estamos seguros de que El Teide tendrá una altura menor a la establecida en las mediciones originales". Así lo constata Marcelino Valdés, jefe nacional del área de Geodesia en el Instituto Geográfico Nacional (IGN), que concluye que las mediciones hasta ahora realizadas sitúan la altitud del volcán entre los 3.715 y los 3.716 metros. No obstante, los datos definitivos, como señala Valdés, se demorarán hasta la primavera.

Y es que un grupo de investigadores, formado por cuatro representantes del grupo de Geodesia del IGN (dos a nivel nacional y dos canarios) y del Grafcan, está utilizando de volver a medir El Teide. Aunque esta vez el objetivo es hacerlo de la manera más exacta hasta ahora, y probablemente, acabar con la polémica que viene arrastrando una primera medición realizada en 1920.

Una medición "bastante acertada" para el método que se utilizó. "Se hizo a través de trigonometría observando desde abajo el volcán y calculando ángulos", señala Valdés. Con este método tan rústico, no es de extrañar que años después (concretamente en 1980) con la irrupción de las técnicas de observación angular de precisión el Instituto Geográfico Nacional detectara una variación en el cálculo que lo hacía tres metros más pequeño. Y, aunque esta diferencia se conoce desde los años 80 del siglo XX, aún es común encontrar merchandising, webs e incluso libros de texto que sitúan la altura del Teide en 3.718 metros.

La experimentación que están llevando a cabo los investigadores consiste en el uso de una nueva tecnología llamada estación total de medición, un aparato electro-óptico que se ha utilizado hasta ahora para "medir las distancias con precisión". No obstante, el grupo de Geodesia ha visto que también es aplicable en la resolución de esta pugna por la altitud real del volcán más alto de España. Los geógrafos primero han realizado una observación exhaustiva de tres días en el vértice geodésico de la cima, un punto de referencia que, sin embargo, no se encuentra en la cima de la montaña. Por tanto, se tiene que hallar la diferencia entre los datos proporcionados por el GPS y la realidad.

Referencia

Para ello, se ha instalado "un clavo de bronce de unos cuatro centímetros en el punto más alto del Teide", explica Valdés. Con dicha referencia y los demás clavos colocados a distintas distancias cerca de las torres del teleférico podrán medir "el desnivel entre el vértice del GPS y la cima de la montaña". De esta manera, el trabajo del equipo se basa en ir recabando datos "bajando desde el cráter a la carretera", como señala por su parte, Jorge Pereda, geógrafo del IGN en Canarias y otro de los miembros de la investigación. La idea es medir el desnivel que existe en el espacio entre dos clavos, para luego "sumarlos y hallar el desnivel total".

La experimentación comenzó la semana pasada, cuando los investigadores acudieron a la montaña tres días seguidos para hacer las primeras mediciones. La investigación continuará a finales de noviembre cuando, si el tiempo acompaña, harán lo mismo y culminará en primavera, como destaca Valdés. En ese momento, el objetivo estará en realizar una "nivelación de alta precisión" desde la carretera que recorre el Parque Nacional. Será entonces cuando se desvele finalmente la altura real del volcán.

Aunque lo que ha proporcionado las primeras observaciones no es más que un dato aproximado, para Pereda, es "bastante preciso". Este proyecto, además, va más allá de la simple curiosidad e interés por contar con un dato mucho más preciso de la medida del volcán, gracias a estos trabajos, se contará con una red de nivelación que permita en un futuro "detectar deformaciones en el terreno", como resalta Valdés.