Mañana, día 24, se cumplen dos años de un infausto recuerdo. El del atropello de dos niños por parte de una conductora (que dio positivo en drogas) que no atendió al rojo del semáforo cuando Jack Fandoh cruzaba con sus hijos, Evans y Dereck, por un paso de peatones regulado en la carretera general de el municipio tinerfeño El Rosario, a la altura de García Escámez cuando los llevaba al colegio.

El fatal resultado fue que dos menores, Evans (6 años en ese momento) y Dereck (4 años) tuvieron que ser ingresados en estado grave, siendo este último el que no pudo aguantar las fatales consecuencias del impacto del vehículo después de algo más de tres meses hospitalizado.

Fue el momento en el que se destrozó parte de la vida y de los corazones de una familia. Los de Cecilia Miko, la madre, sus hermanos Evans y Ángela, y Jack, su padre, que le dice a su hijo Evans cuando le dice que "nunca le olvide", explica con lágrimas incontenibles cayéndole por las mejillas y sentado en un banco de la plaza de la iglesia mientras recuerda que Dereck era un niño inmensamente "feliz".

La entrevista no pasa desapercibida en el vecindario, que lamenta lo ocurrido a la familia Fandoh. Casi todos tienen una frase para definir la situación tras los dos años del fatal atropello: "Ningún padre se merece enterrar a un hijo", dicen algunas vecinas.

Se cumplen dos años del atropello que conmocionó a la sociedad tinerfeña tras fallecer Dereck como consecuencia de las heridas del brutal incidente.

Ya no está. Es muy duro, no paramos de pensar en Dereck.

¿Qué recuerda de ese día?

La secuencia de la mañana cuando le desperté y le dije, vamos Dereck, hay que levantarse para ir al colegio. Se levantó para vestirse, le dije que se tomara la leche y me contestó que no se la tomaba porque en el cole se la iban a dar. Bajamos mientras Dereck estaba cantando, jugando, hasta llegar al semáforo. Ahora cada vez que tengo la imagen al llegar allí, no puedo comer ni dormir. No entiendo por qué ha pasado esto.

Y estaban los tres niños, Dereck, Evans y Ángela, que se salvó por muy poco.

Sí. El coche le pasó rozando.

¿Cómo fueron los instantes después del atropello? ¿Cómo recuerda la situación?

Estábamos parados junto a otros padres en espera de que cambiara a verde. El semáforo se puso en rojo. Un taxista paró y sacó la mano avisando al vehículo. El coche rojo se cambió de carril y los atropelló (no puede terminar la frase)...

¿Y cómo está su mujer, Cecilia?

-Uf. Está fatal. Anoche, por ejemplo, no durmió nada, llorando continuamente. Por mucho que le dije que se durmiera y que descansara no dejó de llorar. Nosotros lo estamos pasando muy muy mal. Evans todos los días nos pregunta papá, por qué le cogió el coche a Dereck o por qué murió. Siempre pregunta.

¿Y qué le puede decir un padre a un hijo en estas circunstancias?

Dereck no va a venir más, tranquilo, pero recuérdale siempre. No lo olvides. Él me dice que sí, papá.

Es un momento, sin duda, en el que la fuerza de vivir se tiene que imponer.

Lo pasamos muy mal, pero hay que tener tranquilidad para criar a los que están. He visto a los dos muy mal. Dereck hacía mucho en casa.

¿Cómo era Dereck?

Era un niño inmensamente feliz. Estaba en un grupo de baile, corría, saltaba... Todo el mundo tenía que ver con Dereck. Cada vez que iba al colegio su idea era jugar. Era muy feliz.

¿Ha vuelto a ver a la chica que atropelló a los niños?

-Sí, pero no quiero saber nada de ella. No quiero tener problemas. Ella disfruta con su familia y nosotros lloramos todos los días.

¿Todavía no hay juicio?

No. Todo está en manos de abogados. No hay nada de nada, todavía no hay juicio.

Del atropello de los niños al olvido de los vecinos

La mañana del 24 de octubre de 2017 se produjo el incidente que acabó con la vida de Dereck Fandoh, de 4 años de edad, que luchó contra la muerte durante tres meses hasta que finalmente falleció como consecuencia de las heridas graves tras ser atropellado. Su hermano, Evans de 6 años, tuvo mejor suerte, pero las consecuencias del impacto también las sigue sufriendo.

El atropello fue muy temprano, en un paso de peatones regulado por semáforos de la carretera general de El Rosario, en su confluencia con la calle Marrero Torres, cerca del colegio García Escámez, y lo provocó una mujer que dio positivo por drogas tras maniobrar de forma temeraria. No pudo parar el vehículo y arrolló a los pequeños.

El incidente conmocionó a la sociedad canaria, hubo concentraciones, el ayuntamiento mejoró la señalización más aún y se dio formación vial y material a la comunidad educativa y a los vecinos que quisieron para conformar grupos y ayudar a cruzar la calle con más seguridad aún, como sucede con el programa Acércame, que se desarrolla con éxito en La Laguna. Todo eso se ha olvidado.