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Entrevista | José García - Valdecasas

"La psiquiatría ejerce una autoridad excesiva sobre los pacientes"

"Los trastornos mentales son más complejos y presentan ramificaciones psicológicas y sociales", destaca el psiquiatra

El psiquiatra José García Valdecasas JOSÉ CARLOS GUERRA

¿A qué hace referencia el término post-psiquiatría?

El concepto de post-psiquiatría surgió hace unos 15 años y adopta posturas críticas hacia los problemas que desencadenaba la psiquiatría existente. Esta crítica se sustenta, fundamentalmente, en el enfoque paternalista y autoritario de la especialidad. Lo cierto es que a veces es poco respetuosa con los derechos de los pacientes, sobre todo a la hora de concederles autonomía para decidir sobre sus propios tratamientos. Además, también cuestiona la visión de la enfermedad mental como un problema exclusivamente biológico y susceptible de ser abordada con tratamientos farmacológicos. En resumen, la post-psiquiatría concibe el trastorno mental como una alteración más compleja que presenta ramificaciones psicológicas y sociales. El objetivo no es otro más que mejorar el funcionamiento de esta parte de la medicina.

¿En qué aspectos incide este movimiento?

El movimiento hace hincapié en los aspectos sociales, y más en concreto, en la medicalización y psiquiatrización de la vida cotidiana. A menudo, lo que se pretende es que la psiquiatría adormezca el sufrimiento, sin buscar el origen de los problemas. Y es que esta especialidad siempre ha desempeñado una función de control, al intentar aliviar el malestar a través del seguimiento de las alteraciones de conducta que manifiestan los pacientes para lograr normalizarlas. Hay que tener en cuenta que existen muchos problemas sociales que la psiquiatría no puede solucionar, dando lugar, muchas veces, a un empeoramiento de la situación. En este sentido, otro aspecto importante que denuncian los movimientos post-psiquiátricos es la relación entre la industria farmacéutica y los profesionales sanitarios. Se trata de un asunto muy relevante, pues ejerce de lobby y financia muchas actividades que influyen en gran medida tanto en la visión y clasificación de las enfermedades, como en la investigación. Y es que casi toda la investigación sobre fármacos psiquiátricosestá financiada por la industria, pero el problema es que se invierte mucho dinero en fármacos nuevos que no resultan más eficaces.

¿Cuáles serían los principales puntos débiles de esta especialidad médica?

Particularmente, considero que la psiquiatría quiere abarcar demasiado, y no por voluntad de los propios profesionales, sino porque la sociedad así lo demanda. La inmensa mayoría de los psiquiatras estamos convencidos de que atendemos a muchas personas que precisan ayuda social y no médica. Sin embargo, nuestro sistema nos lleva a todos a buscar remedios médicos para aliviar cualquier malestar, independientemente de la naturaleza que posea. Por tanto, se ofrece respuesta a la demanda, pero el conflicto permanece. Además, la psiquiatría no presta la suficiente atención a los derechos de aquellos pacientes que padecen trastornos mentales graves. En nuestro país es legal ingresar a un paciente en una planta de psiquiatría cuando este entre en un estado de crisis. No obstante, lo que criticamos es que, más allá de esas situaciones, se ejerza una autoridad excesiva sobre el paciente y se le cuestione, incluso, el lugar en el que puede vivir, su integración en el mundo laboral, o bien, se insista en la obligatoriedad de cumplir con un tratamiento de forma indefinida. Es cierto que a veces esto puede ser lo correcto, pero en otras ocasiones se producen muchos efectos secundarios y no sería lo más recomendable.

¿Qué destacaría del en el que ha participado y que acoge hasta mañana la sede capitalina de la Fundación Mapfre?

Se trata de un encuentro muy importante, pues son unas jornadas enfocadas en la rehabilitación psicosocial. Este término hace referencia a la recuperación de los pacientes que sufren trastornos mentales graves para que puedan desarrollar sus habilidades sociales e integrarse en la comunidad. Sin duda, es muy importante para nosotros congregarnos en congresos de estas características.

¿Cómo valora la calidad de la rehabilitación psicosocial en el Archipiélago?

Desde mi punto de vista, su calidad es buena. Es cierto que hay pequeñas diferencias entre Gran Canaria y Tenerife, pero en ambas el funcionamiento es mejor que en muchas otras regiones del territorio nacional. Sin embargo, aún queda mucho por hacer y para eso necesitamos más medios y la implicación de la administración sanitaria. Asimismo, sería beneficioso poder desarrollar equipos de hospitalización a domicilio, pues muchas personas que sufren una crisis no necesitan ser ingresadas en un centro, sino que podrían estar supervisadas por un equipo profesional en sus propios hogares. También es cierto que es necesario erradicar los estigmas asociados a las patologías mentales graves y que se extrapolan, incluso, al lenguaje que se emplea para referirse a los propios afectados. A esto hay que sumarle las leyendas que giran en torno a este grupo de pacientes y que la sociedad tiende a creer.

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