Durante 2018 fallecieron en España 426.053 personas, un 0,4% más que en 2017, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Una tasa bruta de mortalidad de 9,1 defunciones por cada mil habitantes -algo similar a la del año anterior-, y también una tasa con la que funerarias, cementerios e iglesias hacen el agosto. Porque morirse puede salir muy caro, más de 3.000 euros por sepelio de media según los datos recogidos por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
426.053muertes en 2017
9,1defunciones por 1000 habitantes
3.500euros de media por sepelio
72%ciudadanos con seguro
Nadie se libra, ni postmorten, de tener que soltar un buen contante de dinero si quiere descansar en paz. Así pues, "un sepelio discreto cuesta de media unos 3.500 euros... pero este es un dato difícil de conseguir, pues las funerarias dan una información escasa y poco clara. Llegado el momento, el consumidor que tiene que contratar unos servicios funerarios se encuentra con pocas opciones de elección, bien porque apenas hay competencia (así sucede en algunas ciudades todavía), bien porque no tiene información para poder comparar", señalan desde la OCU, que pone el foco en el seguro de decesos, contratado hasta por un 72% de ciudadanos españoles en los últimos cinco años. Según las encuestas realizadas por la organización: "el 36 % tuvieron que conformarse con la compañía funeraria impuesta por la aseguradora. Además, algo más del 10 % no vio cubiertos todos los gastos.
Por el contrario, a través de un informe elaborado por 'Estamos Seguros', basándose en clientes con seguros de decesos contratados,"en el año 2018 los sepelios comparativamente más costosos se dieron en las provincias de Gerona, Madrid y Barcelona, siendo las provincias catalanas las de precios superiores. Los datos, en todo caso, vienen a señalar que en Este del país se tiende a pagar entierros más caros que en el Oeste". Así, y fijándose en ciudades concretas dentro de las provincias, Madrid capital, San Sebastián de los Reyes, Las Rozas y Alcobendas se encuentran en la punta del iceberg a la hora de gastar más dinero en funerales y entierros.
Fuente: Estamos SegurosAutora: Izaskun Garaizabal
Por su parte, la OCU asegura que el servicio de cementerio incluye dos conceptos: servicio de inhumación y el coste de la unidad de enterramiento, pero algunos ayuntamientos exigen el pago de tasas adicionales relacionadas con el mantenimiento, movimiento de lápidas, etc. Todo ello debido a que el servicio fue liberado por normativa en 1996 (Real Decreto-Ley 7/1996).
Por tanto, el precio medio de este servicio (el más sencillo disponible, que puede no ser idéntico, pero sí es la opción más barata en cada caso) es de 599 euros, pero las diferencias son muy llamativas según la ciudad donde se decidida dar sagrada sepultura al fallecido.
Fuente: OCUAutora: Izaskun Garaizabal
Además, desde la regulación de 1996, en muchos lugares junto a los servicios funerarios municipales se han ido instalando nuevas empresas privadas que ofertan sus servicios, pero no en todos los sitios es así. Sin embargo, en las urbes donde hay más competencia los precios del servicio son también más ajustados.
Más allá de los 3.500 euros, según la encuesta de la OCU, "en Cuenca, Tenerife o Las Palmas un entierro cuesta la mitad que en Vigo o Ciudad Real... y mucho menos que en Tarragona y Barcelona, que en 2013 eran las ciudades con los servicios funerarios más caros". Además añaden que "en algunas ciudades había grandes diferencias de precio, tantas, que era posible un ahorro de más de 2.000 euros en ciudades como Alicante, Madrid o Valencia, pero en general, las diferencias existían en todas, y el ahorro medio entre las funerarias más caras y más baratas de una ciudad asciende a 900 euros".
¿Qué factores inflan el precio?
-Si se desea elegir fila del nicho.
-Si se quiere cambiar la unidad de enterramiento (sepultura, panteón...).
-Si la inhumación se va a realizar en unidades de enterramiento de las que ya dispone la familia y es necesario actuar sobre los restos allí existentes.
-Si se va a ampliar el periodo de concesión del mínimo al máximo que permita el ayuntamiento (que según los casos suele ser 75 o 99 años).
