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Entrevista | Rafael Clemente

"El 40 por ciento de los americanos niega que el hombre haya pisado la Luna"

"El programa Apolo es uno de los pocos casos que impulsó avances tecnológicos sin necesidad de ir a la guerra y derramar sangre", afirma

Rafael Clemente. alejandro amador

¿Por qué había hace 50 años tanta prisa por llegar a la Luna?

Por una cuestión de prestigio nacional. Por eso se hacía a cualquier coste.

¿Buscaba algo más John F. Kennedy cuando decidió emprender esa aventura tan arriesgada incluso con un plazo concreto para lograrlo?

Quería recuperar la delantera tecnológica tras los éxitos soviéticos.

¿Se había pensado qué hacer si la operación fracasaba y los astronautas no podían regresar?

Nixon tenía dos discursos mecanografiados y en uno de ellos se anunciaba que los astronautas se habían quedado varados en la Luna y no había posibilidad de recuperarlos. Se diseñó incluso una coreografía inspirada en los funerales marinos.

Al parecer solo había un 50 por ciento de posibilidades de éxito.

Armstrong decía que había un 50 por ciento de posibilidades de aterrizar y un 90 por ciento de volver a la Tierra.

¿Cuál fue el momento más crítico de aquel viaje?

Antes del aterrizaje, cuando el computador del Eagle se saturó. Houston supo interpretar rápidamente las alarmas y todo salió bien.

Era, por cierto, un ordenador con una capacidad insignificante respecto de cualquier móvil de hoy.

Había dos ordenadores con menos memoria y menos potentes que los que existen hoy pero capaces de hacer su trabajo a una velocidad razonable. Los astronautas confiaron sus vidas a esos ordenadores.

¿Puso entonces alguien en duda la llegada del hombre a la Luna que estaba viendo por televisión?

No. Incluso los soviéticos felicitaron a la Nasa.

¿Por qué se ha comenzado ahora a cuestionar aquella hazaña y a considerarla un engaño?

Cuando concluyó el programa Apolo, un funcionario público escribió un librito en el que decía que esa misión era oscura. Luego aparecieron películas como Capricornio Uno que apuntalaron la teoría del engaño hasta el punto de que hoy en día entre el 30 y el 40 por ciento de los estadounidenses niegan la hazaña.

¿Cómo fue aquella operación de pasar de la nave Columbia al módulo lunar Eagle que hubo de separarse para andar sobre la Luna?

Fue una operación rutinaria. Los dos aparatos viajaron unidos por el morro y luego Armstrong y Aldrin pasaron al Eagle para alunizar, estar 22 horas en la Luna y pasear durante dos horas. Después pusieron en marcha el segundo motor dejando las patas del Eagle allí y se unieron de nuevo a la nave nodriza.

¿Tenían espacio suficiente los astronautas para dormir con comodidad en el módulo instalado en la Luna?

No. La noche que pasaron en la Luna durmieron acurrucados y con los trajes. Fue una noche toledana.

¿Cómo combatieron el polvo lunar, al parecer muy abrasivo, que se pegó a las botas de los astronautas?

Se pegaba a todo y es muy peligroso inhalarlo porque es una roca producto de la caída de meteoritos con esquinas muy agudas. El piloto del Apolo 12 prohibió a sus compañeros entrar en la nave con la ropa puesta.

¿Resultó fácil el alunizaje con los medios de entonces?

Fue una operación muy controlada. El ordenador dirigía la nave hacia unas rocas y Armstrong decidió coger los mandos y aterrizar en otro lugar.

¿Qué ocurrió cuando a Aldrin se le rompió la bolsa con la orina al saltar desde el módulo al suelo de la Luna?

Aldrin tuvo que hacer la exploración chapoteando con la orina desparramada dentro del traje.

¿Cuál es el mensaje de la primera foto tomada en la Luna de la bolsa de basura depositada por Armstrong bajo el módulo?

Bajaron para recoger una muestra de contingencia y volver así con algo. Llevaban también una bolsa llena de desperdicios que se dejó al lado de la pata derecha del módulo.

¿Así que lo primero que hicieron fue dejar basura en la Luna?

-¡Pero qué basura! Además de esa bolsa dejaron cámaras, los suministros de oxígeno, herramientas y las botas.

¿Qué inspiró a Armstrong la frase del "pequeño paso para un hombre y un gran salto para la humanidad"?

Fue una frase ideada por Armstrong y que recitó a su hermano antes del vuelo.

Lo de un "pequeño paso para el hombre" se viene repitiendo mal desde entonces, ¿verdad?

Exacto es "un pequeño paso para un hombre" y no "un pequeño paso para el hombre".

Pero esas no fueron las primeras palabras pronunciadas por el hombre en la Luna.

Hubo otras palabras pero eran mucho más técnicas.

¿Es cierto que Aldrin que era presbiteriano bendijo una oblea y el vino para celebrar el éxito del viaje?

Los astronautas del Apolo 8, los primeros que giraron alrededor de la Luna, leyeron en plena Navidad unas frases del Génesis. Eso provocó muchas quejas por el componente religioso. Aldrin pidió entonces permiso para esa ceremonia que ni siquiera conocía Armstrong.

¿Cómo consiguieron que la tinta llegara a la bola del bolígrafo para poder escribir en estado de ingravidez?

Lo hizo la empresa Fhiser Space con un cartucho presurizado con nitrógeno que impulsa la tinta hacia la punta.

¿Qué han aportado a la investigación los materiales de la Luna traídos entonces por los astronautas tras explorar el suelo lunar durante varias horas?

La Luna es muy similar a la Tierra. Solo se halló un compuesto de titanio especial. Lo importante es el interés por las aleaciones y tejidos que se fabricaron para la construcción de la ligerísima nave inmune al fuego que viajo a la Luna. Tiene un gran interés industrial.

¿Se puede considerar que ha sido una inversión rentable para la humanidad?

El programa Apolo es uno de los pocos casos que impulsó avances tecnológicos sin necesidad de ir a la guerra y derramar sangre.

¿En qué se parece el reto que se marca ahora Donald Trump de volver a la Luna en 2024 respecto del que culminó con éxito hace 50 años?

Es un reto muy ambicioso teniendo en cuenta que parten de cero. Carece de programa científico y de las infraestructuras usadas en el Apolo.

¿ Qué grandes ventajas aporta la tecnología de hoy para mejorar los resultados de entonces?

Las ventajas son electrónicas. Comparar la capsula de Elon Musk con la del Apolo es como comparar un coche de ciencia ficción con uno de 1950.

Dice usted que el proyecto Apolo costó unos cien mil millones de dólares de hoy y la apuesta de Trump es de sólo 1.500 millones.

Esos 1.500 millones son solo un acicate para que la Nasa empiece a trabajar pero insuficientes. Kennedy ideó una hazaña de 10.000 millones de dólares pero la factura ascendió a más de 25.000, unos 150.000 millones de ahora.

¿Qué finalidad puede tener hoy repetir aquella aventura?

Yo lo enmarco en el deseo de Trump de pasar a la historia como el presidente que volvió a la Luna. Aparece de nuevo el anhelo de prestigio nacional en el que China tiene mucho que decir e incluso se puede adelantar a Estados Unidos.

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