Venecia, la ciudad de los canales y Patrimonio de la Humanidad, sufrió unas tremendas inundaciones tras la crecida de las mareas el pasado miércoles, con un aumento del nivel del agua sobre el suelo de 187 centímetros. Es el punto más elevado en más de medio siglo desde que en 1966 se alcanzaron los 194 centímetros de altura. Para hacer frente a este fenómeno, conocido como agua alta, la ciudad italiana contará en 2021 con un sistema de defensa en el que, para su desarrollo, participó un grupo de científicos canarios.
El agua alta se ha hecho más frecuente y catastrófica en la ciudad italiana. En Venecia, la subida de las mareas, es algo que se repite año tras año debido a las características de la ciudad, principalmente formada por palafitos. La ciudad se ahoga y a ello están contribuyendo factores como el cambio climático que provoca la subida de marea y los eventos meteorológicos extremos, lo que también se une al hundimiento de los cimientos de Venecia, según aportan los expertos.
Al respecto tiene mucho que decir un equipo de científicos canarios denominado Phonto: Ingeniería del Agua, bajo la dirección del oceanógrafo y profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Jesús Cisneros Aguirre; y la oceanógrafa, María Alfonso Correa.
Un grupo de profesionales que cuenta con más de ocho años de trabajo en proyectos de depuración del agua de la laguna de Venecia, y en la construcción del sistema de diques móviles contra las mareas, denominado MOSE, acrónimo de módulo experimental electromecánico. Un procedimiento que consiste en cuatro barreras que se elevarán para cerrar las tres salidas al mar Adriático de la laguna en la que se encuentra Venecia y preservarla de las inundaciones.
En la ciudad italiana estuvieron trabajando desde el año 2004 hasta el 2011, en la parte de depuración y puesta a punto de los sensores de calidad del agua, mareógrafos, análisis de los efectos de la contaminación y gestión de sedimentos contaminados. Entre otros cometidos, Cisneros fue el responsable de la parte de instrumentación, donde desarrollaron nuevos sensores y los adaptaron a las duras condiciones de la laguna. Un sistema de sensores de altura de nivel del agua, que hay por toda esta zona para controlar la apertura de las compuertas.
Además, tal y como apunta Cisneros, "la marea es eminentemente metereológica, depende de la diferencia de presiones entre la parte norte y sur del Adriático, del viento, que ha soplado intensamente estos días, y de un fenómeno de resonancia de todo el Adriático, que da como resultado una altura en el fondo del saco que lo forma, donde se encuentra Venecia, y muy poco de la marea astronómica".
El pasado enero se completó la instalación del sistema MOSE, después de concluir la construcción de la estructura, aún dichas compuertas no pueden elevarse dada la falta de la instalación de su sistema de control, y para verlo en completo funcionamiento se estima que habrá que esperar a 2021, según fuentes del consorcio constructor. Un proyecto que según aventura Cisneros, "de estar finalizado habría evitado estas desastrosas inundaciones".
Las cuatro barreras están ubicadas en los accesos portuarios de Lido, Malamocco y Chioggia. Pesan cada una 200 toneladas y, miden cinco metros de altura y 20 metros de grosor. Para ello, apunta el profesor de la ULPGC, "se realizaron obras para elevar las orillas de los márgenes hasta 1,10 metros y a partir de ese momento, según los datos de los mareógrafos, entran en funcionamiento las compuertas" - tal y como se observa en la imagen superior- "están enterradas y luego, se elevan del fondo para obstaculizar el paso del agua".
Además, fruto de esa tecnología desarrollada por el equipo canario para Venecia, surgió la depuradora de Giniginámar, en Tuineje, Fuerteventura. "El trabajo en Venecia se adapta a las condiciones de Canarias y permite ahorrar una inmensa inversión para tratar el problema del agua en el Archipiélago", asegura María Alfonso Correa.
