Ruido, mucho ruido. El tic tac de un reloj. Un teléfono que suena incesante. Una voz que pide a los asistentes con un tono imperativo y de manera incesante que hagan una lista con todas las tareas que tienen que realizar a lo largo del día. Así arrancó el taller de coaching que impartió el cofundador de Cambyo, Alfredo Juliá, durante las jornadas eWoman, en el Club LA PROVINCIA.

La idea era generar una situación de estrés en los participantes de la actividad, para que después tomaran conciencia sobre cómo se sentían. Saturada, agobiaba, sobrepasada, sola, incompetente, desencantada, atemorizada o infravalorada fueron algunos de los sentimientos que afloraron entre el público.

A través de un vídeo, la coach Usoa Arregui, explicó que "estas palabras son saboteadores, son mensajes que inconscientemente nos trasmitimos en situaciones de estrés". Estos sentimientos, añadió, nos frena para conseguir aquello que queremos. "Son cosecha propia, son inconscientes y podemos liberarnos de ellos tomando conciencia de ellos", concluyó.

A continuación, Juliá invitó a los participantes a ponerse un antifaz para sumergirse en una sesión de conciencia plena. En absoluto silencio y solo con su voz y el sonido de unas campanillas, fue guiando al público a un estado de relajación.

El control de la respiración y la percepción del propio cuerpo fueron claves para que los asistentes entraran en la dinámica. Una vez concentrados, los llevó mentalmente a una situación idílica en la que sus familiares les habían preparado una espectacular fiesta de cumpleaños. Se ven radiantes. Van un lugar que les encanta. Entre los invitados están sus amigos y seres queridos y han elegido su comida preferida. Todos se han puesto de acuerdo para hacer un regalo común, algo que ayuda a eliminar los saboteadores personales. Hay ocho paquetes -alegría, poder, ternura, optimismo, valentía, confianza, ilusión o humildad-, pero solo pueden quedarse con uno, así que deben pensar bien la elección.

Tras hacerles volar con la mente, el coach les pidió que se reunieran por equipos, dependiendo del "regalo" que habían elegido. "Deben debatir sobre el motivo que les ha llevado a hacer esa elección, nombrar un portavoz y explicar la importancia que tiene para ustedes ese regalo", indicó Juliá.

Después de unos minutos de debate, el grupo que eligió la humildad aseguró que para ellos esa era la base para lograr todo. Los que habían escogido la ilusión afirmaron que gracias a ella podía superar "el ruido interior", ya que es "un motor potente para superar las dificultades".

Los de la alegría aseguraron que esa era "la base que da lugar a los otros regalos", porque "es un estado de ánimo que se acaba extrapolando y trasmite cosas bonitas como la confianza". Por su parte, los que recibieron el regalo del optimismo consideraron que esa actitud de vida anula cualquier negatividad, "no hay fronteras y a los problemas se les da la vuelta".

El grupo que eligió la confianza reflexionó sobre por qué tendemos a "cargarnos de energía negativa" y concluyeron que depende de cada uno "pulsar el botón de la carga positiva". Por último, los de la valentía reconocieron que ese era un regalo que siempre habían deseado hacerse.

Una vez identificados los "saboteadores" y las armas, el coach los instó a aplicar el método en su vida diaria.