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Entrevista | Carlos Blanco

"En los negocios no existe la suerte"

"Para elegir socio el truco es el mismo que para escoger una pareja: no vayas al altar el primer día", afirma

"En los negocios no existe la suerte"

¿Cuál es el error más habitual de los emprendedores?

La selección de socios, escoger mal con quién deciden crear la compañía.

Amigos, familia...

Exactamente. Y lo que deben es encontrar perfiles ideales que tengan que ver con el proyecto que quieran crear, cada negocio requiere un tipo de persona distinta.

¿Es también el más grave?

Sí. Muchos negocios mueren por este error. Condiciona la evolución de la compañía.

¿Cometen muchos más?

Sí. El siguiente sería focalizarse demasiado en la idea del producto y muy poco en el marketing y las ventas. Y el tercero: no escoger los profesionales adecuados para asesorar, especialmente legal y financieramente.

¿Hay proyectos que podrían funcionar y que mueren por estos errores?

Muchos. Diría que mueren enseguida, pero la gente tarda uno o dos años en darse cuenta. Toda la gente que ha estado casada o a la que se le ha quebrado un negocio, cuando les preguntas a posteriori qué hicieron mal te mencionan estos errores.

¿Se aprende de ellos?

La mayoría de los emprendedores del sector tecnológico de España que por más dinero vendieron sus compañías habían quebrado varias empresas antes. La gente inteligente aprende de los errores. Quien sabe analizar los errores cometidos busca no repetirlos.

¿Cometerlos o no depende de la intuición o el talento?

Los comete la mayoría. Escribí un libro sobre el tema y, por poner un ejemplo, me entrevisté con Salvador Tous, fundador de Tous. Los errores que había cometido en sus inicios, cuando era joven, eran los mismos que los de otros emprendedores. La diferencia es la magnitud del error. Equivocarse de socio abriendo una tienda en Sant Josep no es lo mismo que equivocarse abriendo algo en China que te cuesta cinco millones. A negocios más grandes, consecuencias más grandes, pero los errores son los mismos. He llegado a la conclusión, tras mucho analizarlo, de que es necesario cometer errores previamente para triunfar.

O sea, que es básico no venirse abajo si el primer negocio fracasa.

No, porque a la mayoría le ocurre. También hay que decir que no todo el mundo está preparado para ser emprendedor. Ha habido una presión del Gobierno para que todo el mundo emprenda, pero el problema es que muy pocas personas están capacitadas para ello.

¿Por qué?

Para maquillar las cifras del paro. Alguien que está emprendiendo y pagando la cuota de autónomo es una persona menos en el desempleo.

¿Sabiendo que condenaban a miles de personas a la indigencia? Porque ellos conocen las tasas de éxito de las empresas.

Había que cumplir exigencias de Europa. Es algo que se inventaron y apoyaron los dos partidos que se han ido alternando en el poder.

Recibió el premio Mejor Emprendedor de España en 2014. ¿Qué hizo bien?

Fundé una compañía de juegos online que se situó entre las siete u ocho principales de Europa y en varios países latinoamericanos y la vendimos por 24 millones de dólares.

Ese es el sueño de todo emprendedor, ¿no?

La mayoría emprenden para tener un método de vida, pero ya que lo hacen, aspiran a tener éxito y vender su compañía por mucho dinero. Para muchos la motivación es dejar de ser asalariados. Sólo el 0,1% acaba vendiendo su compañía. Uno de cada mil. Otros 40 acaban ganando dinero, no la venden, pero es su medio de vida. Sólo hay un cinco o un ocho por ciento que siguen. Son negocios sostenibles que generan empleo, pero no sirven para hacerse millorario.

¿La suerte interviene?

En mi opinión, la suerte no existe. Hay circunstancias del mercado que pueden afectarte, pero no es suerte. Me pilló el 11-S y provocó la quiebra de un negocio. ¿Tuve mala suerte? No, no fue azar, fue una consecuencia de una crisis por culpa de un atentado. Hay que distinguir un factor aleatorio de lo que implica la suerte. No hay suerte, es trabajo, constancia y riesgo. Cuanto más trabajas, a más eventos vas, más gente conoces, más te mueves. Pero no es que tengas suerte.

¿Usted ha cometido errores?

Todos y varias veces. Hay que cometerlos para aprender a no repetirlos. Seleccionar a un mal socio es un error que puedes repetir porque no es fácil. Es más difícil acertar con el socio de un negocio que con la pareja. Sólo con ese detalle ya te puedes hacer una idea de la complejidad del asunto.

¿No hay trucos para escoger bien a un socio?

El truco es el mismo que para escoger una pareja: no vayas al altar el primer día. Ten unas citas, comparte un fin de semana, luego unas vacaciones, después os vais a vivir juntos y, ya por último, cásate. Con las empresas es lo mismo. Hay que conocer a esas personas y hacer cosas con ellas para ver que encajáis en valores y metodología, que es lo que estabas buscando y que los dos o los tres o los cuatro, sumáis para el negocio. El equipo ideal es de más de dos.

¿Usted ya está libre de cometer esos errores?

No. El de elegir mal a los socios es fácil repetirlo, pero otros no los repito. Procuro tener siempre un buen abogado y un buen asesor fiscal y sé de la importancia del marketing y las ventas e intento que mis equipos no se obsesionen sólo con el producto. Muchos emprendedores aprenden a no repetirlos, pero el de la selección de los socios no estoy libre de repetirlo mañana, pasado o dentro de cinco o diez años. Además, las personas pueden cambiar. Tienen un problema de salud, familiar o de autoestima y dejan de encajar en el equipo.

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