La sociedad civil tiene el control de la transición de La Palma hacia un sistema energético con fuentes 100% renovables. Esta agenda estratégica -adoptada por las autoridades, pero liderada por plataformas ambientalistas- tienen como objetivo prioritario cambiar la central eléctrica de ciclo combinado de Los Guinchos, las estaciones de servicio y los tanques de combustible para la navegación aérea y marítima, por grandes plantas fotovoltaicas y parques eólicos que sean capaces de producir los 1,2 millones de megavatios hora que se consumieron en 2018 en la isla.

Pero su meta es aún más ambiciosa: el “cambio de mentalidad” de la comunidad local, a favor de un nuevo modelo económico de la energía basado en el ahorro y el autoconsumo, según ha explicado Nuria Albert-Torres, coordinadora de Transición de La Palma Renovable, el Plan Insular para una Nueva Cultura Energética (PINCE) adoptado por el Cabildo, a partir de la iniciativa de grupos ciudadanos.

La Comisión Europea ha seleccionado a La Palma como uno de los casos de bandera de la iniciativa Energía Limpia para las Islas de la UE, lanzada en 2018. Albert-Torres, físico y doctora en Bionanotecnología, participa este martes 10 de diciembre de 2019 en un webinar (seminario en la web) sobre participación ciudadana en las agendas de transición energética de los territorios insulares de la Unión Europea. En la sesión, organizada por el Secretariado de Energía Limpia para las Islas, participan también Soren Hermansen, director de la Academia de Energía de Samso, una isla de 4.000 habitantes en Dinamarca; e Ivan Zokovic, experto en participación ciudadana en proyectos de energías renovables en Croacia.

El proceso de transición energética de La Palma sirve de inspiración en Europa por la alta participación ciudadana en la toma de decisiones. La Comisión Europea se ha fijado en que es un modelo impulsado “de abajo hacia arriba”, desde grupos de base ciudadana que convencieron a los catorce ayuntamientos de la isla para que sus Plenos aprobaran mociones comprometiéndose con la agenda de un cambio del modelo energético de la isla. Al final, consiguieron que el Cabildo adoptase la agenda como una de sus políticas estratégicas.

Bruselas invitó a La Palma Renovable a publicar su ruta a una energía 100% limpia, cosa que el Plan Insular hizo en el verano de 2019. Su visión es alcanzar la “soberanía energética” de la isla, “gracias a la combinación de tecnologías limpias, almacenamiento y auto-consumo”. En este modelo de transición, “la eficiencia, la reducción de la demanda y la movilidad sostenible” son el núcleo de la estrategia que se complementa con acciones de divulgación y de formación entre diferentes colectivos de la sociedad palmera. Los talleres versan sobre electricidad, agua, agricultura, educación y turismo.

Actualmente, La Palma cuenta con una potencia eléctrica instalada de 118 megavatios. El 90% de la electricidad lo suministran el gas y el diesel, y solo un 10% procede de fuentes limpias. En 2018, el consumo final de energía en la isla fue de 1,2 millones de megavatios hora, el equivalente a una emisión a la atmósfera de 417.000 toneladas de CO2.