Juana Gallego Ayala (Arriate, Málaga; 1955) ha experimentado en su propia persona y analizado también como experta en cuestiones de género cómo ha cambiado la percepción de la violencia contra las mujeres en los últimos 40 años, y cómo los medios de comunicación se han ido adaptando a esa transformación social. Profesora de Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona, codirige su Máster Comunicación y Genero y está al frente de su Observatorio para la Igualdad. Es autora de ocho libros: La Prensa por dentro; Eva devuelve la costilla; Periodismo social o Situación, función y perspectivas de la prensa diaria, entre otros.
¿Tan mal tratan los medios de comunicación la violencia de género?
Hay unas rutinas y unos procedimientos muy arraigados, difíciles de eliminar. Hay algunas formulas que se utilizan sistemáticamente para hablar sobre todo de agresiones y asesinatos. Es difícil salir del marco conceptual del suceso y habría que buscar otras fórmulas para abordarlo. La tipología del suceso se queda corta para explicar este tipo de violencia.
Algunos medios están optando por trasladar estas agresiones de la crónica de sucesos a las secciones de Sociedad.
Si se abordara de la manera que yo creo que debería hacerse, la violencia de género debería pasar a las páginas de Política de los periódicos. Estos acontecimientos luctuosos, agresiones, una medida general a adoptar sería eliminarlo del epígrafe de sucesos, ponerlos en sociedad y bajo un epígrafe que sea "violencia de género", "violencia machista", "violencia contra las mujeres". En ningún caso se debería utilizar el suceso, porque la violencia contra las mujeres no es un suceso. Es ese marco el que hay que romper si queremos que haya otra percepción social sobre la violencia de género.
¿Cambiando el tratamiento de la violencia de género en los medios de comunicación se puede influir en la percepción que tiene la sociedad?
Y es fundamental, porque la sociedad no percibe los fenómenos más que a través de los medios de comunicación. Cualquier acontecimiento en cualquier lugar del mundo lo conocemos a través del relato que hacen los medios de comunicación, la percepción de la sociedad depende de lo que digan los medios. Nuestra experiencia es muy limitada y la única posibilidad de saber y hacernos una idea de lo que ocurre en cualquier lugar es a través de los medios, prensa, radio, televisión y actualmente a través de las redes.
Los medios se pone límites en el tratamiento de la información que la sociedad no respeta en las redes sociales: rumores, detalles escabrosos, informaciones sin confirmar, imágenes...
Si antes los medios hacían una representación ajustadilla y no demasiado correcta, imagínese ahora en las redes sociales, que han venido a complicar lo que se difunde y lo que no. Es más difícil de controlar. Las redes sociales que nacieron como un espacio casi idílico para compartir información se están convirtiendo en un patio de vecinos mal avenidos, una esfera virtual donde se da pábulo sin orden ni concierto a cualquier bulo. Las redes están perjudicando la capacidad racional de la sociedad.
En las redacciones de los medios la presencia de hombres y mujeres está equiparada, ¿pero eso se refleja en el tratamiento de la información que concierne a cuestiones de género?
Yo separaría la incorporación de las mujeres a los medios del tratamiento y el contenido de estos, si no parece que por el hecho de ser mujer se tendría que ver la realidad de una forma específica. Y no tienes porque ser responsable de un tratamiento diferenciado de los hombres. Lo que importa es la visión que tenga ese colectivo humano que forma ese medio. Que haya más mujeres no implica un cambio en la mirada, salvo que esas mujeres, al igual de los hombres, tengan conciencia de que el tratamiento sea diferente.
Sin llegar a los extremos de la violencia de género, también es importante el tratamiento que de las mujeres se hace en los medios, en la publicidad.
Y que cada vez está peor. Por eso no es solo responsabilidad de las mujeres vigilar o controlar o hacer una representación menos asimétrica y más igualitaria. Actualmente se sigue abordando a las mujeres como objeto, como complemento, algo secundario. Si se comparan entrevistas de hombres y mujeres, de un mismo ámbito, las preguntas, la manera de titular... es distinto. Y no digamos ya las mujeres reclamo, sobre todo en los digitales, donde se utilizan como carnaza para que el lector haga el clic. Hay más políticas, más deportistas, más mujeres con presencia en la sociedad, pero al mismo tiempo asistimos a esta representación estereotipada que cuesta mucho erradicar. La mujer cada vez esta más cosificada.
¿Pero, entonces, no se ha avanzado nada?
Sí, en el sentido de que hay más conciencia y preocupación en los medios, en la organización, tanto en hombres y en mujeres. Por una parte el cambio social es visible y por otra porque muchas veces los medios tienen miedo a ser señalados, a que ciertas informaciones se hagan virales.
