¿Llega el fin de la educación segregada por sexos? El nuevo Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos (UP) declara la guerra a la educación diferenciada entre niños y niñas. En el programa que han acordado ambas fuerzas políticas anuncian su intención de suprimir la asignación de fondos públicos a los centros que no apuesten por la coeducación. En España todavía hay 87 colegios de este tipo y ninguno de ellos se encuentra en Canarias.

Los cambios que proponen a la actual Lomce buscan garantizar "la inclusión y la eliminación" de la segregación escolar por las condiciones de origen de los estudiantes, por sus necesidades educativas y, también, por sexo. Este propósito ha vuelto abrir el debate entre los que están a favor y en contra de este modelo educativo.

El Tribunal Constitucional, en abril de 2018, falló en contra de un recurso presentado por el PSOE contra varios puntos de la Lomce y avaló con una sentencia la subvención con dinero público de colegios que siguen una educación diferenciada. El Constitucional recordaba que diversos estudios citados por la Abogacía del Estado "muestran determinadas ventajas de la modalidad pedagógica de educación diferenciada por sexos, de forma que ambas alternativas, la integrada y la diferenciada, son susceptibles de ser escogidas en libertad".

En esta línea, el presidente de la Conferencia Católica Nacional de Padres de Familias y Padres a Alumnos (Concapa), Pedro Caballero, considera que hay suficiente jurisprudencia que determina que en España no se segrega en ningún centro educativo e invita a quien crea lo contrario a "ir a un cuartelillo y poner la denuncia correspondiente". Caballero advierte de que, mientras sea una elección libre de las familias, no se puede decir nada en contra de la docencia segregada.

La mayoría de los centros que separan a los alumnos por sexos son de fe católica, pero estos son una minoría si se compara con los colegios religiosos en los que niños y niñas comparten aulas. "Hace mucho tiempo que se optó por una educación conjunta y no se plantea un cambio", afirma Juan Manuel Ruiz, director del departamento jurídico de Escuelas Católicas. Aún así, el jurista entiende que se este modelo forma parte del derecho a elegir de los padres y "hay que respetar a quienes opten por él, mientras no vaya en detrimento de ningún sexo".

Igualdad de género

La ministra de Educación en funciones, Isabel Celaá, se ha mostrado en varias ocasiones a favor de la coeducación y considera que el modelo igualitario aporta más valor a los alumnos.

"La segregación educativa por sexos responde a tiempos pretéritos", afirma el portavoz del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Canarias (STEC), Fernando Pellicer, para quien es una opción inaceptable en centros sostenidos con fondos públicos. También destaca que se trata de un modelo profundamente ideologizado y que no aporta nada desde el punto de vista educativo.

Los poderes públicos deben garantizar una educación de calidad y fundamentada en los principios de igualdad y libertad, afirma el portavoz sindical, pero no se puede garantizar un sistema público "sometido a ideologías retrógradas y represivas". Por esto, alega que la enseñanza segregada por sexos solo debería tener cabida en los centros privados, para que aquellas familias que decidan optar por este modelo lo costeen de su bolsillo".

El argumento del derecho a elegir la educación de los menores por parte de las familias "termina justo donde acaba el negocio", sostiene Pellicer, quien hace una férrea defensa de la educación pública. "Nunca se verá un centro privado o concertado en zonas de baja demanda de escolarización o zonas en las que existan muchas familias con escasos recursos", manifiesta.

Por otro lado, Pellicer advierte de que la segregación escolar "fomenta las desigualdad de género y profundiza en los roles machistas". La convivencia, apunta el portavoz sindical, "es el mejor antídoto contra la intolerancia y la desigualdad".

El diferente grado de madurez de niñas y niños a ciertas edades o el mejor rendimiento de los alumnos si estudian por separado son los argumentos que esgrimen los defensores de la educación diferenciada. Si bien, el informe PISA 2018 determina que la brecha de género en los resultados del rendimiento escolar no están condicionados por las diferentes habilidades innatas entre chichos y chicas.