Se acerca una semana complicada para los canarios con enfermedades crónicas. La presencia de la calima invernal, unida a la contaminación de las zonas urbanas y a la circulación cada vez más intensa del virus de la gripe se convertirán en un peligroso cóctel para los pacientes con EPOC, asma, insuficiencia cardiaca y cardiopatía isquémica, que corren el riesgo de empeorar sus diagnósticos durante los próximos días.

Así lo confirman los neumólogos Lorenzo Pérez y Hemily Izaguirre, del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria y del Hospital Universitario de Canarias (HUC), respectivamente, que coinciden en que lo mejor para estos pacientes es evitar estas condiciones climatológicas durante los días que se prolongue este episodio de calima.

Según las predicciones del Centro de Supercomputación de Barcelona, a través del modelo NMMB/BSC-Dust, Canarias se enfrenta a una intrusión de polvo sahariano que empezó ayer y que tendrá un pico de actividad hoy miércoles. De hecho, este 15 de enero, está previsto que las concentraciones de polvo superen las 176 micras por metro cúbico. Se trata de una porporción que estará muy por encima de las recomendaciones de concentración de partículas con un diámetro de hasta 10 micras establecidas por la Unión Europea: 50 microgramos por metro cúbico diarios.

Dos épocas diferentes

Las calimas en Canarias suelen aparecer en dos momentos clave, durante el verano y en los meses invernales y de principios de la primavera. Sin embargo, mientras que las que suceden en verano se introducen en las Islas en las capas altas de la atmósfera, las de invierno lo hacen en cotas bajas y se convierten en una amenaza mucho peor. Esto se debe a que la bolsa de aire frío que se acumula en la capa alta de la atmósfera enjaula al aire viciado con partículas de polvo cerca de la superficie. En esa capa baja, la calima se mezcla al virus circundante de la gripe -que se estima que en las próximas semanas pase a ser una epidemia en las Islas- y, en las zonas urbanas, con los gases de efecto invernadero, como el dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono (O3) y el óxido de azufre (SO2).

Pérez califica este especial escenario que ya afecta al Archipiélago -y que lo hará en mayor proporción los próximos días- como "la tormenta perfecta". El facultativo remarca que esta próxima semana será "complicada", especialmente para los pacientes con enfermedades respiratorias y cardiacas crónicas. En este sentido recuerda que, al igual que cuando hace acto de presencia un buen chaparrón, lo mejor es "esperar a que pase". De hecho, las recomendaciones de las Direcciones de Salud Pública y de los expertos siempre van en el mismo sentido: el paciente de este tipo de patologías debería evitar la exposición a este fenómeno en la medida de lo posible. "Si se tiene que quedar en casa, que lo haga", afirma Pérez que, a su vez recalca que "no es el momento de hacinarse en los servicios de Urgencias". Algo con lo que coincide Hemily Izaguirre que insta los pacientes a seguir el plan de acción pautado por el médico, si lo tuviera. No obstante, ambos hacen hincapié en que "si el paciente sufre una descompensación de su enfermedad crónica", debe acudir inmediatamente a su servicio de Urgencias más cercano para poder paliarlo.

Este aire viciado afecta en mayor medida a los pacientes con un cuadro asmático crónico. De hecho, el perjuicio es tal que algunos siguen presentando síntomas tras haber aspirado polvo en suspensión 72 horas después de que el fenómeno haya cesado. Eso al menos es lo que constató el grupo de investigación del Servicio de Neumología del HUC en uno de sus últimos estudios sobre la incidencia del polvo sahariano en suspensión en pacientes con enfermedades pulmonares, en el que también participaron investigadores la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

Tres días

"Depende de los días que se prolongue el episodio de calima", afirma Izaguirre. Pero también del cuidado que tengan estos pacientes con su salud, porque "muchas veces dejan el tratamiento". "Los pacientes asmáticos suelen ser poco adherentes al tratamiento", insiste Izaguirre que remarca que, en muchas ocasiones, "se sienten mejor, pero sus bronquios no se han desinflamado, lo que, unido a la calima, provoca que el paciente empeore". De este modo, a los días que se prolongue el episodio de calima -en esta ocasión serán tres-, habrá que sumarle al menos dos jornadas más para saber cuánto tiempo pasará hasta que el flujo respiratorio de estos pacientes vuelva a la normalidad. En el momento del alta, a estos pacientes se les suele aumentar "las dosis del tratamiento inhalado hasta que pase el proceso y mejore la situación basal".