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Las mujeres con discapacidad intelectual reclaman "trabajo y respeto"

La ULPGC da voz a un colectivo que sufre discriminación y violencia machista - El estudio pone en valor sus capacidades y autonomía

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Presentación del estudio sobre la autonomía de mujeres con discapacidad

"Yo tengo discapacidad intelectual, pero puedo pensar y razonar, de hecho estudio y trabajo. Hay personas que me apoyan y otras que me ponen límites, pero ya no le hago caso a las que no confían en mi, porque yo si confío en mi y valoro a las personas que están a mi lado". Así lo indicó ayer Nereida Hernández, una de las participantes en el estudio realizado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, a instancia de la organización Plena Inclusión Canaria, que da voz a las mujeres con discapacidad intelectual o del desarrollo, que reclaman "trabajo, respeto e igualdad".

El informe, La historia sólo cuenta una parte de nosotras. La autonomía en mujeres con discapacidad intelectual o del desarrollo. Oportunidades, realidades e imaginarios, fue difundido en la sede institucional de la ULPGC por su autora, la profesora de Sociología Mª Eugenia Cardenal, en un acto presidido por la directora de la Unidad de Igualdad de la Universidad, Sonia Mauricio, y la presidenta de Plena Inclusión Canaria, Carmen Laucirica.

En el estudio, donde se compara la visión y experiencia de la autonomía entre mujeres que tienen hijos o hijas y mujeres que no son madres aún, identificaron "una vivencia de discriminación muy fuerte, donde las mujeres han tenido que superar muchas situaciones en las que han sido denigradas, excluidas e infravaloradas", apuntó Eugenia Cardenal.

Abusos

El informe recoge, entre sus resultados, que las mujeres han tenido parejas explotadoras, han vivido abusos sexuales, maltrato emocional, aislamiento, maltrato físico, amenazas... "Es una experiencia muy común, en ocasiones con la complicidad de las familias", e incluso algunas de las participantes expresaron miedo físico hacia "ellos", los hombres. "Las vivencias de las participantes nos enseñan que las mujeres con discapacidad intelectual o del desarrollo han de ejercer su autonomía enfrentándose a un desplazamiento doble: hacia fuera de la sociedad, despreciadas y marginadas por su discapacidad; y hacia abajo, subordinadas por su género".

También se pone en evidencia que las mujeres con trabajo e ingresos propios, tienen una noción de autonomía muy vinculada a la capacidad que han desarrollado a través del trabajo; mientras que las mujeres con descendencia reivindican, sobre todo, su capacidad como madres para hacerse cargo de sus hijos y con las riendas de su propia vida.

"Como socióloga, mi trabajo ha sido identificar lo que para estas mujeres ha sido importante, que es algo que no siempre se hace. A las personas con discapacidad se las considera personas no capaces de hacerse dueñas de su propia vida, y aquí lo que se ha planteado, tanto desde Plena Inclusión como de mi parte, es que la voz de las mujeres sea la que establezca cuáles son las prioridades y cuáles son los caminos a tomar".

Unas prioridades que, según apuntó la investigadora, pasan por "tener trabajo, ser respetadas, reconocidas como personas capaces, establecer una relación igualitaria con los hombres porque hay muchos casos de abuso, y que sus hijos salgan adelante".

El acto contó con el testimonio de cuatro de las once mujeres que han participado en el estudio, Nereida Hernández, Sherezade Moreno, Vanessa Noda y Carmen Álamo. Todas coinciden en rechazar las etiquetas y reclamar visibilidad y formar parte de una sociedad que no cuenta con ellas.

"Este estudio es importante porque puede apoyar a otras mujeres a que se acepten a si mismas y digan aquí estamos nosotras. Es importante para hacernos visibles, y tengamos una igualdad de trato, tanto si somos mujeres con discapacidad como mujeres sin discapacidad, tenemos derecho, como todo el mundo, a aprender, y a equivocarnos y a recibir apoyo. Debemos aceptar a todos como son. Yo quiero oportunidades y un futuro para mis hijos", reclamó Vanessa Noda.

Para Carmen Álamo, el estudio ha servido para que las personas con discapacidad intelectual se enfrenten a la vida cotidiana sin miedo. "Que nos incluyan para participar en la sociedad en igualdad, que nos apoyen para seguir aprendiendo los valores de la mujer con discapacidad intelectual con hijos, para ser madres, en algunos casos madre y padre. Queremos alcanzar nuestra metas y no tirar la toalla nunca".

Sherezade Moreno, que contó con la ayuda de sus compañeras Carmen y Vanessa para expresar su opinión, reclamó una ley de dependencia que "nos apoye de verdad". "Tenemos derechos, y queremos oportunidades, que seamos visibles a la sociedad. Somos mujeres, y no queremos que nos traten como niñas, porque podemos hacer más cosas de las que la gente se cree".

Este estudio ha sido una experiencia "muy intensa, enriquecedora y un proceso de aprendizaje", concluyó Eugenia Cardenal.

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