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El 'smartphone' entra en la consulta médica

Un estudio chequea la opinión de los pacientes y profesionales sobre el uso de las TIC en la sanidad

Un médico da explicaciones a un paciente apoyándose en las tecnologías. LP/DLP

Mientras los pacientes muestran un mayor apoyo al uso del smartphone como medio para enviar información a sus médicos; los profesionales sanitarios son más partidarios del uso del teléfono para agilizar pruebas diagnósticas como el análisis de sangre. Ambos colectivos coinciden en la privacidad de los datos médicos. Estas son algunas de las conclusiones del estudio Tecnología Sanitaria: e-Salud y m-Salud dirigido por el psiquiatra Francisco Rodríguez Pulido, profesor del Departamento de Medicina Interna, Dermatología y Psiquiatría de la Universidad de La Laguna, junto a Laura Rodríguez Quintero, licenciada en Medicina; Ángeles Rodríguez García, enfermera y profesora de la ULL; y Josefa Rodríguez Pulido, profesora del Departamento de Educación de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.

La investigación, publicada recientemente en la Revista de Medicina de Colombia, indaga sobre la opinión de los pacientes y los profesionales de la salud en torno a la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en el sistema sanitario público.

"Se habla mucho de la sostenibilidad del sistema sanitario, y de una sociedad que está en plena transformación, no sólo por los aspectos demográficos, sino por el impacto que está teniendo las nuevas tecnologías en la sociedad. Este trabajo presenta la opinión de la población y de los sanitarios respecto a este marco futuro del uso de las tecnologías, en torno a si puede favorecer aspectos como una mayor implicación de la población en el cuidado de su salud; si facilita la toma de decisiones y la agilización de la gestión sanitaria; y el papel de Big Data en el sistema que más datos genera", indicó Rodríguez Pulido.

Dicho estudio tiene además la particularidad de que se inspira en una investigación desarrollada en Estados Unidos, con una población de cerca de mil encuestados, entre profesionales sanitarios y pacientes, a través de un cuestionario en el que evaluaron 16 aspectos vinculados a las tecnologías. "Nosotros decidimos reproducir este trabajo en la población de Canarias, para ver si las opiniones coincidían", indicó el investigador. La muestra isleña es de 122 pacientes y 128 profesionales, de los cuales 55 son médicos de atención primaria y de atención especialistas, y 77 estudiantes del último año de Medicina de la ULL.

Entre los resultados, destacar que existen opiniones similares entre pacientes y sanitarios respecto al uso de tecnologías para el autodiagnóstico de situaciones médicas no graves. El 52,5% de los pacientes y el 58,6% de los sanitarios prefieren que el diagnóstico sea dado por un profesional, aunque la prueba se la realice el propio paciente. Sin embargo, un tercio de la muestra en ambos grupos, 38,5% y 37,5 % respectivamente, optan porque ambas acciones sean llevadas a cabo por personas cualificadas. Una respuesta que contrasta con la obtenida en el estudio americano, que se decanta más por la tecnología.

Genética

La mayoría de los participantes también apoyan el uso de pruebas genéticas en situaciones médicas, sobre todo para el diagnóstico de patologías fetales (97,5% pacientes y 98% sanitarios) y en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades (97,5% y 98,4%).

Sobre la posibilidad futura de realizar análisis de sangre con el teléfono móvil, el 54,7% de los profesionales lo aceptaría frente al 45,1% de los usuarios. Aunque la mayor discrepancia se registra en el grupo de los sanitarios, ya que el 74,5% de los médicos aceptarían analíticas de sangre obtenidas a partir del smartphone de los pacientes, mientras que sólo un 41,6% de los estudiantes de Medicina lo comparten.

Con respecto a la opinión que muestran tanto profesionales como usuarios ante el posible acceso de estos últimos a su historial clínico, los sanitarios opinan que les generará ansiedad y les llevará a solicitar pruebas diagnósticas innecesarias. En cambio los pacientes opinan que contribuiría a un mejor manejo de su salud. En ambas muestras, canaria y americana, tanto en los sanitarios como en los usuarios, existe la misma preocupación por la privacidad de los datos médicos.

La única diferencia importante que se encuentra respecto a la posición de los sanitarios está en la opinión sobre la propiedad del historial clínico. En Estados Unidos, una proporción muy elevada de médicos consideran que el historial pertenece al paciente. Una posible causa, podría venir justificada por la diferencia de percepción entre profesionales a la hora de incluir dentro de la historia clínica los comentarios médicos.

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