La mañana de este sábado, 1 de febrero, falleció, después de una larga enfermedad, Gerardo Burgos Bravo, notario de Las Palmas de Gran Canaria.

Nacido en Salamanca el 11 de julio de 1956, siguió los pasos profesionales de su padre, Gerardo Burgos Guerrero, registrador de la Propiedad, y se licenció en Derecho en la universidad de su ciudad natal.

Ingresó, por oposición libre, en el Notariado en 1983. Sus dos primeros destinos, Santa Marta y Montijo, en Extremadura, acrecieron su natural inclinación y afición a la naturaleza y al mundo rural.

Por concurso de traslados, llegó a Las Palmas de Gran Canaria en 1996, a la notaría entonces demarcada en el Puerto de la Luz, que ha servido hasta el momento de su muerte, primero en la calle León y Castillo y luego en Nicolás Estévanez.

En nuestra ciudad arraigó y ha sido muy apreciado, tanto por su indiscutible valía profesional como por la calidez de su trato humano. Da fe de ello su siempre concurrido despacho profesional.

Durante estos años, además, ha sido delegado del distrito de Las Palmas, una especie de prefecto encargado de mantener la concordia, la unidad en la práctica y las buenas formas entre todos los compañeros de la ciudad. Es difícil pensar en alguien que pueda desempeñar mejor esta misión.

Estaba casado con Amalia Sanz Madruga y eran padres de dos hijas: Amalia, registradora de la Propiedad, y Blanca, notaria de reciente ingreso.

Su prematura muerte deja muchas cosas pendientes, como su deseo para la jubilación de irse a vivir sencillamente al campo, algo que tantas veces le oí. Pero deja también muchas cosas resueltas. Estoy convencido de que ha aguantado, sacando fuerzas de flaqueza, hasta que sus hijas han estado encaminadas profesionalmente. Se va con esa satisfacción. Y a ellas les queda el deber de honrar el buen nombre de su padre.

Le sobrevive su madre, María Blanca Bravo Martínez, que igual que lo trajo el mundo, lo ha acompañado en el momento de su muerte, cumpliendo la obligación más amarga para una madre.

A todas ellas, a sus hermanos, familiares y amigos, les trasladamos nuestro profundo sentimiento por la pérdida todos sus compañeros en esta profesión que tanto amamos.

¡Hasta pronto, Gerardo!

Miguel Ramos Linares (Notario de Las Palmas)